Alejandro Marín: «Es bastante peligroso que haya gente que nos quiera devolver a los años de la película»

Tras cinco años y un arduo proceso de documentación, 'Te estoy amando locamente' llega a los cines el próximo 6 de julio para reivindicar las figuras de estos activistas, que lucharon por obtener derechos para el colectivo, en un momento en el que hay amenazas de pérdida de los mismo. Y llega con un elenco de caras conocidas y nuevas entre los que destacan Ana Wagener, Omar Banana, La Dani, Lola Buzón, Álex de la Croix, Alba Flores...

A pesar de ser el primer largometraje de Marín, su experiencia pasa por dirigir 'Maricón perdido', serie de Bob Pop para TNT. Donde le descubrieron Los Javis, que le buscaron para ponerse al frente del transgresor especial 'Una Navidad con Samantha Hudson', que se estrenó en Atresplayer Premium.

–¿Cómo se siente a pocos días del estreno de 'Te estoy amando locamente'?

–Muy emocionado. Hemos hecho algún estreno en Madrid, en Barcelona, en Sevilla y está teniendo muy buena acogida. En las entrevistas también está gustando mucho la peli. Está siendo muy bonito. Estamos compartiéndolo juntos, con las actrices y actores. Emocionado porque es primera peli, primera vez que voy al cine con algo mío. Es un sueño que sea así, estamos muy contentos.

–Los actores dieron el pregón del Orgullo de Madrid con gran éxito. ¿Esto augura lo mismo para la película?

–Pues no lo sé. La peli está funcionando muy guay con el público. Nos están llegando a dar las gracias por la peli. Es bastante chocante y, a la vez, bonito, pero no te esperas que se acerque la gente con tanto cariño. No sabemos, para nosotros ya es un éxito porque sacar una ópera prima de este tipo es muy complicado. Ha sido un trabajo de casi cinco años. El llegar y el haberla hecho ya es éxito absoluto. Somos conscientes de que no es el mejor momento de las salas de cine, pero con la reacción que se está teniendo, con todo el trabajo y toda la familia que se ha creado detrás del proyecto, estamos ya más que felices.

–Como ha comentado es su ópera prima. ¿Cómo surgió?

–En 2017, entro junto a Carmen Garrido, guionista de la película, que también es de Málaga y mi amiga desde los dos años, en el máster de Ópera Prima de ESCAC (Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña) y nos enteramos de que ese mismo año era el 40 aniversario de la primera manifestación LGTBI en Barcelona. Empezamos a tirar del hilo y vimos que era bastante llamativo no conocer ese pasado tan reciente de nuestro país en el que existía la ley de peligrosidad social, había terapias de electroshock, se empezaron a organizar la primera manifestaciones LGTBI… Vimos que era necesario hacer un homenaje a estas personas que permitieron que hoy tengamos los derechos que tenemos y que hay gente que no quiere arrebatar, por otro lado. Y decidimos que queríamos enmarcar la peli en este acontecimiento.

–¿Cómo le contaría a un amigo de qué va esta película?

–'Te estoy amando locamente' es una historia muy universal que habla de un período súper reciente de nuestra historia de una manera muy tierna y entretenida. Me parece importante saber que una película con la que te ríes, que se puede disfrutar y que sales de la sala con ganas de seguir luchando. La verdad que se la recomendaría desde ahí, desde un ejercicio de memoria para no olvidar de dónde venimos y así no repetir los errores del pasado.

–En el reparto de actores se ven caras muy conocidas y otras nuevas. ¿Cómo ha sido?

–Ha sido un proceso de casting muy natural. No era buscado. Decidimos hacer algo sin complejos, con un reparto muy variado. Sí tenía la premisa inicial con Eva Leira y Yolanda Serrano, directoras de casting, de que lo queer no se interpretara, que fueran parte del colectivo, como una manera de representar a los activistas de la pandilla. Que fueran actores y actrices que, a día de hoy, son activistas representando a los activistas de entonces, me parecía como un gesto bonito y necesario. Fue un proceso muy chulo, las directoras de casting dieron el clavo en las personas. Jesús carroza me parece un ejemplo muy interesante porque es hacer un cura atípico. Me pareció una propuesta que no me esperaba y fue muy acertada. Había otros personajes como Ana Wagener y Omar Banana, que tenía claro desde antes y que fue ofrecérselo y aceptaron encantados. Fue muy guay.

–¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

–Ha sido muy bonito. Han sido cinco años en los que no hemos parado de aprender, hemos hablado con muchísima gente. Empezamos hablando con Armand de Fluvià, que es quien fundó el movimiento en Barcelona. Él nos habló de Mar Cambrollé, que es quien fundó el movimiento de Sevilla porque fue a Barcelona a hablar con él y decidió llevar el mismo modelo, aprovechando que era parte de la Juventud Obrera Cristiana y que podía tener acceso a los salones del Palacio Arzobispal. A raíz de esto, empezamos a seguir informándonos sobre la época, hablando también con otras personas que estuvieron en otros tipos de movimientos, incluso de la Juventud Obrera Cristiana. También leer libros, como el de 'Sevilla y la Casita de las Pirañas' de Nazario, que aunque era un poco anterior servía para generarnos un universo que no habíamos vivido por época, al igual que las escuchas de muchísimas historias, la revisión de películas que se que se estrenaron entonces para ver cómo estaba el ambiente en ese momento a nivel cinematográfico y también para la ambientación. Para coger ideas. Fue muy chulo por eso. Como era un proceso tan largo, era una fuente inagotable que siempre nos permitía despejarnos en la búsqueda para poder hacer esta representación lo más fiel posible.

–¿Qué hechos que no conocía le han llamado más la atención?

–Lo que más me ha marcado ha sido la transversalidad del movimiento entonces. Era una lucha muchísimo más unitaria. El movimiento feminista estuvo súper ligado al movimiento LGTBI en Sevilla, a la vez, estuvieron aprovechando el apoyo de Comisiones Obreras o de la Juventud Obrera Cristiana. El movimiento obrero estaba colaborando. Era todo muchísimo más genérico y lo que importaba era la causa por la que se luchaba y no desde dónde se hacía. A día de hoy, eso lo hemos perdido. Parece que a la mínima que hay un matiz que se diferencia ya no estás de acuerdo con alguien. Eso me impactó mucho, era mucho más difícil todo y estaban todas a una.

–¿Cuál fue el papel de la Iglesia?

Es la paradoja de que Mar Cambrollé tuviera las llaves de los salones del Palacio Arzobispal y tuvieran allí las reuniones, a sabiendas de algunos de los participantes de la Juventud Obrera Cristiana, incluido un cura. Nos gusta contar este grupo de curas rojos o curas obreros que empezaron en la lucha antifranquista y que luego estuvieron súper involucrados en la lucha social y, en este caso, uno de ellos fue el que estuvo acompañando a Mar Cambrollé, sabiendo que utilizaban y hacían esas reuniones. Y obviamente no lo podían hacer de cara a la galería, Fue importante que estas personas fueran valientes de apoyar desde dentro.

–La película habla sobre el colectivo LGTBI, pero cuenta la historia de una madre y un hijo. ¿Por qué han optado por este enfoque?

–Teníamos claro que aunque fuera una historia del colectivo, no queríamos hacerla solo para el colectivo, sino llevarla al mayor número de gente posible. Eso nos llevó a encontrar la historia de Reme y Miguel, nos parecía una manera bastante concreta de conseguir contar, a través del amor más universal que existe: el de una madre y un hijo, este relato para que cualquier persona se pudiese sentir identificada. También como una manera de tener en cuenta a alguien que, de repente, hace el viaje a pesar de no ser del colectivo. Es una lucha que también le concierne a ella. Por eso esta idea de hacer la película en el personaje de la madre.

–Esta película cierra, de alguna manera, el mes del Orgullo. Un mes en el que se han quitado banderas arcoíris de algunos ayuntamientos, entre otros hechos. Llega en un momento importante. ¿Sienten esta responsabilidad?

–Creo que siempre hay una responsabilidad y, obviamente, más en el momento en el que estamos. Creo que la peli habla por sí sola. Nuestra intención es hacer un homenaje a las personas que lucharon entonces e intentar que se les ponga en valor para hacer frente a los que no quieren devolver a esos años. Es una responsabilidad, pero también es doloroso que nos digan que en qué buen momento llega la peli. Esto no tendría que estar pasando, nosotros lo hacemos como un homenaje y reivindicando a esas personas, pero parece que es más necesario que nunca. Como dijo en el pregón Manolita Chen si nos quitan la bandera, pondremos tres.

–Como director de cine y persona que pertenece al colectivo, ¿qué análisis hace de la situación política en este sentido?

–Es bastante peligroso y bastante alarmante que haya gente que nos quiera devolver a esos años y arrebatarnos los derechos que se han conquistado y que han costado mucho a las personas del colectivo. Al final estamos hablando de derechos humanos, que no estamos hablando de caprichos. Es bastante desalentador por un lado, pero por otro creo también se va a concretar esa unidad de la que hablábamos antes en estos meses en los que nos estamos dando cuenta de lo importante que es estar todas juntas y sumarnos a pesar de nuestras diferencias.

–Es una película que tiene mucho compromiso social, ¿esta es la línea que quiere seguir para futuras producciones?

–Me gustaría aportar desde mi profesión. La verdad es que me sale de manera instintiva porque el tipo de historias que me interesan son estas. Ojalá que pueda ser así porque creo bastante en el cine como una herramienta para hacer conciencia o transmitir valores. Es una necesidad sentir que puedo aportar algo con mi profesión.

–A pesar de que la película aún no se ha estrenado y queda mucho recorrido, ¿tiene algo en mente para el futuro?

–Me gustaría decir que muchas cosas, pero realmente tengo ideas sueltas. Nada muy concreto todavía. Estamos en mitad de la promoción y cuando tenga un hueco creo que será guay empezar a desarrollar otra cosa. Es bastante sanador cambiar de proyecto.

–¿Cuál es el mayor aprendizaje que se lleva de estos cinco años?

–La importancia de perseverar bastante. Al final, el proceso es súper largo y es fácil hartarte cuando ves que algo no sale. Lo que me llevo también es que proyectos como este, que requieren tanto trabajo de documentación, son una buena manera de hacer frente a que el proyecto no te agote, sino convertirlo en una fuente de aprendizaje. Vivir el proceso creativo como parte de tu día a día y disfrutarlo porque si no, es verdad, que no puedes sacar lo mejor de ti. Hay que hacerlo desde ese disfrute y no perder ese enfoque.

–Han sido cinco años convulsos, en los que ha habido sucesos como una pandemia. ¿Ha habido algún momento en el que hayáis pensado que el proyecto no salía?

–La verdad es que no. Al ser primera peli no teníamos referente de nada y a nosotros nos ha aparecido que era el tiempo normal de cada momento. Hemos vivido la pandemia como parte del proceso. Siempre hemos ido dando los pasos que necesitábamos para la peli. El hecho de que se haya acabado haciendo es un logro absoluto. También hemos estado muy bien acompañados porque la peli estaba dentro del marco de la escuela. Teníamos al lado a los productores, que han hecho muchas pelis y nos iban aconsejando. Eso ha sido importante también.

–Dirigiste la serie 'Maricón perdido'. ¿Hay mucha diferencia entre ser director de una serie y de una película?

En este caso es que el guion de la serie era de Bob Pop y el de la peli es mío junto a Carmen. No es por tema serie y peli, sino a nivel realización y de todo es muy diferente. Por ejemplo, cuando escribimos ya nos imaginamos cómo quiero dirigir alguna secuencia. Lo que me ha cambiado en este caso es el hecho de que te den un guion y lo tengas que dirigir, al hecho de que tú mismo estés escribiendo en el proceso. Hay una especie de influencia en eso que es inevitable.

–¿En futuras producciones prefiere ser guionista y director o sólo dirigir?

Cuando escribo, estoy plasmando un poco por donde quiero llevarlo. Me parece muy natural eso. Me gustaría escribir mis propios proyectos, pero también estoy abierto a sólo dirigir. Si el proyecto me gusta, estoy súper abierto a dirigir otros proyectos.