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Finito y Keroseno junto a sus inseparables peluches de Epi y Blas.
Finito y Keroseno: «Hemos sido los protagonistas de 'El Conquistador'»

Finito y Keroseno: «Hemos sido los protagonistas de 'El Conquistador'»

Los artistas malagueños, además de hablar por su paso por el concurso, siguen dando visibilidad al suicidio a través de su experiencia vital, ahora con la publicación de su libro 'Enterrando traumas infantiles'

Víctor Rojas

Martes, 7 de noviembre 2023, 23:07

Los hermanos malagueños Finito y Keroseno no han dejado indiferentes a nadie durante su paso por 'El Conquistador', el programa de supervivencia extrema de Televisión Española. Autoproclamados como los protagonistas de la edición, los artistas cuentan cómo ha sido realmente la experiencia en esta entrevista con SIX, en la que también hablan de su primer libro, 'Enterrando traumas infantiles'.

En su paso por el programa, los hermanos han dado visibilidad al suicidio, un tema que ha marcado su vida, ya que su madre se quitó la vida cuando ellos eran adolescentes. Algo que ya llevan haciendo varios años a través de sus redes sociales y sus espectáculos. Además, los artistas siempre han demostrado un gran compromiso con el colectivo LGTBI, algo que también se puede ver en estos vídeos y shows.

Otra de las características del paso de Finito y Keroseno por 'El Conquistador' ha sido el mal rollo con sus compañeros, con los que no consiguieron congeniar. Y, aunque cargaron con el sambenito de débiles desde el principio, los hermanos superaron dos pruebas de eliminación antes de ser eliminados definitivamente. Eso sí, antes que ellos se fue su principal enemiga dentro del concurso: Andrea Azkune.

–¿Cómo definiríais vuestro paso por El Conquistador?

Finito: Como un paso necesario, la sociedad se está acostumbrado a una forma de actuar y a una fragilidad que no conduce a apreciar la realidad de una manera verídica. Así como a tratar las cosas de una manera tan políticamente correcta que en cuanto sueltas comentarios de una manera más realista, sin tener miedo a lo que digan los demás, parece que hay que criminalizarnos. Incluso han intentado criminalizar nuestro humor, que es lo que a nosotros nos ha ayudado a sobrellevar ciertos temas. Creo que hay una manera de actuar moralista que pretende que todo el mundo sea perfecto.

Keroseno: Esa moralidad también se ve reflejada, sobre todo, en el ataque a personas que hablan de su experiencia de vida. En nuestro caso, tan fuerte como el suicidio de una madre. Nuestro paso ha sido rompedor, fresco y nunca antes visto en la televisión. Hemos roto todo tipo de estándares. Gran parte de la audiencia no está preparada para dos personajes como somos nosotros. Eso también nos satisface, nos enseña todo el largo camino que todavía tenemos por recorrer abriendo mentes. Somos dos artistas que hemos estado viviendo mucho tiempo fuera de España, tenemos una perspectiva muy diferente y bastante rompedora.

–¿Cómo era realmente la convivencia con los compañeros allí?

F: Yo intenté poner bastante de mi parte para hablar, al final son muchas horas muertas. Pero cada vez que yo proponía un tema de conversación, que para mí era productivo, parecía que era molesto. Por ejemplo, yo que soy una persona que se interesa mucho por las culturas y por los idiomas, como había tanta gente del País Vasco, pregunté por su idioma: de dónde proviene y otras cosas más culturales. Pero ellos sólo sabían hablar de tonterías: de cuando se vieran fuera, de crear un grupo de WhatsApp… No sabía si yo no cuadraba o estaba loco. No tenía nada de qué hablar con ellos.

K: Es como cuando has vivido, por ejemplo, toda tu vida en un pueblo pequeño y nunca has salido de ahí. Tu universo se basa en eso, pero cuando te vas a estudiar a la capital o un tiempo fuera de España, tu mente se abre de tal manera que ves todo lo que ahí más allá, que no eres el ombligo del mundo. Eso nos pasó al relacionarnos con el grupo, tenían muy corto alcance mental. Entonces, la relación con los compañeros fuera de cámaras era bastante reducida.

–¿Repetirían la experiencia?

F: Sí, más que nada por evadirme de la sociedad. Era lo que yo buscaba: te quitan los teléfonos, te quitan de la realidad, no tienes contacto con nadie… Me ayudó a relajarme, a quitarme ansiedades y, por esa parte, repetiría sin duda. Es una experiencia única, es como irte a otra dimensión.

K: Yo también. A mí siempre me ha encantado el mundo de la televisión y de los 'realities'. Me ha emocionado mucho los momentos en los que veía un equipo tan unido con el fin de sacar el programa adelante. Al final las caras visibles son Raquel –Sánchez Silva– y Julian –Iantzi–, que son dos pedazos de conductores, pero detrás existe un equipo técnico que no se ve. Vivir eso ha sido una fortuna que está muy alejada, incluso, del premio del programa. Además, somos dos todoterrenos que cuando estamos puestos en el campo de juego nos llevamos a quien tengamos que llevarnos por delante. También nos gustaría estar en un territorio menos hostil, que podamos estar limpios, guapos y lucirnos. Sin pasar tanta hambre y tanta desdicha, pero aún con eso tiramos para adelante.

–¿Se ven en otro 'reality'?

F: Me lo tomaría como un reto para ver si realmente somos capaces de tener buena relación con los compañeros. A lo mejor el problema lo tenemos nosotros y ya está –bromea–. Lo que sea no está mal experimentarlo y ponérselo de frente. Creo que hay mucha gente que que también ha disfrutado, entonces se lo debemos: que nos vean en un ambiente menos hostil y más de personas civilizadas.

K: Creo que sí, somos dos artistas bastante adaptativos. Se ha podido ver que lo que venga, lo vamos a hacer nuestro. Al final, toda oportunidad hay que tenerla en cuenta. Pero para vivir en un ambiente bonito, me voy a un campamento de verano. Yo a la televisión voy a contar la verdad, a hablar con el espectador y a tirarme al barro para ofrecerle al televidente lo que está buscando ver: sacar las verdades a la luz, te cueste lo que te cueste y te lleves por delante a quien te lleves. Lo siento, si no quieres vivir eso, no vayas a la televisión. Hay mucha hipocresía, nos dicen que a nosotros nos encanta la televisión, igual que a los demás que también están en un plató diciendo eso. En nosotros esa hipocresía no se ve, eso levanta ampollas.

–¿Cambiarían algo de su paso por el programa?

F: Creo que no cambiaría nada. Nosotros no estábamos pensando en el resultado, en cómo lo iba a ver la gente. Estábamos pensando en nosotros como equipo, en mi hermano y en mí. Al final nos dio un poco más igual el equipo azul, pero creo que hemos hecho un buen concurso, hemos llegado donde hemos podido y nos ha gustado la experiencia.

K: La esencia de Finito y Keroseno es esa. Muchas veces ni tú misma te puedes esperar lo que vamos a sacar hacia afuera, y esto ha sido lo que ha salido. Ha sido lo que nos ha hecho los protagonistas de 'El Conquistador' de Televisión Española. Y a quien le pique, que se rasque. Nada más que se tiene que ver que detrás de este programa hay muchísimos profesionales y los tiempos de pantalla han sido los que han sido. Además, me lo he pasado tan bien que para qué cambiar algo.

–¿Creen que hubieran congeniado mejor con gente de otros equipos?

F: Nosotros veníamos de una preconvivencia con los hombres. Te daban a elegir la habitación en la que tú querías estar y, casualmente, con los que nosotros decidimos estar, ninguno estaba en nuestro equipo, menos Polvillo. Pero éramos los únicos tres que fuimos a otro equipo. Todos los demás acabaron en el equipo rojo. Aun así, creo que también hubiese habido problemas. No es lo mismo cómo actúa la gente cuando está en el hotelito de bromas, que cuando es el momento de empezar a pelear.

K: Quizás con otro tipo de presencia femenina en el equipo, que también hubiese sido un poco explosiva, me hubiese gustado más la experiencia. Pero menuda gente aburrida, básica y 'pollavieja' había en nuestro equipo.

–¿Con quiénes estaban en esa preconvivencia?

–Estuvimos con Guyo, Montoya, Agus, Azo y Polvillo. No había nadie más. Esa habitación se quedó así.

–Keroseno dijo en un capítulo que el capitán, Patxi Salinas, no se preocupaba por él por ser «un pedazo de maricón». ¿Eso lo sigue manteniendo?

K: Por supuesto. Todo lo que he experimentado en el concurso, lo he contado. Y hasta el capítulo seis, que se va la parte más tóxica del equipo –en referencia a la eliminación de Andrea Azkune–, no es cuando Patxi Salinas se acerca a nosotros y se dirige a mí, por primera vez, para intentar solucionar los problemas que había. Entonces, con esa expresión me refiero a que algún tipo de preocupación rondaba en su cabeza para no dirigirse a mí a la hora de querer tratar las cosas. Detrás de la cámara a mí, que quede claro, que Patxi Salinas no me hablaba. Uno llega a las conclusiones de que quizá tenía miedo de no saber cómo referirse a mí, tenía miedo de ver si se sacaba algo del tema referente al colectivo. ¿El miedo qué es? Fobia. ¿Yo qué soy? LGTBI, homo: homofobia, tampoco es tan complicado. Hoy en día uno nombra la homofobia o la LGTBIfobia y lo criminalizan, ya no se puede hablar ni de lo que uno siente. Me gusta mucho ver a la gente que no es del colectivo opinando si uno está sufriendo LGTBIfobia o no. ¿Quién eres tú para calificar si una persona del colectivo está sufriendo algún tipo de represión cuando tú en tu vida la has sufrido?

–Además de ese comentario, ¿creen que en el grupo, en general, ha estado presente la LGTBIfobia?

K: Que alguien venga a decirme que el comentario que yo saqué a la luz en nuestra última asamblea –Keroseno acusó a Chase de decir que el Orgullo es «un desfase innecesario»– no tiene tinta LGTBIfóbica. Les parece muy bien que celebremos el Orgullo, pero debajo del agua, como dijeron en Zapeando al comentar el vídeo. Te parece muy bien que seamos lo que queramos, pero la celebración nos la guardamos en el bolsillo. Si no te gusta el Orgullo, no te gusta el colectivo LGTBI. Para mí no hay tutía con estas cosas, soy bastante tajante. A estas personas se les vio el plumero.

–¿Cómo han soportado las críticas?

K: A la gente le encanta hablar de Finito y Keroseno, incluso no aparecemos en vídeo y están hablando de nosotros. La primera semana choca tanta atención y tantos comentarios y, sobre todo, el suscitar tanta cobertura de prensa, pero las siguientes semanas lo hemos llevado genial. Cuando tú eres el protagonista de algo, la gente va a comentar sobre ti. Ahora, si no comentan sobre ti, preocúpate sobre el concurso que has hecho.

F: Más que nada ha sido preocupación por el tema familiar, había muchos ojos de la familia viendo 'El Conquistador' que, a lo mejor, no han procesado ciertos temas como nosotros lo hemos hecho. Entonces leen comentarios que pueden hacer que se preocupen de forma excesiva. Pero no sólo por ellos, sino por cómo nos puede afectar a nosotros. La realidad es que nosotros estamos curados de espanto. No hay nada que nos hayan dicho que no hayamos hecho una broma antes. Nos quedamos con que son palabras y no nos afectan. Al final, los que realmente podemos hacernos daño somos nosotros mismos. Estamos planteando hacer una sección de nuestros vídeos o de algún espectáculo en el que comentemos lo que se dice por ahí de nosotros. ¡Nos han dado hasta contenido!

–¿Quién quieren que gane 'El Conquistador'?

K: Me hubiera gustado que ganase Loren. Ha sido una persona muy buena en el concurso y el escudo que el equipo ha usado en todo momento cuando necesitábamos que alguien fuerte fuese alguna prueba a sacar las garras. Además, ha sido el blanco fácil del resto de equipos para ir a los desafíos.

F: Opino lo mismo.

–Han publicado el libro 'Enterrando traumas infantiles', ¿qué quieren transmitir con él?

F: Queremos demostrar que la esencia de un niño, por mucho que evolucione y que crezca, se va a seguir manteniendo de por vida y que todo lo que haya afectado a ese niño, todo lo que haya sufrido, va a ser un reflejo de lo que esa persona es en el futuro. Al crecer nos hemos dado cuenta de que hay mucha gente que ha pasado por cosas similares, que creemos que es un acto bonito el dejarlo por escrito y el darle a la gente la oportunidad de verse reflejado en una historia de dos personas que han sabido sobrellevar la situación y enfocarse en lo que ellos querían. En el libro se ve reflejado que somos los mismos niños con las mismas ilusiones y las mismas ganas de seguir peleando por lo que queremos, pero en un cuerpo más adulto.

K: También darle más voz y más realidad a nuestro pasado y a la historia de donde venimos. Si tan sencillo te parece dejar un comentario opinando a la virulé por lo que has visto en dos horas de edición de un programa, ten también el valor de entrar en detalle y saber qué es lo que hay en nuestro pasado. Lo que nos ha traído hasta aquí son una serie de situaciones que hemos vivido y que nos han hecho ser lo que somos hoy en día. Principalmente queremos transmitir que perdonar es un acto de amor propio. Para hacer este trabajo de introspección tan grande que hemos tenido que hacer a la hora de escribir el libro, lo primero que hemos tenido que hacer es perdonarnos a nosotros mismos y, también, perdonar a las personas que han formado parte de nuestra vida y que, en su momento, hicieron las cosas como supieron.

–Es un libro sobre sus experiencias.

F: Al final, en el libro hemos contado nuestra experiencia, pero hemos sabido ir más allá y mostrar que, no sólo se aprende de una experiencia, sino que de lo que más aprende uno es de analizar lo que ha sacado en provecho de esa experiencia.

K: Y lo importante que es el niño que tienes en tu interior. Si le sigues haciendo caso a día de hoy, si te asemejas con él, si crees que tenéis cosas en común. Si no es así, quizás deberías replantearte muchas cosas en tu vida, lo más seguro es que no estés siendo feliz. El niño que éramos de pequeño tiene que ser la llama que mantenga viva al adulto que hoy en día somos. Y eso es lo que somos Finito y Keroseno.

Parte de la portada del libro de Finito y Keroseno, 'Enterrando traumas infantiles'.

–¿En qué momento surgió la idea de escribir este libro?

F: Es algo que teníamos en mente desde hace muchísimo tiempo. El hablar de nuestros temas de una forma humorística o de una forma tan chocante en las redes, siempre nos ha dado ese impulso de pensar que ha llegado el momento de tener que hablar de las cosas de manera más seria, de plasmar todo esto y de que la gente que realmente tenga interés y se haya preocupado por nosotros, pueda conocernos, pueda acceder a nosotros y llegar a comprendernos más. Es la forma más pura y más honesta de reflejar todo con detalle.

K: También a nuestra madre le gustaba escribir mucho y ella se desahogaba plasmando sus pensamientos en papeles y creemos que también es algo que viene, en cierta manera, de ella. Queremos que nos conozcan desde una perspectiva totalmente cruda y realista, sin ironía ni sarcasmo, que la gente sea capaz de leer las páginas y también, al mismo tiempo, de llevarse una experiencia de aprendizaje y comprender qué hay detrás de nosotros. El libro es un tú a tú. Al principio del libro viene bastante bien explicado que si no estás preparado para este tú a tú, quizás no es tu momento de empezar a leer 'Enterrando traumas infantiles'.

–¿Qué proyectos tienen para el futuro?

F: Tenemos muchas canciones preparadas. El libro está teniendo tal acogida que tenemos en mente el próximo. Hay muchos documentos que nos gustaría intentar recuperar de nuestra madre. Además, como nos han mandado el tráiler del libro, se me encendió algo en la cabeza para el futuro: llevar la pantalla a mi madre y reflejar su historia, quitándonos a nosotros de protagonistas. Ha sido una persona de la que se puede aprender mucho y en la que se puede ver un ejemplo de mujer a la que silenciaron desde la infancia, a la que hicieron no creer en sus sueños, a la que hicieron tener que buscarse la vida de una manera que no quería y olvidar todo lo que deseaba de pequeña: bailar, diseñar ropa. A mi madre la mataron en vida, y yo creo que eso, al final, fue uno de los motivos por lo que ella acabó haciendo lo que hizo.

K: Nuestro camino artístico también es una manera de rendirle homenaje a ella. Se puede ver desde el principio. A partir de ahora, no puedo decir otra cosa que vamos a seguir siendo Finito y Keroseno. 'El Conquistador' ha sido una etapa más de nuestra vida, pero nosotros hacíamos música de antes, hacíamos nuestra comedia de antes, ya habíamos recorrido varios países haciendo nuestro teatro. O sea que vamos a seguir emprendiendo nuestros camino artístico y sorprendiendo a la gente con cosas nuevas. Y vamos a seguir evolucionando como personas y, sobre todo, como artistas.

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