Víctor Rojas
Domingo, 11 de junio 2023, 23:28
En 1966 la comunidad queer de la cafetería Compton llevó a cabo la primera revuelta trans de la historia. 57 años de lucha que todavía no ha acabado y que sigue encontrado aliados en distintos ámbitos de la sociedad, como en el cine. El director ... y guionista malagueño Rafael Robles, más conocido como 'Rafatal', presentará su película documental 'TransUniversal' en la Filmoteca de Andalucía, en Córdoba, donde se rendirá tributo a su carrera, como ya se hiciera en el Festival de Málaga de este año.
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Este evento tendrá lugar el 23 de junio y se proyectarán sus cortometrajes cómicos y dramáticos y su último documental 'TransUniversal', también habrá un acto de depósito para su conservación en esta institución. Aunque no será la única presentación, Rafatal estará el viernes 16 de junio en Sevilla; el domingo 25, en Madrid; el jueves 30, en Valladolid, y el 1 de julio, en Barcelona.
Este documental cierra una trilogía sobre derechos humanos e historia reciente de España y cuenta con el testimonio de 21 personas como la actriz Daniela Santiago, la escritora Valeria Vegas, la artista Samantha Hudson y el fotógrafo Bruno Campos. El hilo conductor es la entrevista que Cris Calvente realizó a la activista Manolita Chen.
¿Cómo surge esta película documental?
'TransUniversal' nace de forma casi espontánea. Sin darme cuenta cierra una trilogía que habla de derechos humanos y de la historia reciente de España, que surge cuando me intereso por el documental y hacemos 'Navajeros, censores y nuevos realizadores' en 2018. Cuando empiezo a hacer documentales, es porque estudio el cine y empiezo a tirar del hilo, me encuentro un montón de historias que son maravillosas y tremendas a la vez. Ahí surge el segundo documental 'Una isla en el desierto', que muestra el cine ye-yé que se rodaba en la Costa del Sol. A raíz de aquí empezamos a encontrar historias como la redada en 1971 del Pasaje Begoña en Torremolinos, que fue la bisagra para crear 'TransUniversal'. El documental iba a ser la representación trans en el cine de España. Sin embargo, fui encontrando historias personales, humanas y, sobre todo, de lucha y transgresión. Primero de personas que luchan una por una desde su propia casa, desde sus propios vecinos, desde sus propias familias hacia el mundo. Luego, todo lo que significó la lucha LGTBIQ+ en el mundo entero, desde 1969 en adelante, y como, de una forma paralela, la lucha trans ha sido siempre a la cola de los derechos de las reivindicaciones de los derechos. Entonces, lo cinematográfico quedó relegado a un pequeño capítulo dentro del documental para que prevalecieran las historias humanas. Algo que no pasa en los dos documentales anteriores. Así que empezamos hablando de cine y acabamos tratando la realidad social, por eso creo que, de forma casi inconsciente, hemos cerrado esta trilogía.
¿Cómo ha pintado el cine a las personas trans y cómo es su realidad?
Históricamente fatal, siempre jugando con los estereotipos. Los cineastas jugamos con los arquetipos, que nada tienen que ver. Evidentemente relacionas ciertos conceptos iconográficos a ciertas personalidades, pero en el caso de la transexualidad era totalmente injusto, cercado y nefasto porque la única representación que se ha dado era unívoca: siempre relacionado con la prostitución y el espectáculo. Las mujeres transexuales visibles en aquellos años posiblemente solo estaban relacionadas con estos dos oficios, pero la realidad de hoy es otra. Se ha dado una visibilidad cercada, es decir, solo se ha mostrado una forma de ser persona trans en el cine español.
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¿Ha habido alguna excepción?
Solamente en tres películas es diferente. En ellas se hace de una forma más realista y desde el punto de vista de esas personas. Son 'Cambio de sexo' de Vicente Aranda, en 1977, 'Vestidas de azul' de Antonio Giménez Rico, en 1983 y 'La ley del deseo' de Pedro Almodóvar, en 1987, en la que Victoria Abril hace un papel de hombre que no ha transitado todavía. Ahora es muy distinto, cuando hablamos de personas trans lo hacemos desde que nacen, no cuando se intervienen quirúrgicamente o cuando pasan por el proceso de hormonación. En el cine actual ya sí tenemos los conocimientos, aunque no ha llegado al gran público, pero sí hay representaciones mucho más fidedignas, realistas y justas con la realidad trans desde hace seis o siete años fuera de España y aquí, desde la serie 'Veneno' de los Javis, en 2020.
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¿Por qué TransUniversal?
Empezó siendo un proyecto que se llamaba TransAlÁndalus, un guiño al tren de lujo que cruza Andalucía. Siempre pensé en un tren cuando quería hablar de la transexualidad porque creo que tiene dentro de sí misma un montón de vagones, de conceptos. Por un lado, los puramente biológicos, fisiológicos, bioquímicos de las personas y, por el otro, está la identidad, lo que muestras, lo que se llama transición social. También existe la discriminación laboral, la representación en el cine, la infancia… Son tantos temas los que quería tratar que quería que fuera como un tren. Además, otra cosa que pensaba siempre es que las personas trans eran siempre las primeras que estaban en las manifestaciones, como en las de Stonewall en 1969 en Nueva York. Igual que pasó en España en las manifestaciones de 1977 en Barcelona y en 1978 en Madrid, donde las cabeceras eran personas trans y las organizaciones clandestinas les pidieron que se fueran a la cola porque la reivindicación era la libertad de amar, la homosexualidad. Pero cuando llegaron los grises con bombas lacrimógenas y porrazos, las que siguieron allí fueron estas personas. Han estado discriminadas hasta dentro del colectivo. Entonces, estas personas son las que han estado en la locomotora, luchando, tirando la primera piedra. Había que ponerlas delante y por eso es la idea del tren. Sin embargo, empecé a rodar y me di cuenta que no solo había testimonios de hombres y mujeres trans de Andalucía, también de España y de otras nacionalidades. Tampoco lo iba a llamar TransEspaña. Entonces pensé que esto no se podía llamar TransAlÁndalus, se tenía que llamar TransUniversal. Al final, es una evolución del nombre que el propio documental exigía.
¿Cómo ha sido el rodaje?
Han sido dos años y medio de trabajo. Recuerdo que una de las primeras entrevistas que rodamos fue con mascarillas. La pandemia nos pilló en el montaje del documental anterior y en la preproducción de este, afortunadamente no nos pilló rodando. Empezamos a finales de 2020 y hemos acabado con el montaje en estos últimos ocho meses, ha sido mucho más montarla que rodarla. Son 21 personajes que transitan dentro del propio documental, cuyo hilo conductor es Manolita Chen.
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¿Cuál es el mayor aprendizaje que se puede sacar tras ver el documental?
El que he sacado yo mismo, el descubrir que se puede luchar tanto, que se puede pelear tanto, pero con tanto, con todo y con todos. Personas que han tenido que renunciar a sus propias familias, a sus propios padres y transitar también geográficamente. La mayoría de personas a las que hemos entrevistado, a partir de cierta edad, han tenido que irse de su lugar de origen y muchas han vuelto, y lo han hecho sin rencor. Eso no significa que vayan cejar en el empeño ni que vayan a permitir nada. Con la cabeza muy alta van a seguir luchando y perdonando todos los errores que se han cometido a nivel político, jurídico, administrativo y social. Me conmueve ver como no guardan rencor y no odian a nadie que las haya rechazado, pegado o insultado. Pertenezco al colectivo y la verdadera realidad trans la he conocido ahora cuando he investigado, me he documentado, he hecho entrevistas, está editado y presentado. Ahí es cuando he comprendido un montón de conceptos que se nos explicaban de forma errónea. Por ejemplo, nacer en un cuerpo equivocado, es algo muy antiguo y no es real porque hay personas trans que no necesitan modificar su cuerpo para sentirse mujeres u hombres. Siempre se nos había dicho que hasta que la genitalidad no fuera superada, no estaba hecho el tránsito completo. Los derechos de estas personas no están en los quirófanos ni en los expedientes judiciales. No se necesita intervención quirúrgica, ni hormonación ni nada para que tú puedas decidir el género con el que te identificas.
¿Quién debería ver esta película documental?
Todo el mundo. Sobre todo los que estamos de esta parte, los que creemos en la reivindicación de esos derechos que deben ser efectivos. Tienen que tener las mismas oportunidades de trabajar, estudiar y ser respetadas por todo el mundo. Hay que poner etiquetas para llamar a las cosas por su nombre, pero el día de mañana no debería ser necesaria toda esa clasificación para existir.
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¿Cuál es el espacio que ocupan las personas trans en la sociedad actual?
Tienen muy poca visibilidad. Solo una de cada 1.000 persona de este mundo es trans, pero creo que no hay una representación de uno por cada 1.000 en muchos ámbitos de la sociedad. Ni siquiera ha habido una mujer presidenta del Gobierno en España. No deja de ser una lucha de minorías. Por supuesto ya hay más series y películas, pero tampoco hay mucha representación en la televisión. Se trata de conseguir más representación.
¿Ha mejorado la imagen de las personas trans en los últimos años?
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Sí, ha mejorado porque ahora hay más acompañamiento por parte de las familias. Ya hay personas trans en la educación aunque todavía no llegan a los puestos altos como los rectorados. Y en otros muchos ámbitos, aunque es uno de cada 20.000, pero ya va siendo un avance. En los puestos de responsabilidad es más difícil encontrar. Pero, por ejemplo, en Venezuela hay una candidata trans (Tamara Adrián) a la presidencia, en cuyos documentos oficiales tiene una identidad que no le pertenece. En la Asamblea de Madrid va a haber dos senadoras trans, Carla Antonelli y Jimena González. Algo está cambiando. En el documental, también recordamos la lucha de Pedro Zerolo porque hasta que no estuvo en el Gobierno no puso las cosas en orden en este sentido. Podrían haberlo defendido muchas personas antes, pero no. Es una triste verdad.
El cambio se nota en hechos como la Ley Trans. ¿Qué ha supuesto en la vida de estas personas?
Tranquilidad. Sobre todo en las personas mayores de 16 años porque las infancias se han quedado un poco desamparadas dentro de esa ley, pero ya se articulará. Conozco casos de niñas trans y sé que gracias a esa ley, aunque están fuera de los arcos establecidos, sus familias las acompañan en todo momento, pero todavía no tienen en su DNI el nombre real. Aunque se sienten igual de niñas, no tienen ese amparo. La ley ha hecho cambios. El primero, ese amparo a las personas a las que les es un calvario pasar por todos los trámites. Antes, tenías que pasar por un proceso de hormonación y demostrar la genitalidad. Conozco personas trans que han tenido que subirse la falda o bajarse los pantalones delante de un juez porque esa persona tenía la autoridad suficiente para decidir quién eres. Luego, pasar todos los procedimientos psiquiátricos que eran mínimo dos años y los administrativos, que iban entre los dos y los cuatro años. Hay personas que han entrado en la universidad con 18 años, pudiendo ya tomar una decisión, y les han dado el título sin su nombre real. O personas que han muerto y en sus lápidas aparece un nombre que no es el suyo porque sus familiares no estaban de acuerdo con el tránsito. Estas situaciones ya no van a suceder con esta ley. Hay mucha gente que rechaza esto y hay que luchar contra ellos, pero también hay mucha gente que no tiene los conocimientos suficientes.
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Va a hacer una gira presentando 'TransUniversal' con una cita especial en Córdoba. ¿Qué va a suceder allí y cómo se siente ante ello?
Estoy encantado porque la Filmoteca de Andalucía es una institución que me produce muchísimo respeto. Yo soy una buena rata de filmoteca, me encanta perderme en sus estanterías. Soy de los que ha estado en esos archivos buscando documentos, películas y todo lo que esté por descubrir. Algo que me ha servido para hacer estos tres documentales. Es un reconocimiento desde mi tierra Andalucía en el que se van a recoger las películas y se van a proyectar en 35 milímetros las más antiguas y las más nuevas, en digital. También se va a estrenar el documental. Es una suerte hacerlo en Córdoba y que me lo hicieran en el cine Albéniz por el Festival de Cine en Málaga. Es un poco repetirlo en la filmoteca y hacer el acto de depósito. Luego, vamos a celebrarlo en la discoteca Glam de Córdoba, yo vuelvo como DJ Tormento, que no pincho desde la pandemia. La entrada es libre hasta completar aforo. Me llena de orgullo por mí y por mi equipo, con el que llevo desde el año 97. Además, hay una cosa nueva: hemos remasterizado a 4K las películas más antiguas, esto va a permitir que duren más tiempo.
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