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Víctor Rojas
Domingo, 9 de julio 2023, 00:01
La sociedad cada vez está más concienciada con acabar con los estereotipos de género. No hay juguetes de niños y de niñas. El azul no se identifica con los hombres ni el rosa, con las mujeres. Son algunos de los eslóganes que han calado. O ... eso parece. Sigue habiendo unos patrones asociados a cada género y, aquel que se sale de ahí, es juzgado y analizado al detalle. Este es el caso del tiktoker Tote Fernández. El joven murciano viste con faldas, cross top y se pinta las uñas. Motivo por el que muchos de sus seguidores se empeñan en decir que es gay. A pesar de que tiene novia, la también tiktoker Samantha Costantini. «Tampoco soy bisexual», afirma en una conversación con esta revista.
Tote viene del mundo del fútbol, donde considera que hay una masculinidad muy frágil y que ese es uno de los principales problemas. Ya se vio con la reciente polémica de Borja Iglesias y Aitor Ruibal, quienes fueron duramente criticados por acudir con bolso a una boda. «Es un complemento funcional además de estético», comenta el tiktoker al respecto. Samantha, por su parte, no entiende la diferencia entre que un hombre lleve un maletín y lleve un bolso. «Me parece ridículo que esto sea objeto de debate», añade.
Ellos, a menudo, en las redes sociales también son objeto de debate. «A raíz del tweet de una chica que cuestionaba mi orientación sexual, había un millón de personas hablando sobre eso», afirma el tiktoker. «Le preocupa más a gente de nuestra generación que a mi abuelo de la huerta de Murcia», reflexiona Samantha al respecto. Incluso han llegado a escuchar que su relación es interesada para conseguir más seguidores. Además, no solo les pasa en internet. Tote asegura que sus amigos de Murcia le gastan bromas, que a veces no lo son tanto, continuamente. «Te has ido a Madrid, seguro que comes pollas todos los días», cuenta que le dicen solo por haber cambiado de vestimenta. Incluso en su entorno se difundió un rumor de que había estado con un chico tres meses. «Me lo contó mi exnovia cuando volví a Murcia en navidad», asegura.
Tote siempre ha estado ligado al mundo del fútbol. En 2020, durante la pandemia, se fue a jugar a Islandia, donde ganó «bastante» dinero y empezó a interesarse por la moda. «Siempre me había gustado vestir diferente, pero no tenía interés por la ropa ni por diseñadores», apunta. Un año más tarde llegó a Madrid y descubrió ese mundo. «En Murcia estás más limitado, no hay tantas tiendas de segunda mano, por ejemplo», comenta. En ese momento fue cuando empezó a cambiar su forma de vestir aunque asegura que la primera vez que se puso una falda lo hizo «de manera natural».
Samantha y Tote están empezando en TikTok y, a veces, en sus vídeos responden a estas críticas, pero la mayoría de su contenido se basa en la moda. Ella es diseñadora de moda y tiene su propia marca Nulismo. Ahora estudia el máster de Diseño digital aplicado a moda. Mientras que él se acaba de graduar en Marketing y trabaja tres días de semana vendiendo gafas de una conocida marca.
La tiktoker empezó subiendo vídeos de moda que tuvieron buena acogida, luego lo dejó. Pero tenía amigos en redes sociales que la animaron a seguir. Y ahora acumula casi 530 mil seguidores. Él empezó gracias a ella tras sus buenos resultados en Instagram. «Con 300 seguidores tenía 6.000 likes», asegura. Ahora tiene casi 74 mil seguidores en TikTok.
Aún no monetizan lo suficiente para vivir de las redes sociales, aunque están empezando ese camino. «Lo veo como un complemento, pero me quiero dedicar a la moda», confiesa ella. Él cuenta con su propia sección en Zalando e hizo una marca de joyas.
La pareja lleva medio año juntos. «Es poco pero intenso», ríen. Y, siendo los dos de la misma urbanización de Murcia, se conocieron en Madrid. Tote participó en el reality, 'Para toda la vida' de Telecinco. La madre de Samantha estaba viendo la tele y la avisó porque salía un chico de Murcia, a ella le sonaba pero no de allí. «Habíamos coincidido en un evento unos meses atrás», cuenta. Se siguieron en redes sociales y surgió una amistad. «Samantha me ayudó con la acreditación para la Fashion Week», apunta. Después de eso, siguieron quedando y acabó «surgiendo el amor».
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