La defensa del colectivo llega al taekwondo: «Aún se escuchan comentarios homófobos»

En este camino de visibilización y normalización se encuentra el taekwondo. Hace pocas semanas nació el departamento LGTBI de la Federación Andaluza de Taekwondo. «Es muy importante para seguir luchando por nuestros derechos y seguir con la evolución», explica la coordinadora de este departamento, Eva Párraga. Con esta creación, Andalucía se une a la Comunidad Valenciana, que fue la pionera con la secretaría de Diversidad dentro de su federación de taekwondo.

Aún no existen proyectos dentro de este departamento debido a su reciente formación y al momento actual, ya que entre octubre y diciembre se celebran los campeonatos de taekwondo, en los que está centrada Párraga. Sin embargo, ya hay muchas ideas en mente y todas apuntan al mismo sitio: la tolerancia en el deporte, la no discriminación con independencia de la orientación sexual y la identidad de género, así como la visibilización del colectivo LGTBI en el deporte. «Me encantaría coger un grupo de Andalucía del colectivo, crear una selección e irnos a competir representando a Andalucía con el dobok con la bandera del orgullo», comenta la coordinadora, quien espera con ganas la reunión con la federación para empezar a crear proyectos.

«Desde la federación han visto conveniente crear este departamento para evolucionar, crecer y mostrar que es un arte evolutivo», explica Párraga, quien defiende que la orientación sexual no está reñida con la competitividad ni la fuerza. «No eres más flojo por ser del colectivo», afirma. Por ello, desde su departamento quieren romper con estos estereotipos y avanzar hasta la inclusión total y la normalización, sin que ningún taekwondista tenga que ocultar quién es.

Párraga, quien lleva en el mundo del taekwondo desde hace unos 15 años, ha vivido situaciones LGTBIfóbicas que, por desgracia, siguen sucediendo. «Se escuchan comentarios como '¿Qué eres maricón? Dale más fuerte' o 'Yo con este no me ducho que es maricón'», cuenta la coordinadora. A pesar de estos comentarios, ella no se esconde y visibiliza su orientación sexual dentro del equipo que entrena y allá por dónde va: «No me oculto ni intento parecer más femenina. Nunca pierdo mi esencia».

Además, pone su visión en 2026. En Valencia. En los Gay Games, una competición que acogerá competiciones de más de 30 modalidades deportivas, entre ellas el taekwondo. Se trata de un gran evento que toma como argumento la competición deportiva y que reúne a atletas que se apuntan para participar sin que las marcas o las capacidades atléticas sean un obstáculo, como tampoco lo son la orientación sexual, la religión o la nacionalidad. Fueron creados en 1980 por el decatleta olímpico americano Tom Waddell para reivindicar que el deporte no puede ser un territorio hostil para el colectivo LGBTI. «Es un incentivo y algo muy bonito para que se vea que una persona por ser del colectivo no es menos fuerte», asegura Párraga.

Casualmente, la candidatura de Valencia para albergar el Gay Games fue presentada, entre otros, por Damián López, primer activista LGTBI de taekwondo del mundo, así como fundador de la sección de taekwondo de Samarucs, club deportivo LGTBI.

Párraga también cuenta con su propio gimnasio: Dreams Nova, en el que entrena a su equipo de taekwondo, que va desde los 5 a 41 años. «En otra época he tenido personas de 50 y hasta 60 años», confiesa. La exdeportista de élite enfoca su negocio en entrenamientos grupales y personales, pero siempre con un objetivo: que la gente sea tan feliz como ella. «Quiero que la gente se sienta libre haciendo deporte, que les mole hacer 40 flexiones, que sean más felices de lo que eran», afirma.

Dreams Nova, que se encuentra en calle Ayala, abrió sus puertas en octubre de 2019, unos meses antes de la pandemia. «Me grababa vídeos desde casa para motivar a la gente y que desconectaran de la situación», cuenta. Aunque fue uno de los pocos gimnasios que pudo abrir poco tiempo después porque tiene 120 metros cuadrados.

«El deporte se convirtió en una película de terror, porque hacías deporte al aire libre o en tu casa solo y a la gente le daba miedo volver», expresa. No obstante, poco a poco han ido volviendo a confiar y su gimnasio ha remontado. «Estoy muy orgullosa de cuatro años abiertos. Ha habido mucho esfuerzo y sudor», concluye.