Villanueva de Algaidas-La Atalaya: Un recorrido con vegetación frondosa y tres monumentos con mucha historia

Nivel de dificultad: Baja. Salvo el tramo que asciende a La Atalaya desde el puente del arroyo Bebedero, no hay apenas ascensos importantes en este sendero. Está muy bien señalizado.

Tipo de ruta: Lineal.

Duración aproximada: 40 minutos (sólo ida).

Longitud: 2,4 kilómetros (sólo ida).

Altura mínima: 432 metros.

Altura máxima: 547 metros.

Lugares de interés próximos: Conjunto de la antigua iglesia rupestre y del convento franciscano de la Consolación, puente del arroyo Bebedero, ermita de la Virgen de Fátima, casa museo de Miguel Berrocal y mirador del Olivar.

Para comenzar esta ruta hay que dirigirse primero al casco urbano de Villanueva de Algaidas. Una vez allí, desde su calle Granada, que divide al casco urbano en dos, hay que buscar en su extremo norte la confluencia con la carretera MA-203, a la altura de la conocida como fuente de los Patos. Allí se encuentra el cartel indicativo de la etapa de la Gran Senda de Málaga que une a Villanueva de Algaidas con Cuevas Bajas, de la que sólo se hará un tramo hasta La Atalaya. En el entorno de la fuente de los Patos es relativamente fácil estacionar el vehículo.

11. Desde la plaza donde se encuentra el cartel descriptivo, junto a la fuente de los Patos, hay que realizar un tramo por la calle descendente para salir Granada hasta salir del casco urbano. A medio kilómetro se llega al final del pueblo y se verán varios carteles que indican el camino a la izquierda tanto para esta etapa de la Gran Senda como para ir en coche a Cuevas Bajas. Así, habrá que caminar algo menos de cien metros por el arcén de la carretera MA-203, para después desviarse a la derecha por un carril de tierra descendente, desde donde se ve en lontananza la aldea de La Atalaya, destino final de este sendero.

2El carril por el que se baja se diluye y el itinerario empieza a discurrir a partir de ahora por un sendero estrecho y descendente que pasa por un arroyuelo, normalmente seco o con poca caudal, que habrá que vadear. Habrá que salir de él ascendiendo ligeramente y tomando un camino estrecho que va a la izquierda. Ahí se verá una construcción antigua. Se trata de restos del vetusto convento franciscano de Nuestra Señora de la Consolación. Se bordeará su recinto vallado hasta un lugar donde se apreciará mejor su estructura. El recinto vallado también incluye en el interior una antigua iglesia rupestre. El conjunto puede estar cerrado al público, aunque previamente se puede solicitar su visita al Ayuntamiento de Villanueva de Algaidas. El convento, donde hay que buscar el origen de este pueblo, fue fundado en 1566, mientras que las cuevas excavadas del templo mozárabe, que están contiguas, son de los siglos IX y X. Para ver este conjunto hay que salirse unos metros de la ruta oficial, pero será muy fácil volver al itinerario.

33. Tras pasar por el conjunto histórico del antiguo convento franciscano y la iglesia rupestre, el camino pasa por otro tramo especialmente atractivo. Se trata del que discurre en paralelo al puente del arroyo Bebedero, que poco después pasará a llamarse Burriana. Aquí la vegetación es frondosa, el camino estrecho, pero seguro y la geología se antoja caprichosa, con algunas formas singulares en las paredes que se pueden ver a la derecha. Así se llega hasta el conocido como puente medieval del arroyo Bebedero (también se le denomina Puente Viejo o de La Atalaya). Todo este tramo es prácticamente llano y suele estar en umbría durante casi todo el día.

44. Desde el puente del arroyo Bebedero, el camino comienza a ascender, pero ahora por un carril ancho de tierra. Gracias a ello se gana en perspectiva del tramo que se ha realizado. También se va acercando el objetivo de esta ruta, la aldea de La Atalaya. Tras unos trescientos kilómetros desde el arroyo, se llega a la antesala de esta barriada rural, un auténtico mirador desde donde se aprecia tanto el conjunto monumental del convento y la ermita rupestre como el casco urbano de Villanueva de Algaidas al fondo.

5Desde el mirador tan sólo quedan unos doscientos metros para llegar al corazón de La Atalaya. Antes se pasará junto a la ermita rural de la Virgen de Fátima, desde donde hay también otra bonita panorámica del entorno. Desde allí, al ser una ruta lineal, habrá que volver por los mismos pasos que en la ida. De vuelta en el pueblo, se puede disfrutar conociendo mejor su patrimonio, sobre todo el vinculado al escultor Miguel Ortiz Berrocal, y su gastronomía en los establecimientos de restauración.

Este itinerario permite disfrutar de la vegetación de ribera en el arroyo Bebedero, que es, sin duda, el tramo más atractivo. Allí, en un tramo relativamente corto de poco más de medio kilómetro se pueden ver fresnos, álamos, chopos y sauces de gran talla, que flanquean a este arroyo, que es afluente del Burriana, aunque no siempre lleve un caudal considerable de agua. Además también se verán zarzales, cardales y cañaverales. Por otra parte, también se atravesará un generoso olivar nada más salir del casco urbano.