La cita con La Pecca –Pequeño Certamen de Cine de Ambiente– se ha convertido en una fecha marcada en rojo en el calendario para muchos: el festival, que comenzó hace 17 años con 50 asistentes, reúne cada año a 400 personas en Sevilla para disfrutar de cortometrajes que hablan sobre las realidades del colectivo LGTBI. El 23 de noviembre es el día elegido para la celebración de la XVI edición, que cuenta con diez películas finalistas procedentes de cuatro países diferentes –España, Brasil, Bélgica y México–. Entre los más de 100 filmes no escogidos también hay de Canadá, Francia, Chile, Argentina, Paraguay, Perú y otros países latinoamericanos. «Es un reconocimiento a la gente que hace este tipo de cortos, así como poner en valor el cine que se hace dirigido al colectivo LGTBI y crear un poco de conciencia social en torno a la diversidad afectivo sexual y de género», asegura Maribel Povedano, directora de La Pecca, a SUR.
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El festival, organizado por la asociación sevillana DeFrente, da visibilidad a cortos que, en la mayoría de ocasiones, no hay posibilidad de ver en otra ocasión. «Se quedarían en un cajón», considera Povedano, quien pone el ejemplo de la película llegada desde Brasil. «Difícilmente fuera de ese país se pudiera disfrutar, incluso dentro por las limitaciones que tiene desde hace un tiempo a nivel cultural y a nivel de reconocimiento y de apoyo a la diversidad», añade. La directora del certamen explica que «mucha gente» les pregunta dónde pueden ver las proyecciones en el futuro y la respuesta siempre es la misma: no se pueden ver. «La mayoría no se suben. Nosotros no podemos porque no tenemos los derechos, pero los propios autores tampoco lo suben o lo hacen a los años», puntualiza.
La directora de La Pecca también reivindica que es uno de los pocos festivales de cine de carácter internacional en España que impulsan esta temática. «Si la gente sigue viniendo y nos sigue agradeciendo este espacio es porque sigue siendo necesario», recalca, además de apuntar al tipo de historias que se ven en el certamen: historias intensas que reflejan realidades del colectivo que no «estamos acostumbrados» a ver en cine y televisión.
Por otro lado, cuando La Pecca nació, no se esperaban que se iba a convertir en un festival de referencia e internacional. «Lo de pequeño venía porque es un cine pequeño, son cortometrajes, y también porque no nació con muchas pretensiones», afirma Povedano. Cabe recordar que el certamen es organizado por una asociación sin ánimo de lucro como DeFrente. «Una entidad social tiene los recursos que tiene. DeFrente trabaja muy poco con subvenciones. La Pecca hace años que no recibe una subvención pública», explica la directora, quien asegura que sobrevive gracias al trabajo voluntario de mucha gente y también por el apoyo de algunos patrocinadores, que suelen ser empresas sevillanas relacionadas con el colectivo LGTBI, así como el del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla, perteneciente al Ayuntamiento de la ciudad. «Desde hace algunos años nos cede el espacio del Teatro Alameda para poder hacer una gala con 400 butacas, con una pantalla de cine, con un escenario grande y amplio, es decir, con unos recursos que nosotros no podríamos haber podido gestionar», señala.
Otro de los atractivos de este festival de cortometrajes LGTBI son sus premios en metálico. «A día de hoy hay pocos certámenes y festivales en España que, aparte de que te den un reconocimiento, te den un premio metálico: ayuda e impulsa a que otros proyectos audiovisuales vean la luz», señala. La Pecca entrega dos galardones: La Pecca de Oro, que es el premio del jurado y La Pecca de Plata, también conocido como premio del público. El primero está valorado en 1.000 euros, mientras que el segundo en 500.
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En este sentido, el jurado está integrado, como es habitual en este certamen, por personas procedentes del medio audiovisual y del activismo. En esta ocasión el grupo está compuesto por: Lola Buzón, actriz sevillana conocida por su participación en la película 'Te estoy amando locamente'; Alejandro Lobo, director que el pasado año consiguió La Pecca de Oro por su obra 'Amo cada átomo de tu cuerpo'; Laura Heristone, actriz, directora y dramaturga extremeña, que destaca por su mirada puesta en la lucha contra la discriminación; Ana Angono, activista antirracista, además de artista escénica; Cristina Pardilla Álvarez, activista lésbicofeminista, integrante de la comisión ejecutiva de la FELGTBI+; e Iván Gelibter, periodista, coordinador de la revista Six y activista, entre otras muchas profesiones y aficiones, afincado en Málaga. El jurado combina activistas con profesionales del cine para garantizar la calidad de los cortometrajes seleccionados, así como la diversidad de temas y realidades a tratar en cada uno de ellos.
Atrapadas, de María Mondragón (México).
Ese Lugar Partido, de Inés Pintor Sierra (España).
Fuck Off, de David Baquero (España).
J'existe, de Espoir Chokola (Bélgica).
Los Domingos Que Quedan, de Manolo Pavón (España).
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Las Pardas, de Simone Sojo (España).
L@ Cita, de Itziar Castro (España).
Quando Amor Não Respira, de Ana Carolina Marinho (Brasil).
Transición, de David Velduque (España).
Ultra, de Aura Sala Mallol (España).
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