Miguel Ángel Jiménez e Higinio Rodríguez, en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso

'Chicos, chicos, chicos', una obra teatral en presente sobre el conflicto generacional para el Pride de Torremolinos

Escrita por Miguel Ángel Jiménez y dirigida por Higinio Rodríguez, se estrena el próximo 28 de mayo en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso

Noelia Plaza

Martes, 24 de mayo 2022, 00:07

Somos un 80% agua y el agua que no se mueve se estanca y se pudre. En el teatro pasa igual, por ello necesita estar en constante movimiento. El teatro es un hecho vivo que crece y se modifica por sí mismo y con los ... espectadores. Cada función es única e irrepetible, porque el agua no se mueve siempre por las mismas corrientes. Con disposición a la italiana para enfrentar al público con la escena. Teatro social, de denuncia. Un terreno que atrae al público a un espacio incómodo y de reflexión.

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'Chicos, chicos, chicos' es una obra de teatro escrita por el dramaturgo y profesor de lengua y literatura Miguel Ángel Jiménez Aguilar y dirigida por el actor Higinio Rodríguez Álvarez, quien prefiere cambiar su segundo apellido por 'Bueno' como nombre artístico, «aunque tampoco varía mucho». 'Chicos, chicos, chicos' surgió a través de un proyecto que no pudo llevarse a cabo: la obra 'Los chicos de la banda'. Ahora, recuperando la ansiada normalidad, la producción tiene pretensiones de rodar por suelo nacional comenzando por Torremolinos, lugar elegido para la primera función el próximo 28 de mayo en el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso.

La pieza gira entorno a la vida de un joven de 30 años. Actor, perfectamente formado y con dotes para el oficio. Pero como todos los artistas, en el caso de la interpretación, muchas veces tienen que actuar «en plan benéfico, gratis. No se valora el trabajo. Llamas a la puerta y no te la abre nadie», enfatiza Miguel Ángel Jiménez. El protagonista vive con su padre, quien ha triunfado en la vida laboralmente, ya que es comandante de aerolíneas. De ahí que se produzca un choque grande de cómo plantearse el mundo laboral. La obra arranca en una fiesta en casa del protagonista con sus amigos, aprovechando que su padre tenía un vuelo, pero la sorpresa llega cuando cancelan el vuelo y se presenta en casa inesperadamente. Y todo con la representación del colectivo LGTB como eje principal.

Intenso y desenfadado al principio, 'Chichos, chicos, chicos' se va oscureciendo y haciendo más dramática con la representación del conflicto familiar por la falta de comprensión del padre. «Tengo 29 años y me siento hiperidentificado con el personaje. Aparte, soy actor y parece que pongo mis suelas en esta obra», comenta Higinio Rodríguez. «Los jóvenes no quieren seguir siendo tratados como niños con 20 años. Si con 20 años me consideran un niño, ¿cómo voy a conseguir trabajo? ¿Cuándo empezaré a tener una vida estable? ¿A los 40?», apunta.

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Organizado por Colega

'Chicos, chicos, chicos' pertenece a las actividades organizadas para las fiestas del Pride de Torremolinos, una obra que está organizada por la Asociación Colega de Torremolinos. Además, el teatro también contará con la presencia del proyecto coral Rainbow Voices, donde voces masculinas se unen a través de la música para dar visibilidad al colectivo.

Hacer obras que cuenten con la representación del colectivo es muy importante para reivindicar la normalidad con la que debe ser tratado. «Es muy importante que se trate con esa normalidad, como tiene que ser, porque todo es normal y nada es normal a la vez», explica Miguel Ángel Jiménez. En este caso, y por la localización del teatro, Higinio Rodríguez calificó Torremolinos como «un microcosmos, un lugar con su propia cultura». El mundo LGTB está completamente implícito en la obra ya que se sitúa en Málaga, pero «en la Málaga de ahora, de hoy mismo», puntualiza Higinio Rodríguez.

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Y una pieza «donde si el texto explica poco, tú tienes mucho que interpretar», expresa Miguel Ángel Jiménez. Así, el silencio nunca es silencio; está lleno de significados. «Cuando hay un silencio, el espectador tiene tiempo de entender qué está ocurriendo, darse cuenta de que un personaje está decepcionado o que algo ocurre», resalta Higinio Rodríguez.

Subir al escenario

«Cuando me subo al escenario no hay más mundo. En ese momento tu emoción sabe lo que va a pasar. Siento y vivo ese momento tan íntimo porque para mí no hay nada más; lo demás no existe», explica Miguel Ángel Jiménez, a quien le ha costado en alguna ocasión saber separar su vida del personaje. «Es algo muy intenso, recuerdo haber actuado incluso inconsciente y luego no acordarme de nada», rememora.

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Hay actores que sí saben separar la vida del personaje, pero otros lo llevan consigo las 24 horas. Incluso en sueños o pesadillas. «Hay veces que los personajes rastrean en tu mundo inconsciente», detalla el dramaturgo. «Yo creo que, en la vida, nuestra identidad la basamos en experiencias que hemos tenido o en lo que leemos y en lo que vemos. Pero no son experiencias tan directas, son experiencias de segunda o tercera mano. Las experiencias primarias creo que son las que forman nuestra personalidad», argumenta el director de la obra. El teatro es un arte vivo. La función acaba y pervive en la memoria de la gente, pero nunca de la misma manera.

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