La escena 'ball room', un espacio de diversidad y libertad que gana terreno en Málaga

El contoneo y la pose tienen mucho peso en esta batalla amistosa, que más que un concurso se convierte en una reunión de amigos y amigas de todo el mundo, quienes eligen pasarlo bien y poner amor y cariño ante cualquier muestra de odio o rechazo. Además, cada artista pertenece a una 'casa' distinta, un concepto de hermandad que tiene nombre y apellido y un 'father' o 'mother' (padre o madre en inglés) que las respalda en cualquier situación vital: Revlon, Visori, Balenciaga, Garçon, West, Gucci u Oricci.

Una vez detallado el concepto de la 'ball room', hay que poner en valor el carácter internacional de este evento, llegando a reunir a artistas de 'casas' de todo el mundo, como París, España, Holanda o Estados Unidos. En este show hay que reconocer el esfuerzo por parte de la Diputación de Málaga, Cervezas Alhambra y Dflow Studio para que la ciudad se convierta en un punto de referencia para reunir a la escena 'ball room'.

Para una de las invitadas estrella de la tarde, la diseñadora Ana Locking, que Málaga cuente con espectáculos de esta talla es una aportación «brutal para la cultura local»: «Hoy en día hace muchísima falta visibilizar y empoderar al colectivo LGTBI, porque se dan dos pasos hacia delante y dos hacia tras. La escena 'ball room' es una celebración de la diversidad», cuenta esta artista, quien diseñó una camiseta exclusiva para la ocasión, cuyo beneficio se destinará íntegramente a la asociación malagueña Apoyo Positivo.

La tarde comenzó con una presentación informal de todos y todas las artistas de las 'casas', pasando por el escenario con un baile al estilo 'vogue' o un desfile para mostrar su 'look'. Mientras tanto, todo el público, externo o perteneciente a la 'ball room', animaba y alentaba coreando con mucho cariño a quien pasara por la escena: «¡007!», gritaban con ritmo mientras la pista estaba ocupada por aquellas artistas que no pertenecen a ninguna 'casa'. Tras ello, el concurso se hizo realidad con las categorías que iban paseando por el escenario: looks inspirados en Halley Berry, en los Globos de Oro (en el galardón, literalmente), Betty Boop, una categoría de poses faciales femeninas o de trajes de etiqueta con tonos dorados o lentejuelas. Para todas estas pequeñas batallas había un trofeo que sólo podía llevarse una persona.

Mientras tanto, el público enloquecía con cada paseo de esta fiesta de glamour y estilo, un espacio que se convierte en el lugar idóneo y seguro donde ser uno mismo es obligatorio. Hubo, incluso, una pedida de mano, la de Lia e Isa, quienes se confesaban ante cientos de personas su incondicional amor, una relación de amistad que surgió en la adolescencia y que las unió años más tarde la escena 'ball room': «De esto va la 'ball room', de estar juntos y luchar juntos», gritaba uno de los presentadores de la noche, el 'host' Ilyak Visori. Junto a él, Khyree Balenciaga estuvo como comentador de los shows y a la música Loffe Beats, el encargado de hacer vibrar a una Térmica más viva que nunca, diversa, colorida y libre.