Las personas LGTBI intentan suicidarse el doble que la población general

Las personas LGTBI reportan más del doble de ideaciones de suicidio que la población general, según los resultados del estudio 'La situación de la salud mental en España', realizado por la Confederación Salud Mental España, que advierte que 32,1% del colectivo lo ha intentado o ha tenido ideación frente al 14,5% del resto de los habitantes. Además, este proyecto evidencia que el colectivo LGTBI tiene más probabilidad de acudir a un psicólogo o psicóloga.

El 33,9% de las personas LGTBI van al psicólogo frente al 20,8% de la población general. Y solo el 43,6% del colectivo percibe su salud mental como buena o muy buena, frente al 62,5% del resto de habitantes. Este mayor sufrimiento psíquico se refleja en que un 64,9% de las personas LGTBI participantes en el estudio afirma haber sufrido ataques de ansiedad, un 55,4%, depresión y el 48,2%, ansiedad prolongada.

Una situación que percibieron investigadores de la Universidad de Granada (UGR) al hacer una investigación sobre este asunto. En este sentido, los científicos explican cuáles son las causas y también las claves de prevención gracias a un nuevo trabajo centrado en el colectivo LGTBI. «En general, suele venir determinado sobre todo por cuestiones sociales: por la estigmatización que, a veces, sufren, así como los altos niveles de atrapamiento», asegura David Sánchez Teruel, profesor de la citada institución académica, a SUR. Algo que también llamó la atención de los especialistas es que estos factores son «casi más determinantes» en los reintentos de suicidio que la ansiedad y la depresión. Además, notaron que la comunidad trans suele ser la que más problemas presenta de este tipo.

Fruto de este mismo estudio, en el que también participan investigadores de otras universidades, obtuvieron factores de protección, característicos del colectivo LGTBI, como la cohesión social, entendido como el sentimiento de pertenencia a una comunidad, y la salud mental positiva. «Es entendida, no como la ausencia de trastornos, sino como la focalización más en aspectos positivos de salud mental que en aspectos negativos», explica Sánchez Teruel, quien afirma que estas personas suelen «sacar lo constructivo» de las situaciones adversas, incluso utilizan el humor y la ironía para hacerles frente. «Nos llamó mucho la atención por la dureza de las situaciones, como el sufrir acoso escolar o que sus padres los echen de casa», añade.

A pesar de saber que la salud mental positiva es un factor característico del colectivo LGTBI, los investigadores no han descubierto la causa. Sin embargo, manejan algunas hipótesis para que esta situación se dé así. «Las situaciones adversas comunes hacen que el colectivo hable de ellas en un tono humorístico, algo terapéutico para ellos», señala el docente. Una de las conclusiones del estudio es que los reintentos de suicidio se dan más en personas jóvenes, entre los 20 y 25 años. «La gente más mayor, a partir de los 40, son los que más relativizan y, sobre todo, utilizan estas estrategias», aclara.

Además de seguir presentes en el activismo social para prevenir la ideación del suicidio de las personas LGTBI, Sánchez Teruel va más allá y reclama más actividades de visibilización del colectivo dentro del ámbito educativo desde edades tempranas. «A veces se sienten únicos, que son bichos raros. Tienen que entender que hay mucha gente que lucha por ellos y que ha vivido situaciones similares, pero ahora tienen vidas plenas», afirma.

En 2023 murieron por suicidio en España 4.227 personas, casi un 20% más que cinco años antes, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Unos datos a los que les falta especificaciones, defiende el investigador David Sánchez Teruel, como conocer la orientación sexual y/o identidad de género de la víctima. «En España existe un problema: no se registran las tentativas de suicidio, sólo las muertes, pero sólo sexo, edad y zona geográfica. No sale nada sobre colectivos concretos, algo que en los países nórdicos sí se hace», resalta el investigador. Una situación que les impide hacer un diagnóstico más amplio de la situación y que ya han manifestado al INE y al Ministerio de Sanidad.

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