Borrar
Daniela Vallejo, próxima representante de España en Miss Trans.
El «exilio» de Daniela: de huir de la transfobia familiar a representar a España en Miss Trans

El «exilio» de Daniela: de huir de la transfobia familiar a representar a España en Miss Trans

La malagueña afincada en Mallorca comparte con SUR su resurgir tras sufrir diferentes tipos de discriminación por su identidad de género y caer en las adicciones

Viernes, 14 de febrero 2025, 22:07

Daniela vive en Mallorca, alejada de su Málaga natal. «Un exilio» que comenzó hace ocho años. Cuando decidió dejar su vida atrás para poner tierra de por medio y alejarse de dos problemas: la transfobia familiar y las adicciones. Ahora, que ya no depende de las drogas y a pesar de no haber conseguido recuperar la relación con sus familiares, la vida le sonríe: Daniela Vallejo será la representante de España en la próxima edición del concurso Miss Trans.

La malagueña asegura que fue la elegida para representar a España en Miss Trans porque querían una candidata con una historia detrás. Y ella la tiene. Comienza en Alameda, el último pueblo de Málaga, donde nació. Desde pequeña tenía claro que era una mujer, pero su familia no. No lo aceptaban. No lo aceptan. Y, según el relato que la malagueña ha compartido con SUR, no lo aceptarán nunca. «Tuve que vivir terapias de conversión con un pediatra que me inyectaba testosterona para revertir mi proceso, para que no fuera homosexual», narra.

La representante española en Miss Trans cuenta que, a los 13 años, sufrió ginecomastia puberal –un crecimiento de los pechos que le sucede a algunos adolescentes y que suele desaparecer solo con el tiempo–. Debido a esto, el médico le diagnosticó trastorno hormonal y le recetaron inyecciones de testosterona. «Le decía a mi madre que no, que me sentía mujer. Ellos decían que el médico había diagnosticado eso», relata. Daniela tenía que pincharse esta hormona tres veces al mes durante un año. Lo que le provocó una «masculinización» de su cuerpo que le provocó la caída del cabello, pero que le saliera pelo en otras partes del cuerpo como la barba. «Era muy doloroso, perdía el conocimiento en cada una de las inyecciones y me causó un gran trauma. Eso me derivó en una orquiepididimitis testicular crónica –inflamación del testículo y del epidídimo– que sufrí hasta que me operaron de vaginoplastia», asegura.

Daniela se fue de Málaga para superar sus adicciones y alejarse de la transfobia familiar.

«Sabía que era chica. Me sentía una chica aunque no sabía bien qué era ser trans», expone Daniela. Sus referentes tampoco la ayudaron: Cristina 'La Veneno' y Marisol –vecina de Alameda detenida por practicar aumentos de pechos y de nalgas inyectando líquido coloidal en su piso de Barcelona–. «Ellas venían en un plan muy vulgar. Yo sabía que eso no quería. Me sentía una mujer normal, con sus estudios, su formación, a la que le gusta ir con faldas, con tacones…», narra. Pero su familia no lo veía así. Para salir a la calle necesitaba cumplir uno de estos dos requisitos: jugar al fútbol o tener novia. «Todo eso te condiciona a través del miedo hasta conseguir dar el paso. Yo lo he conseguido gracias a que puse tierra de por medio», dice contundente a través del teléfono.

Daniela aún no tenía las herramientas para saber qué era una persona trans. Pero sí sabía que a ella le gustaban los hombres heterosexuales. «Pensaba así y no sabía cómo expresarlo», afirma. Esto le hizo caer en el mundo de la cocaína. «Empiezas a acostarte con hombres heterosexuales a cambio de consumir, de comprar cocaína y caí en ese mundo a través de tener relaciones con 'heterocuriosos' que lo hacen por drogadicción. Y, de ahí, pasé a la heroína», añade.

Sus problemas con las drogas, que le habían hecho tocar fondo, sumados a la transfobia familiar hicieron que Daniela decidiera «resurgir como el ave fénix». Aunque lejos de su casa: en Mallorca. «Para la familia 'esto', como ellos lo llaman porque no saben ponerle nombre, molesta, 'esto' hace daño, 'esto' provoca sufrimiento… Entonces, tuve que poner tierra de por medio», cuenta sobre su transexualidad.

Una nueva vida en Mallorca

Daniela llegó a Mallorca «con una mano delante y otra mano detrás», pero con un objetivo: dejar la droga. Su primer año en la isla, en 2017, estuvo en la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) de manera «voluntaria». «Los médicos de la UCA me decían que mi fuerza de voluntad la tendría que tener mucha gente. Yo no quería tomar metadona, quería quitarme, pero no caer en otra adicción. Quería salir para ser una mujer feliz», relata tras llevar siete años sin consumir.

Una vez que acudió a la UCA, Daniela contó su situación y la derivaron a la psicóloga especialista en identidad de género. «Fue la que me ayudó a entender mi problema, todo el sufrimiento que yo había tenido de pequeña, todo lo que yo había vivido y a darle luz a todo esto», narra. Tras esto, comenzó su proceso de transición en 2020.

A su vez, ya con una vida estable en Mallorca, alejada de las drogas y en pleno proceso de transición, la malagueña trabajaba para una ETT que la derivaba a diferentes entidades bancarias para trabajar como contable. Primero, bajas puntuales y más tarde, contratos de más duración. Uno de ellos, de ocho meses. A pesar de que aún no había conseguido cambiar su DNI por problemas burocráticos, Daniela hizo saber a su coordinadora que es una mujer transgénero con la intención de que se lo comunicara al banco en cuestión. «Cuando llegué, no sabían nada. Se vieron sorprendidos», dice.

«Quería saber qué había cambiado de mis conocimientos por no llevar traje y corbata, seguía siendo la misma persona»

Daniela Valleja

Víctima de transfobia laboral

Tras cumplir con sus ocho horas de trabajo, en las que estuvo sentada en una mesa contra la pared, se encontró con una carta de despido «por no encajar con el perfil elitista de la entidad y por no ir con la indumentaria correspondiente: traje y corbata». Una transfobia laboral que Daniela no entendía. «Quería saber qué había cambiado de mis conocimientos por no llevar traje y corbata, seguía siendo la misma persona», habla sobre este hecho sucedido en 2023.

Después de este suceso, Daniela decidió interponer una demanda contra la entidad, pero al darse cuenta que esto hacía que no la llamaran de ningún otro banco la retiró. “Cuando denuncias la transfobia en una entidad, la empresa que te contrata ya te pone en lista roja aunque otras oficinas te soliciten. Te consideran una persona problemática por defender tus derechos”, dice.

Esta no es la única situación tránsfoba con la que se encontró Daniela en este sector. “En la entrevista final el director me dijo que era la mejor pero que ‘mi tú’, no supo expresarlo, no encaja con el perfil de los clientes”. Sin embargo, también se encontró sucursales en las que no tuvo ningún problema. “Me impactó que hubiera tanta normalidad porque siempre vas predispuesta a ese rechazo”, cuenta, además de añadir que hasta el propio jefe la animaba a ponerse falda.

Estos hechos hicieron que la malagueña cambiara de sector. Ahora, colabora con la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) para la inclusión en empresas de las personas trans. “Cuento mi realidad en congresos y cuál es la diferencia entre un puesto de trabajo en el que todo está muy normalizado y llegas a otro y no”, detalla. Además, trabaja de ‘hostess’ en la recepción de uno de los restaurantes “más importantes” de Mallorca.

Miss Trans

Ahora, la vida sonríe a Daniela: ha sido elegida como representante en Miss Trans y va a volver a Alameda en marzo para presentar los carnavales del pueblo. “Afronto la vuelta porque voy a ir a casa de una tía mía”, asegura mientras recuerda más episodios trágicos con su familia. “Cuando se enteraron de que me iba a operar de vaginoplastia se comprometieron a venir a verme a Barcelona, pero nunca apareció nadie”, dice, además de añadir que “cara al público intentan lavar su imagen y dicen que me apoyan, pero la realidad no es así”. La malagueña afirma que le da igual lo que piensen sobre su vuelta. “Voy a volver cómo soy, quién soy y lo que soy. Lo que he conseguido no lo van a volver a atrás nada ni nadie”, sentencia.

Miss Trans se celebrará en Montpellier, en Francia, el día 5 de octubre. Cada año se organiza en el país ganador. Y Daniela ya sueña con que el evento del año que viene tenga lugar en Torremolinos. “Seré malagueña hasta el día que me muera, amo mi tierra, pero ahora digamos que estoy en un exilio porque no puedo vivir allí”, confiesa.

“Cuando sufres transfobia en el trabajo, puedes cambiar de trabajo. Cuando sufres transfobia con amigos, puedes cambiar de círculo. Pero cuando sufres transfobia familiar, no tienes otros padres”, concluye Daniela.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur El «exilio» de Daniela: de huir de la transfobia familiar a representar a España en Miss Trans