Víctor Rojas
Viernes, 1 de diciembre 2023, 00:25
El estigma social respecto al VIH sigue latente. Después de 40 años con la presencia de este virus en la sociedad sigue habiendo discriminación y rechazo hacia las personas que conviven con este virus, además del miedo que sufren éstas al contarlo. La desinformación también ... está presente en este problema: el 11% de los españoles piensan que compartir un vaso puede transmitir el VIH y un 21,3% que se puede transmitir por la picadura de un mosquito, según el estudio de 2021 'Creencias y actitudes de la población española hacia las personas con VIH', realizado por la Sociedad Española Interdisciplinaria de Sida (SEISIDA). Tanta invisibilidad hay en torno a este virus que, tras consultar varias vías, SUR sólo ha podido hablar con una persona para que cuente su testimonio. La conocida travesti Hornella Góngora, finalista de 'Drag Race España', es de los pocos referentes que existen actualmente. «He pasado por muchas etapas personales hasta que he llegado a este punto en el que soy una persona visible y no me cuesta nada hablar de ello», cuenta la artista a SUR diez años después de ser diagnosticada.
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Cuando Hornella supo que tenía VIH se lo tomó «a la tremenda». No tenía información ni sabía qué hacer aunque las palabras de su doctora, que aún recuerda, la tranquilizaron en ese momento: «¡Ale, a cuidarse!». Lo primero que hizo, tras volver a su casa, fue entrar en internet: «Leí un grupo de apoyo en el que se decían barbaridades, lo hice todo mal. Nadie me dio un folleto con información o indicando dónde podían ayudarme», confiesa aunque con la percepción de que «todo eso ha cambiado hoy en día». Pasado un tiempo, la drag fue cogiendo conciencia y entró en contacto con la asociación Apoyo Positivo, con los que sigue colaborando en distintas campañas para luchar contra el estigma social.
Un estigma social que, por suerte, Hornella no ha sufrido. «Me siento un privilegiado. Si alguien se ha apartado de mi vida o he tenido algún episodio de ese estilo no me he dado cuenta», relata. Sin embargo, es consciente de las «impresionantes» historias que sufren otras personas con VIH. En su caso, lo más impactante fue cuando se lo contó a su hermana, personal sanitario de un hospital: «No tenía conocimiento de lo que era una persona indetectable ni intrasmisible. Gente que trabaja en un hospital no tiene información, cómo vamos a pedir que la gente de la calle la tenga».
En sus relaciones sexuales y afectivas, Hornella tampoco ha tenido problemas: «Mis novios, que era gente apartada del colectivo, nunca han tenido rechazo cuando les he dado la información». Una información que, principalmente, son los efectos de la medicación, que consigue que el nivel del virus en sangre sea tan mínimo que, aunque haya cualquier mínimo de relación o de accidente, ese virus no se pueda transmitir.
En estos diez años, Hornella ha pasado por distintas sensaciones, pero llegó un punto en el que decidió hacerse visible: «Veía unas historias de un chico que subía cada noche cómo se tomaba la medicación. Me daba una sensación de envidia, me parecía un gesto tan simple, pero que para mí significaba tanto el poderte quitar ese peso de encima». En ese momento, que decidió hacer público en sus redes que tenía VIH, recibió mensajes de apoyo de su entorno y, además, de personas en su misma situación. «Me dicen que ojalá ellos tuvieran el valor para hacer esos gestos o simplemente hablarlo», explica la travesti.
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Mayor visibilidad adquirió cuando entró como concursante en 'Drag Race España'. «Si lo hablo sin ningún tipo de tapujos en mi círculo y en mis redes, comentarlo en el programa era simplemente un añadido», cuenta la artista, quien lo nota en los bolos y en los momentos más cercanos con la gente. «Siempre se te acercan, te dan las gracias y te cuentan un poco su historia», explica.
Gracias a la medicación, las personas que padecen este virus pueden tener la misma calidad de vida que otras. El problema real que sigue existiendo es el estigma. «Hace poco me pusieron en un cartel como superviviente de VIH, que suena a lo más trágico que puedas escuchar en 2023. Somos personas que convivimos con un virus», reivindica Hornella, quien añade que mientras se siga hablando en esos términos del virus, es normal que la gente tenga miedo.
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«Para luchar contra el estigma lo más importante es la información y la educación», destaca la drag, quien considera que faltan referentes y sobran miedos. «Los famosos tienen miedo de perder trabajo, colaboradores, campañas de publicidad», dice. Además, le parece llamativo ser de los pocos referentes que hay en este país.
Este miedo va relacionado con la estructura de la sociedad, piensa la drag. «El miedo es un arma de control, creo que socialmente nos queda mucho por evolucionar, tenemos el peso de las religiones que señalan a otras maneras de ver la sexualidad como algo perverso», apunta. Al igual que la culpabilización: «La culpa es el peso de la Iglesia Católica y yo ese peso no lo tengo».
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