Sergio y Francisca, dos profesores de Torremolinos que trabajan por crear aulas libres de LGTBIfobia

«Hay que atajar las problemáticas de la sociedad que llegan a los centros educativos, tenemos que trabajar en eso», afirma el profesor del CEIP Maestra Virginia Gaitán, Sergio Padial, uno de los fundadores de la Red Imparables de Centros Andaluces contra la LGTBIfobia, a la que también pertenece Francisca Escorza, docente del IES Los Manantiales de Torremolinos. Estos profesores no sólo enseñan a sus alumnos los conocimientos sobre las materias que imparten, sino que también los preparan para afrontar los problemas que surgen más allá de los muros de los centros educativos y que se pueden encontrar a lo largo de su vida.

«Hacemos entender a los centros educativos que participar en la red es algo positivo, y que no sea por el profe de turno que esté motivado porque tiene una sensibilización especial», explica Padial a este periódico. En esta línea, el profesor consiguió el premio Rosa Regàs, otorgado por la Consejería de Educación, por su proyecto 'Familias no hay más que muchas', compuesto por 16 montajes de fotografías y textos de 16 familias de diferente tipología, en los que las familias del alumnado se prestaron a presentar a sus miembros, así como a explicar cómo es cada componente: vida diaria, los planes de futuro… con el fin de poner en valor y en conocimiento que existen diferentes tipos de familias y que todas son iguales de válidas. Además, elaboró cinco cuestionarios de trabajo adaptados desde infantil hasta secundaria para que todos los centros que lo desearan pudieran trabajar en este tema.

Ahora, junto a Escorza, Padial ha vuelto a conseguir este premio por una guía de intervención didáctica sobre la violencia estética en edad escolar. Los profesores se encuentran en su día a día, según explican, con alumnado que recibe como regalo una operación de pechos al acabar bachillerato o niñas de primaria con uñas postizas que les impiden escribir. Sin embargo, tras leer diversos estudios para elaborar este trabajo, los docentes aseguran que no es un problema exclusivo de las chicas. Mientras ellas buscan la delgadez extrema, ellos buscan un cuerpo perfecto de gimnasio. «En vista de esa situación, entendimos que teníamos que dar al profesorado herramientas para trabajar este tema», aseguran.

Este trabajo, que consta de varias partes en las que se explica el problema y se ofrece un glosario con términos como gordofobia para poder trabajar, acaba con una serie de dinámicas para que otros profesores puedan tratar este asunto en sus centros educativos, desde infantil hasta secundaria. «No tienes que estar muy puesto en el tema para poder aplicar las dinámicas. Es lo interesante», afirman.

La insatisfacción corporal, la necesidad de aprobación por parte de los demás para estar integrados, cómo entienden las familias esta problemática, la importancia de las redes sociales en este sentido y qué pasa cuando consigues el objetivo del supuesto cuerpo ideal, son algunas de las claves que da este trabajo. «Los estudios revelan que estas personas, esclavas de esta situación, nunca llegan a estar bien. Estas personas siempre sienten esa insatisfacción corporal que proyectan hacia los demás y hacia sí mismos», revelan.

Estos docentes creen que los alumnos deben sentirse «seguros» para comentar con los profesores las situaciones que están pasando. «En un centro educativo los niños tienen que estar seguros para expresar cómo son, lo que quieren, tener sus dudas…», cuentan. «Quizá haya padres que no sean capaces de explicar ciertos temas, los niños tienen que estar seguros con sus profes para expresar lo que sienten. Si desde el centro obviamos todas estas problemáticas, nunca van a ser sitios seguros», concluyen.

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