El legado de Fran

Fran fue el corazón y el alma de SIX desde que comenzó como una idea, aparentemente irrealizable pero luego hecha realidad, y volcó en este proyecto no sólo su extraordinario talento como diseñador sino algo mucho más importante: su forma de ver la vida y de luchar por lo que consideraba justo. Y encontró en estas páginas una herramienta para pasar a la acción, para trabajar por sus ideales, para dar voz a los silenciados y arrojar luz entre tanta oscuridad. Sin golpes de pecho ni fuegos artificiales, desde la humildad y la dedicación diaria, desde el convencimiento de que es posible construir un mundo menos hostil, más habitable, respetuoso e igualitario.

Porque Fran, con su habitual buen gusto, era un activista de los derechos humanos, de la tolerancia y de la defensa de las minorías. Y lo hacía con determinación y con mucha dignidad, con vocación divulgativa pero firmeza, consciente de que cada pequeño avance supone un paso más en la escalera hacia la igualdad y que cada retroceso, por pequeño que parezca, pone en riesgo todo lo conseguido hasta ahora.

Por todo eso, y porque lo echamos muchísimo de menos, en este primer número de SIX sin él no podemos más que reafirmar su presencia, su impronta, su sello. Puede que él no esté, pero su recuerdo está en todas y cada una de las páginas y con toda seguridad seguirá estando en la permanente búsqueda de la justicia social y la igualdad que nos guía en SUR y en SIX. En esta revista hay mucho trabajo y muchas personas que han puesto todo su amor y su profesionalidad para convertirla en un homenaje a Fran, con la seguridad de que él es una de esas personas que trascenderá el paso de los años y resistirá al olvido como la bandera del arco iris lo hace a las embestidas del tiempo.