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Víctor Rojas
Miércoles, 9 de agosto 2023, 00:14
Megan Rapinoe dice adiós a su carrera como jugadora de fútbol. Una carrera que ha sido mucho más que eso. La futbolista, además de ser una de las mejores deportistas de la historia, ha luchado por los derechos humanos, en especial, de las mujeres y ... del colectivo LGTBI. Rapinoe es referente para muchas jóvenes que están empezando su carrera en el deporte. Un ejemplo de cómo usar su popularidad y su voz para defender causas justas y luchar por un mundo más igualitario sin importarle las consecuencias: ha llegado a enfrentarse a Donald Trump cuando era presidente de los Estados Unidos, su país.
Con esta selección, Rapinoe ha conseguido llegar a lo más alto dentro del mundo futbolístico: ha sido dos veces campeona del mundo. Tras estos dos hitos, las estadounidenses fueron derrotadas en octavos de final del Mundial 2023 contra Suecia en una apretada tanda de penaltis. Una retirada agridulce –fue una de las que falló– que no puede empañar todo lo que ha conseguido durante 202 partidos en los que ha anotado 63 goles. Tampoco puede empañar lo que ha conseguido fuera del terreno de juego. Por ejemplo, ser la primera futbolista en conseguir la Medalla Presidencial de la Libertad en 2022, una condecoración entregada por el presidente de los Estados Unidos –Joe Biden–, que representa la máxima distinción civil en este país. Un reconocimiento que valora la contribución a los intereses nacionales.
«Megan siempre ha sido una jugadora referente dentro del fútbol femenino», reconoce Sonia Torralvo, futbolista del Granada B, quien la ve como una «pionera» porque fue de las primeras jugadoras en la que se vio reflejada. «Su 'boom' fue muy grande cuando estaba emergiendo el fútbol femenino», destaca. Un motivo del que también radica su importancia: muchas niñas encontraron en Rapinoe su ejemplo a seguir.
Por su parte, Yoli Peche, jugadora del Málaga Club de Fútbol, reconoce que es «un orgullo» para el fútbol femenino y para el deporte: «ha sido muy importante porque ha ayudado a que el deporte masculino femenino y masculino sea igual mirado en América». Rapinoe luchó por las mismas condiciones laborales para ambos géneros dentro del fútbol y lo consiguió. Esta reivindicación empezó en 2016 cuando cinco jugadoras de la selección femenina estadounidenses –con Rapinoe a la cabeza– denunciaron la brecha salarial con sus homólogos masculinos ante la Comisión Federal para la Igualdad de Oportunidades Laborales del Gobierno de Estados Unidos.
Una causa a la que también se sumaron los espectadores del fútbol femenino. Cuando en 2019 esta selección ganó su segundo mundial consecutivo, desde las gradas se pudo escuchar el grito 'Equal Pay', que reclamaba que hombres y mujeres cobraran lo mismo. Tras años de intentos por conseguirlo, se hizo efectivo. Lograron un acuerdo. Una indemnización de 24 millones de dólares. Además, US Soccer, el organismo federativo que gestiona al equipo nacional norteamericano, aseguró que los sueldos de las futbolistas iban a ser iguales al de los hombres en las competiciones oficiales.
A pesar de que la igualdad salarial es uno de sus mayores logros en la lucha por los derechos, la gran causa de Rapinoe siempre han sido los derechos LGTBI. Fue en 2012 cuando Rapinoe se declaraba abiertamente homosexual y comenzaba con el activismo. «Ha dado visibilidad al colectivo. Está muy bien para que las que vienen apretando por abajo sepan que pueden amar a quien quieran», destaca Torralvo.
El rechazo a la homofobia y transfobia la ha acompañado dentro y fuera del terreno de juego. A través de manifiestos con diversas asociaciones, en redes sociales y saltando a los estadios con mensajes claros, como el lanzado en 2022. Estados Unidos salió al campo con el lema 'Protect Trans Kind' (Proteged a los menores trans) en Texas. Una idea de Rapinoe ante la petición del gobernador de este estado: reportar a los menores trans y a sus padres para investigarlos por abusos. «El colectivo LGTBI es un tema muy tabú en el mundo del fútbol- El amor es libre y es muy importante tener ejemplos como ella, que da visibilidad a este asiento», puntualiza Peche.
«No puedo imaginar un escenario en el que yo, una lesbiana que va con el pelo teñido de rosa, le pueda caer bien a cierto tipo de gente. Pero, precisamente, el hecho de no ser la típica chica blanca «normal» me da una perspectiva diferente de las cosas y esa es la base de mi activismo», decía Rapinoe en una entrevista con 'Mujer Hoy'. Esta jugadora también ha tratado temas como la homofobia en el mundo del fútbol, causa a la que atribuye que no haya jugadores fuera del armario. «No se puede ganar sin homosexuales en tu equipo, nadie lo ha hecho nunca. ¡Es ciencia!», afirmó en una ocasión la ganadora del Balón de Oro en dos ocasiones.
Además, la futbolista también ha luchado por otras causas como el racismo, el control de las armas y la protección de la salud mental. Hasta se ha enfrentado a Donald Trump por alguna de estas causas. Se negó a ir a la Casa Blanca tras recibir críticas del presidente por no haber cantado el himno del país. Un gesto de protesta de Rapinoe ante los actos racistas cometidos en Estados Unidos.
En definitiva, Rapinoe es un referente para las lesbianas. Un ejemplo real de un colectivo que sigue invisibilizado. Y que va dando pasos gracias a personas como ella, que con valentía y sin miedo a las consecuencias ha luchado por romper los tabúes dentro del mundo futbolístico. Un icono para una generación que vio que su camino comenzaba a ser más fácil gracias a sus actos. Pero un camino que todavía no ha acabado.
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