La drag Samantha Ballentines en su foto promocional para la DragCon. Gonza Gallego
Six

Samantha Ballentines: «Mi cameo en La Mesías fue muy 'random', no tenía guion, Los Javis me dijeron que improvisara»

La concursante de 'Drag Race' habla con Six sobre el buen momento profesional por el que está pasando, su futuro y su posible entrada a 'Drag Race All Stars': «No me negaría»

Domingo, 3 de diciembre 2023, 23:06

De San Fernando afincada en Madrid, pero exportando su talento por toda España. Samantha Ballentines es una de las drags del momento, sólo hace falta mirar su agenda de bolos: Barcelona, Valencia, Torremolinos e incluso Londres son sólo algunas de las ciudades por la que se deja ver. La artista, que ya era bastante conocida antes de su paso por 'Drag Race España', alegra cualquier evento: desde una verbena hasta una comunión. En esta entrevista con Six, Samantha habla de su cameo en la exitosa serie de los Javis La Mesías, donde hace de un youtuber fascinado con las Stella Maris. La drag también cuenta el momento profesional que está viviendo y sus planes de futuro que pasan por un podcast, cine y teatro.

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¿Cómo describiría a Samantha Ballentines?

–Es una chica simpática, graciosa, espontánea, divertida, un poco loca e ideal para salir de fiesta. Te anima lo que sea: una boda, una comunión, un show, un Orgullo o una verbena. Y, por supuesto, es guapa.

¿Ha actuado alguna vez en una comunión?

–Sí, varias veces. Una vez actué en una comunión de dos niñas gemelas e hice un bingo para los padres, pero de chorra, sin dinero, los premios eran chucherías y cosas así. Los niños, que estaban jugando fuera en unas colchonetas, acabaron viéndome a mí. Pasaron de las colchonetas y de todo. Fue muy divertido.

¿Cómo empezó en el drag?

–Hace muchos años, cuando tenía unos 18 años, ahora tengo 37, conocí a un chico por Badoo o por una red social de las de antes, que no había ni Tinder, ni Grindr, ni Blablacar, ni Netflix ni nada. Era de Málaga, ligamos, congeniamos y me dijo que me fuera allí, que me iba a llevar a Torremolinos, que me iba a encantar. Era y es un paraíso LGTBI. Había un local que se llamaba Morbo's, había shows de travestis todos los días del año, todos los días. Yo vi aquello y flipé. Yo quería hacer eso, era una maravilla. Había travestis de todo tipo: una más mayor, otra más joven, una que presentaba, otras que bailaban nada más… Lo malo, que yo volvía al pueblo donde vivía en aquella época, que no había nada. No había ni gays, el único gay del instituto era yo. Se me quedó ahí el gusanillo, ya me mudé a San Fernando y empecé poquito a poco a actuar en algún local. Al poco tiempo, actué en ese local donde vi por primera vez un show de travestis.

¿Con quién fue ese 'primer amor' travesti que sintió en el Morbo's?

–Aquello era una escuela: la más mayor era la clásica; otra, la folclórica; una sólo hacía números de Madonna, de Jennifer López, de lo que fuese, pero bailaba de puta madre y se caracterizaba. Luego había una que hacía de todo un poco: Ágatha. Ágatha La Loca le decían, era de Europa, de por ahí fuera. Ella presentaba, era muy buena con el micro, muy buena humorista, improvisaba mucho. Era la maestra de ceremonias, pero lo mismo te hacía de Cher o de Mónica Naranjo o cualquier tema chulísimo para animar la noche. Era la más versátil. Fue un referente muy fuerte, posiblemente el primer referente travesti con el que yo dije: 'Así quiero ser'.

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¿Cuáles fueron otros referentes?

–Luego me enamoré de otra travesti, que a día de hoy es amiga mía: Satín Greco, de Torremolinos. Fue un referente para mí. De fuera de España me gusta mucho Detox, que es de la franquicia 'RuPaul's Drag Race', que es comediante pero también hace números divertidos e imita a otras artistas. Siempre me he fijado en las humoristas, en las que pueden presentar e improvisar mucho pero que, a la vez, te hacen un número que te puede animar. Siempre ha sido el referente que he tenido como artista drag.

¿Y de qué artistas, de fuera del drag, tiene influencias?

–Una de ellas es Madonna, me parece una artista todoterreno, luchadora, que se ha creado a sí misma. Me encanta su iconografía, su filosofía, como ha reivindicado el feminismo y los derechos LGTBI. Por ejemplo, cuando habló en los 90 en la televisión sobre el VIH, que era algo muy fuerte. Aparte de referente musical y artístico, ha sido algo más que una cantante pop, ha sido como un gurú. También me encanta Christina Aguilera, de hecho, yo soy rubia por ella. Me encanta como canta, su fuerza, sus looks, sus apariencias y, además, su faceta de reivindicar distintos temas sociales. Otras de ellas serían Cher, Mónica Naranjo, Kylie Minogue… Se puede decir que soy un poco marica básica de los de antes, que le gustan las típicas divas.

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¿Qué es lo que más le gusta de su profesión? ¿Y lo que menos?

–Lo que más me gusta es entretener a la gente, hacer reír, que se diviertan. Yo estoy deseando salir al escenario y que se rían conmigo, esa parte humorística. Lo que menos me gusta es que, a veces, mi trabajo me ha robado mucha vida social. Mis amigos me han llegado a decir que tenemos que quedar un día porque sólo me ven en la discoteca cuando estoy de Samantha. O que mi chico no me vea en un mes porque me lo paso entero viajando por España. Además, cuando tengo libre no quiero salir porque ya lo hago cuando trabajo, me apetece dormir y descansar. Me roba mucha vida social, pero es una culpabilidad mía, me gusta lo que hago y no sé decir que no. Me quejo pero es algo que me he buscado yo misma.

Hablé de ello en una entrevista con Estrella Xtravaganza, me contó que eran vecinas pero que, por agendas, no eran capaces de quedar ni para tomar un café.

–De hecho, el otro día estaba un poco molesta porque sólo nos vemos en eventos, pero luego no quedamos. Entre que ella tiene su agenda, que ha estado haciendo una obra de teatro entre semana, tiene clases de canto… A lo mejor, cuando ella estaba libre, yo tenía que ir a probarme un look que me estaban haciendo o a recoger cosas o a una sesión de fotos. No es sólo lo que se ve en redes sociales de nosotras, entre semana también estamos trabajando. Esto es un trabajo sin vacaciones, si las tienes es porque tú te obligas. Es algo constante, es algo que es luchar y trabajar por tu personaje, por tu profesión. Se mezcla que me gusta con que me va bien trabajando y no lo puedo parar, por eso no tengo tanto tiempo libre como me gustaría. Ya tendré tiempo libre cuando sea mayor.

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Tras salir de 'Drag Race' es una de las que más éxito está teniendo, cada día está actuando en una ciudad distinta. ¿Preferiría trabajar siempre en la misma ciudad y el mismo local?

–Siempre he trabajado mucho, hasta en la pandemia trabajaba todos los fines de semana. Rara vez tenía un fin de semana libre. En el confinamiento fue cuando me tomé un descanso porque no se podía hacer nada. Después de 'Drag Race' tampoco me puedo quejar, cada semana tengo varios bolos, actos y grabaciones. No paro. El programa lo que ha hecho es mejorar un poco mis condiciones y llegar a sitios, a salas, a locales o a presentar cosas que antes me era imposible. El programa da una popularidad que me ha servido para llegar a unos niveles que antes me hubiera costado. Ahora es diferente: trabajo en eventos o salas más grandes, pero sigo trabajando mucho. También es el resultado de trabajar mucho, de intentar estar ahí y mantenerse.

¿Actualmente se puede triunfar en el drag sin haber pasado por 'Drag Race'?

–Sí, claro. Yo no entré en la primera edición y seguí trabajando muchísimo, incluso más. Una cosa buena que ha tenido 'Drag Race' es que ha habido una explosión de nuevo talento, mucha gente se ha querido dedicar a hacer drag a raíz del programa. Son otro tipo de drag porque, por ejemplo, la travesti clásica, que es de la que yo bebo, a lo mejor hay menos. Ahora hay muchas bailarinas, con unos looks muy modernos. El drag ha evolucionado, ahora no todas tienen que coger un micro para presentar porque no les hace falta, te hacen un número espectacular, que se te caen las bragas. El programa va ya por la cuarta temporada, muchas no han entrado y les va muy bien, no paran de trabajar. Con trabajo, esfuerzo y destacándote un poquito de la norma para no ser una más, triunfas.

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¿Cómo recuerda su paso por Drag Race?

–Fue una montaña de sentimientos. El programa realmente empieza antes de entrar, cuando empiezas a prepararte la ropa. El mes de antes fue una locura, además no dejé de trabajar casi hasta la última semana antes de entrar y, a la vez, me estaban haciendo la ropa. Mi cabeza iba a tope, lloré y todo porque no podía más. No podía estar más trabajando y madrugando para ver cómo iba la ropa. En el programa en sí recuerdo entrar con mucha ilusión, pero estuve nominada desde el primer día. Fue como si me tiraran un cubo de agua helada con hielo y todo. Al final duré tres programitas y salgo bastante, cada cinco minutos y, además, gané el premio Miss Simpatía. Y no he parado de trabajar, pude presentar 'Sí lo digo', la 'review' oficial de 'Drag Race' para Atresplayer. He tenido mi propio programa, algo que no han tenido las ganadoras. He presentado galas drags en Canarias, por Andalucía, he hecho muchas cosas. Lo recuerdo como algo bonito, como una experiencia fuerte, aquello también era duro. Me hubiera gustado durar un poco más, pero con el resultado que he tenido, no me quejo.

En el 'Gran Hotel de las Reinas' su show era uno de los más aplaudidos a pesar de haber estado nominada desde la primera semana.

–La gente decía eso. Había números que eran más aplaudidos, más recordados. Tampoco voy a ir de súper humilde porque mucha gente me lo decía, pero yo también tenía una ventaja: llevaba ya muchos años de antes, que a lo mejor otras no tenían. Entonces las tablas estaban ahí. Aunque tuve mi ayuda, hice mío el personaje y el guion. Cambié cosas, lo hice a mi manera y al final quedamos contentos con el número. Era 100% yo, hice todo lo que se me da bien: un baile, un cambio de ropa, una improvisación, de un personaje y hacer reír a la gente. Así que, cariño, quedó de puta madre.

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¿Le gustaría participar en una edición All Stars?

–¿Por qué no? Para demostrar que hay Samantha para rato y que Samantha puede evolucionar y hacer las cosas mejor de cómo las hizo en su edición. Sí, no me negaría.

En enero se va a Londres con algunas compañeras, ¿qué van a hacer allí?

–Vamos a la DragCon, para que la gente lo entienda es como la Feria del Libro o un Salón Manga, pero con travestis. Vamos muchas drags de la franquicia 'Drag Race' de muchos países. Vamos a estar un par de días, con un 'stand' para que quien quiera vernos y echarse una foto. Cada una vamos a llevar nuestro 'merchandising' y puede ver a otras compañeras: ganadoras, finalistas, concursantes míticas. Se hace en una sala enorme y es muy divertido y muy bonito. Ya de camino, te vas a ver Londres que también es precioso.

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Es una experiencia para conocer a muchas compañeras.

–Sí. Ya estuvimos en enero de este año y fue muy guay. Como anécdota, entre las españolas y las italianas hubo mucha hermandad porque nos entendíamos muy bien. Con gente que era latina, pero había estado en otras ediciones también fue guay. Se creó una hermandad entre la gente que hablábamos, más o menos, el mismo idioma. También fue guay ver a algunas potentes de la franquicia. Aunque no te conozcan, porque somos ya muchas travestis, es una maravilla vernos, saludarnos, cotillear, los maquillajes, las ropas…

También sirve de reencuentro con las compañeras que ha compartido programa.

–Por suerte las suelo ver. Nos encontramos en los eventos. Lo bonito es compartir la experiencia porque ya nos hemos reencontrado muchas veces.

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¿Qué tal el cameo en La Mesías?

Fue súper 'random'. La gente se cree que yo lo grabé como si hubiese ido a un plató. Lo grabé en mi casa. Me mandaron una webcam y me dijeron Los Javis –creadores de la serie– que me ubicara como si estuviera en el 2012, que era el fin del mundo, la época de los foros y tal, y fue como un youtuber que estaba obsesionado con las Stella Maris. Me dijeron que improvisara y fuera súper loco, no me dieron ni guión ni nada. Simplemente me mandaron los vídeos de ellas y en una tarde monté aquí en mi casa en la webcam, me puse el portátil y los vi un poco por encima para ver qué coño iba a ser y ya me puse a reaccionar a ver lo que se me ocurría. De verdad que yo no sabía si la serie iba a ser de comedia o de qué coño iba a ser. Yo no tenía ni idea. Cuando la he visto, no sabía que iba a ser así.

¿Y cómo ha visto el resultado?

Los personajes van viendo que la tele y la gente no paran de hablar de ese grupo religioso, yo soy un añadido más a que eso parezca real. Soy un youtuber que no sabe qué ha pasado en sus vidas, sólo veo sus vídeos en YouTube y me fascinan. La verdad es que está gracioso y, de hecho, ahora han subido el vídeo que sale en la serie al Instagram que han creado para las Stellas Maris.

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¿Qué se puede esperar de Samantha Ballentines para el futuro?

–Se está fraguando un podcast con vídeo y audio. Va a ser muy canalla para que la gente se ría y diga: 'Vaya poca vergüenza tiene esta golfa'. Luego estoy preparando otra cosa que tiene que ver con el cine, me encanta y quiero enseñarle a la gente curiosidades y cosas de las pelis que me gustan. Como capricho me gustaría preparar algo para teatro, algún monólogo, lo que siempre he contado en mis shows o en mis directos de Instagram, hacer una recopilación de alguna forma. En principio eso, y no dejar de actuar. La agenda sigue abierta y sigo cerrando fechas.

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