Secciones
Servicios
Destacamos
Paco Abreu lo tiene claro. Él no va a renunciar a su libertad para contentar a una parte de la sociedad. Y así lo demuestra en sus apariciones públicas. El 'tiktoker' cumplió una de sus ilusiones ―vestirse de gitana― el pasado lunes en la Feria ... de Sevilla. Una ilusión que un grupo de hombres intentó empañar mediante risas e insultos homófobos. «Les dije que me dejaran tranquilo y el que más se estaba riendo de mí, vino y me escupió en la cara», relata la víctima. Una desagradable situación que le provocó un shock momentáneo, pero que no va a impedir que este influencer siga siendo él mismo. «Hay que visibilizar estas cosas porque siguen pasando, pero no me van a arruinar una semana», asegura en una conversación con SIX.
Noticia relacionada
Aunque Abreu le da la «importancia emocional que requiere» a esta agresión, reconoce que no es la primera que sufre y, por ello, está un «poco más preparado emocionalmente». Esto no quita que haya acudido a su cita con la psicóloga para gestionar la situación y que no le afecte. En este sentido, el día después del escupitajo, el 'tiktoker' se enfundó en un vestido de su madre y volvió a la feria. «No tenía ganas porque estaba triste y agobiado, pero no me dejo frenar por nadie», narra.
El 'tiktoker' es consciente de las situaciones a las que puede enfrentarse por vestirse de gitana o similares aunque reconoce que no tiene miedo: «Nunca salgo con miedo, salgo con previsión porque sé a lo que me enfrento». Aun así, Abreu pensaba que no iba a tener problemas por la apariencia femenina que le da el traje: «El día anterior iba con una chaqueta sin nada debajo y creía que alguien podía decirme algo, tengo que ir preparado. Sé que hay cosas que me pueden pasar». Esto no quiere decir que se lo haya buscado, como muchos 'haters' piensan: «¿Por ser yo estoy buscando que me peguen un guantazo?».
Abreu vive sin miedo, sin limitaciones y con la firmeza de tener claro quién es, algo que también le ha costado un proceso personal hasta llegar al punto actual. «He tenido muy buenos referentes de fuerza, como mi madre y mi abuela paterna, pero también he tenido mucho acompañamiento psicológico», reconoce el influencer, quien ahora cuenta con muchas herramientas para gestionar estas situaciones. «La psicóloga me dice que si quiero ser libre, tengo que saber que hay estas consecuencias», explica. La clave está, según relata, en interiorizar esto para que no pille por sorpresa y poder gestionarlo mejor.
Desde joven, este creador de contenido se ha tenido que enfrentar a situaciones homófobas, hasta dentro de su propia familia. Abreu se hizo conocido por contar su día a día con su padre, que no lo acepta tal y como es. «Yo estaba sufriendo una situación familiar de homofobia y necesitaba estallar por algún lado», explica, así como que tuvo que lidiar con graves acusaciones. «Mi tía, por ir maquillado, me dijo que era una vergüenza que la gente me viera y supiera que tengo el apellido Abreu», asegura.
El entorno también es importante para seguir adelante después de una situación como la sufrida por Abreu. En este sentido, el influencer se sintió protegido por los dos amigos que lo acompañaban en el momento de la agresión en la Feria de Sevilla. «Cuando me han pegado otras veces, nadie se metió a defenderme», asegura. Este es uno de los motivos por los que impidió que sus amigos se metieran. «Mejor quedarme con un escupitajo que con una paliza», reflexiona. Además, en esta ocasión optó por no denunciar porque no vio la cara del agresor. «Fue todo muy rápido».
Por otra parte, el 'tiktoker' quiere que se visibilice este hecho para que deje de ocurrir, pero no considera que sea una representación de Sevilla ni de su feria. «Todo el mundo se volcó conmigo y me trataron con mucho cariño. El año que viene voy a ir con más ganas por ello», dice sobre esta ciudad a la que, sin duda, piensa seguir acudiendo.
Con el optimismo y la naturalidad que le caracterizan, Abreu ha decidido quedarse con la parte positiva de esta triste historia. Y esa parte es la de los «miles y miles» de mensajes positivos que le han llegado. Entre ellos, los de hombres que también sueñan con vestirse de gitana. «Un chico de 15 años me escribió para decirme que yo era su inspiración y que estaba pensando decirle a su madre que le hiciera su primer traje de gitana», concluye.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.