Secciones
Servicios
Destacamos
Fuera casco, melena al viento. En la misma puerta de la heladería 'Canela en rama', lugar elegido para esta entrevista', La Dani (Málaga, 1991) aparca su moto tras conducir con ella por primera vez por la autovía. Ese pequeño miedo no impide que en su ... cara se refleje el momento personal y profesional por el que está pasando. Un momento que coincide con el nombre de este establecimiento de Torremolinos y que he llegado tras su papel en 'Te estoy amando locamente', una película en la que se materializa el trabajo que La Dani lleva años realizando y que le valió un Premio Feroz y una nominación a los Goya.
–El nombre de esta heladería es 'Canela en rama'. ¿Se podría definir así tu momento personal y profesional?
–Me atrevería a decir que es el mejor momento de mi vida en todos los sentidos. Primero porque estoy viviendo en Málaga, eso es una cosa que me hace muy feliz. Luego, por primera vez en mi vida, me puedo dedicar a lo que me gusta: la peluquería y ser actriz.
–Acabas de llegar de Cuba, ¿qué has estado haciendo allí?
–Fui en junio y ahora he vuelto. La primera vez fui a la Muestra de Cine Español, un festival pequeñito de cine español en Cuba y esta vez me han invitado al Festival de Cine de Gibara, una ciudad del interior del país. Ha sido increíble. La primera vez ya me explotaba la cabeza, así que imagina la segunda. Y encima proyectar 'Te estoy amando locamente' allí. El público flipó con la película, fue muy guay.
–Además estás en muy buen momento porque te acabas de comprar un detector de metales, ¿no?
–¿Cómo sabes eso? ¡Ah, vale, que lo puse en Twitter! Efectivamente, aún no me ha llegado. Era el sueño de mi vida desde pequeño. Veía en la playa a una persona con un detector de metales y yo quería uno. Como ahora me puedo permitir, digamos, algún 'caprichito', aunque me ha costado muy barato, me lo compré. Ha sido un poco agridulce porque cuando se lo conté a mis amigos me dijeron que era ilegal. Creo que tienes que estar a dos kilómetros de monumentos históricos para que no se considere que le estás quitando el tesoro al estado. Pero para la playa, que es lo que yo quiero, creo que sí se puede. De hecho ayer vi a un señor. Me tengo que informar, tengo que llamar al Ayuntamiento.
–En el ámbito de la peluquería, ¿qué estás haciendo: tienes tu propio negocio, trabajas con amigos…?
–Estoy cortando el pelo a mis amigas. Ahora mismo estoy bien con eso. Necesito mucha disponibilidad y tiempo: proyecciones de la película, castings… Entonces, se me hace un poco de bola abrir mi propia peluquería y no lo necesito. Supongo que en algún momento sí, no lo descarto. Creo que mi futuro está ahí. Y tampoco trabajar para otro por eso mismo. Mi idea a corto plazo, estoy esperando a septiembre para organizarme, es alquilar un espacio en una peluquería para gestionar mi agenda e ir cuando me dé la gana.
–Estás muy contenta por estar en Málaga, pero siempre se dice que las oportunidades están en Madrid.
–Ya te digo, estoy en mi momento canela en rama y estoy aquí. Lo único que me puedo perder son algunos eventos de marcas o fiestas, pero es la parte que menos me interesa. Prefiero pagarme un AVE a estar pagando una vida en Madrid. Estamos a dos horas y media, no hace falta vivir allí.
–¿En Málaga se están moviendo proyectos audiovisuales?
–No… O sea, no. Estaba pensando. Presenté la gala del Festival, pero eso.
–¿Y sigues haciendo castings y buscando proyectos?
–Sí. Terminé una prueba de vestuario y me fui a Cuba. Terminé de grabar en junio una serie nueva para Netflix, no sé si puedo decir el nombre. Mi papel es muy pequeñito, tuve cuatro días de rodaje. Es muy guay, estoy muy contento con eso. Lo guay es que estoy 50 y 50. Necesito los dos mundos, quiero compaginarlo. Tengo lo suficiente de actor y lo suficiente de peluquería como para no agobiarme con una cosa ni aburrirme con la otra.
–Hace poco se estrenó 'Una perra andaluza', donde haces un cameo. ¿Cómo se gestó eso?
–Eso fue hace cinco años. Ni pensamiento de que iba a hacer una película y me iba a dedicar a esto. Todavía no he visto la serie, Pablo –Tocino, director de la serie– me va a matar. No la he visto porque no he tenido tiempo, porque no tengo Filmin y porque creo que me da un poco de reparo verme. Lo hice hace cinco años en calidad cameo, yo hacía música, pues que venga La Dani que es graciosa y hace vídeos en Instagram y ya está. Pero me hace muy feliz que Pablo haya podido sacar esta serie por la que lleva tanto tiempo luchando. Me hace mucha ilusión y me enorgullece estar ahí a pesar de no haberla visto, aunque he escuchado cosas muy buenas.
–Además tú encarnas muy bien el concepto de perra andaluza.
–Ya ves, 100%. De hecho yo no conocía a Pablo ni nada, me escribieron a través de una amiga. O sea, una perra andaluza, claro que sí. Y un equipo joven, andaluz, con pocos medios… Siempre voy a estar ahí.
–'Te estoy amando locamente' ha sido el proyecto en el que se ha visto todo el trabajo que tú venías haciendo previamente.
–Total. A la película se lo debo todo. No puedo estar más feliz porque me ha cambiado la vida totalmente, pero también me apetece a hacer algo más porque se me hace bola cuando me dicen actor, realmente sólo he hecho 'Te estoy amando locamente'. Antes hacía música o lo que sea, pero como actor sólo he hecho una cosa. Tengo ganas de hacer otra cosa, pero no para desligarme ni muchísimo menos. Ojalá tenga 60 años y me sigan llamando para presentar la película y hacer un coloquio. Me apetece hacer algo más para decir actor con un poco más de sentido.
–¿Te entra a veces el síndrome del impostor?
–No me parece el síndrome del impostor. Soy bastante objetivo y coherente conmigo. No es impostor, es que sólo he hecho una película, no soy actor. Es como si un día hago un pan con la 'airfryer', no puedo decir que soy panadero. Creo que necesito más rodaje y más trabajo para poder decir tranquilamente que soy actor.
–¿Y sigues formándote para ello?
–El año pasado empecé a formarme. Empecé teatro con Alexandra García, otra malagueña increíble. Lo dejé por cuestión de tiempo y varias razones más. En septiembre lo voy a retomar, pero no teatro, creo que no es lo mío. Necesito que pase un poco el verano para organizarme. Mi idea es seguir formándome, la profesión se merece un respeto y, ya no es sólo eso, también es tener unas herramientas que no tengo.
–¿Tienes ganas de hacer papeles que no sean LGTBI?
–Sí, de hecho creo que he hecho uno. Digo creo porque no sé que salió, tengo que verlo. Grabé un capítulo de una serie, que salgo poco, pero son capítulos sin conexión con los demás. En teoría hago de hetero, de hombre machirulo, pero tengo que ver que ha salido de ahí.
–Después de la película has rodado, pero aún no se ha emitido.
–Sí. No ha salido todavía. Al final, cuando la peli salió, yo la había rodado un año antes. Estas cosas son así.
–Ahora llega la Feria. ¿Es una fiesta que te gusta?
–Siempre me ha gustado muchísimo. Cuando vivía en Madrid, siempre coincidían mis vacaciones con la feria. La feria era mi movida, pero es verdad que la feria que me gustaba ya no existe. A mí me gustaba muchísimo la Feria del centro. Nunca iba al Real. Yo entiendo que no exista la Feria del centro, pero cuando eso se acabó, la Feria para mí perdió bastante. Es verdad que ahora me he reconciliado con el Real y voy mínimo un día. Suelo ir un día con mi familia y otro día con las amigas. Me encanta ir al mediodía a comer ahí y ya, pues lo que pase, pero no ir de noche directamente. Me gusta más disfrutarla de día y si te da la noche, pues perfecto. Y sólo voy a tres casetas: a la de los maricones –Reinas y La Colega– y, al lado, la Velvet, que es en la que hacen la fiesta 'Fiebre' todos los días.
–¿Te da reparo, ahora que eres más conocida, ir a sitios donde hay mucha gente?
–Para nada. Es verdad que es lo que menos me gusta de todo esto que me está pasando y, lógicamente, lo noto. Me explota la cabeza cuando me conocen en sitios muy concretos. Entiendo cuando voy a un festival o a un concierto que hay una congregación de gente que más o menos tiene sentido que sepa quién soy. Pero ir a correr, to' sudado, to' lleno de boqueras porque no tengo agua y que tres chavalas me paren y se quieran hacer una foto conmigo… Eso me explota la cabeza de verdad. Es lo que peor llevo. No porque yo no sea maja y no atienda a todo el mundo, que por supuesto. Por ejemplo, yo hago nudismo y no voy a dejar de hacerlo. El otro día estaba en una playa nudista y me para un señor para decirme 'las estrellas no pueden ir asi en público'. Me da igual, pero siento que estoy un poco en desventaja.
–¿Y en la Feria?
En la feria no me da miedo, ni reparo ni nada, pero si es verdad un poco lo que te cuento. A la feria voy a divertirme con lo que todo eso conlleva. Si me paso de cervezas, pues me he pasado de cervezas… Porque ya lo he vivido en algún festival, que me he pasado a lo mejor de cervezas, aunque yo no salgo mucho, pero me pasó en el Cala Mijas. A las cinco de la mañana, pasada de rosca, la gente pidiéndome una foto. Gorda, no me puedes pedir una foto a las cuatro de la mañana con la cara de otra… Un poquito de por favor. Primero porque yo te voy a decir que sí a la foto, pero creo que a la próxima no me pasa. Te voy a decir que no, que no es el momento ni el lugar. Eso es lo que peor llevo, pero que me pare la gente, me salude y me diga cosas bonitas es precioso y forma parte.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.