Víctor Rojas
Martes, 12 de septiembre 2023, 23:57
El rosa y el azul. Las muñecas y los superhéroes. El pelo largo y el pelo corto. Estas son algunas cosas que se asocian con cada uno de los géneros. Sin embargo, son una construcción social que tienen consecuencias en el desarrollo de la vida ... de las personas. Este es el caso de Evelyne Rigaud. La artista ha creado una performance de temática queer para romper con los estereotipos de género, 'A u O. Un día en mi vida'. «Es un recorrido de cosas que me pasan cada día. Es una crítica a la sociedad y cuenta mi vida personal», relata a Six.
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Con la ayuda de una jaula, su voz en off y una banda sonora, Rigaud pretende remover conciencias desde el cuestionamiento del género, su construcción social y sus efectos. «La caja representa cómo me siento desde pequeña, en una sociedad en la que tienes que encajar», explica. La artista ejemplifica estas situaciones con realidades vividas en espacios públicos: «Cuando voy al gimnasio abro la puerta del vestuario y me miran y, luego, a la señal que indica que es para chicas y así», afirma. Algo que sucede porque lleva el pelo corto y viste fuera de cánones establecidos.
Rigaud tenía esta idea sobrevolando en su cabeza desde hace tiempo, pero la vuelta a casa de su madre debido a la pandemia aceleró el proyecto. «Su novio me dijo que no hay discriminación. Él no lo vive. Me di cuenta de que la gente no lo percibe si no les pasa a ellos», comenta. Ahora, la artista quiere que la gente tome conciencia de que esto sucede. Y muchas a veces a gente, como ella, del colectivo LGTBI.
Rigaud llega con esta performance al Ateneo de Málaga el próximo viernes 22 de septiembre a las 21.00 horas. Será con una versión de 'A u O' diferente a la que ya presentó en La Térmica y en el pasacalle de La Casa Amarilla. «En La Térmica había seis salas con performances y no hice ninguna historia porque la gente podía entrar y salir», cuenta. Dentro de su caja, la artista pasó por distintas emociones durante una hora acompañada de su voz grabada y una banda sonora. «Es de una artista que vive en Australia, Gareth Wiecko, y también pertenece al colectivo, que también es importante para mí. Es la misma que usaré en el Ateneo», asegura. Además, lo más sorprendente para ella fue la interacción con el público.
En la calle fue distinto. Puso su caja sobre ruedas e hizo un recorrido durante una hora por el centro. «Fue una sorpresa para mucha gente. Había comentarios de todo tipo», cuenta. Sin embargo, Rigaud se queda con tres jóvenes, en torno a los 20 años, que siguieron parte de su recorrido. «Se notaba que pertenecían al colectivo, pero que no sabían bien quiénes eran. Al final, me dijeron que ver esta performance era súper importante para ellos», subraya. Asimismo, la artista se emocionó cuando uno de ellos le preguntó si podía darle un abrazo: «Pude sentir que había tocado algo». En La Térmica también tuvo varias experiencias parecidas. Cuando, al final, sale de la jaula, una señora le acarició la cara en forma de consuelo. Mientras que un chico posó su mano en la caja. «No me lo esperaba, me puso a llorar al recibir tanto amor del público», relata como los mejores momentos de la performance.
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Tras esta conexión con parte del público, Rigaud ha decidido dedicar la mitad de su tiempo en el Ateneo para tener una charla con los asistentes. La primera media hora será la performance y, la otra, para responder preguntas y escuchar historias de los demás. «Lo interesante es que varios hombres cis heterosexuales me han dicho que eso también les ha tocado», cuenta. En su idea inicial pensaba centrarse más en la opresión de las mujeres y del colectivo. Pero ha notado como también estas personas han podido vivir historias similares: «Me contaron que de pequeños querían jugar con cosas más de chicas o que les gustan las flores, pero no lo pueden expresar porque tienen que ser fuertes y no llorar», explica. Algo que no se esperaba, pero que le ha servido para cerciorarse de que cada uno «se lo lleva a su terreno» y tiene una «presión por encajar y unas etiquetas».
Durante la performance del Ateneo, Rigaud estará cerca del público, no en un escenario. «Me gusta que me escuchen respirar y vivan esta experiencia conmigo», puntualiza. 'A u O' empieza con la artista tranquila, pero va pasando por distintos estados de ánimo como la soledad, frustración, ira, todo hasta una explosión que desemboca en el cansancio. «Hay momentos en que te olvidas de las emociones y reaccionas. Tengo pensado el desarrollo, pero me dejo fluir».
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La idea de Rigaud para este proyecto es que tenga una continuidad. Algo que ve factible por la capacidad de adaptación de la performance. «Se está mandando a distintos sitios», confiesa. Por ejemplo, le gustaría recorrer las distintas celebraciones del Orgullo en España con 'A u O' o hacerlo estático en la calle durante dos horas.
A pesar de seguir con esta performance, Rigaud ya tiene otras exposiciones cerradas: una de cerámica en Mijas Pueblo en diciembre y una en el Ateneo que también tiene que ver con esta temática, en enero. «Hago cosas más abstractas pero siempre sobre la diversidad», asevera. Además, cursa sus estudios de artes plásticas de Bellas Artes en la 'Université París Pantheón-Sorbonne' (UNED).
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