Subida al Torcal de Antequera desde Villanueva de la Concepción

En el principio de esta ruta habrá que tener en cuenta que ésta coincide al principio y al final con dos senderos distintos. En el inicio, los primeros metros son los mismos para este sendero, homologado como SL-A-295, y para la etapa del Camino Mozárabe que une a Villanueva de la Concepción con Antequera.

Durante casi dos kilómetros, en los que se camina por carril asfaltado o de tierra, este sendero local (SL-A-295) comparte recorrido con el Camino Mozárabe, hasta que se llega a la altura del Cortijo del Realenguillo, donde ambos se bifurcan. En este caso, el que va hacia el Torcal se desvía a la derecha, mientras que el otro continúa recto para dirigirse a la Escaleruela.

En sentido norte, con la sierra del Torcal de frente, se continúa ascendiendo por carril ancho durante un kilómetro aproximadamente, hasta que se comienza a girar a la derecha y se abandona el carril principal. Justo ahí se verá una señal en la que se indica la proximidad de una propiedad privada, que bajo ningún concepto se puede invadir. A partir de aquí, comienza un tramo que no es exigente en cuanto a lo físico, pero que sí requiere mucho atención para ir localizando las balizas con las franjas blanca y verde o en su defecto los tradicionales mojones de piedra.

Durante dos kilómetros el camino se dirigirá hacia el este bordeando los pies de la sierra del Torcal. De esa forma, se llega con las indicaciones del sendero homologado a la carretera que une a Villanueva de la Concepción con Antequera y el Torcal, la A-7075. Por ella habrá que transitar, siempre a la izquierda (para ver los vehículos que vienen de frente) y lo más alejado posible de la calzada, durante algo menos de medio kilómetro, hasta ver a la izquierda una baliza que indica que se regresa de nuevo al campo.

Desde la carretera A-7075 de nuevo se comienza a caminar hacia el norte, buscando los pies de la sierra del Torcal. En ese trayecto, habrá que pasar por una angarilla que permite pasar a una zona vallada. Hay un cartel que recuerda la obligatoriedad de dejar cerrada esa puerta una vez que se ha atravesado. Normalmente, esto sirve para evitar que se escape el ganado o que la fauna silvestre pase a la carretera.

Una vez superado el ecuador de la ruta comienza la parte más exigente. En primer lugar, aguarda alguna subida pronunciada, a lo que hay que añadir senderos estrechos, con piedras sueltas, que atraviesan la escarpada ladera de la sierra del Torcal. También será fácil perder de vista las balizas o los hitos con piedra que sirven para orientarse. En cualquier caso habrá que ir siempre bordeando el Torcal para buscar la subida por la parte más baja posible.

Bordeando un gran roquedal, donde la vegetación puede hacer perder de vista momentáneamente el sendero, se comienza a subir hasta el Torcal Alto, virando para ello a la izquierda. Esto implica una subida de cierto desnivel hasta que llega hasta una antigua era, donde un cartel recuerda que quedan dos kilómetros para el final de la ruta. Justo ahí este sendero se une a otro homologado, que viene del aparcamiento bajo del Torcal, junto ala antes citada carretera A-7075. A partir de ahí, ambos senderos comparten señalética.

Esta parte del camino es la más espectacular del recorrido, ya que hace una subida en zigzag que permte pasar por enclaves como el mirador de Manuel Grajales, con espectaculares vistas panorámicas, o el conocido como Chozo del Pastor.

En la última parte de la subida se pasa junto a uno de los hitos del Torcal, su célebre Tornillo, una impresionante roca tanto por su tamaño como por su peculiar forma, que lleva casi dos décadas declarado como monumento natural de Andalucía. Esta roca se encuentra a tan sólo unos metros del itinerario oficial de esta ruta de senderismo. Después de verlo se puede continuar unos metros más hasta el final, situado en el centro de visitantes del Torcal Alto. Esta última parte de la ruta es prácticamente llana, aunque no conviene relajarse con las numerosas piedras que hay en el camino. Eso sí, parte de esa dificultad está atenuada con la grava que se ha depositado para ese fin sobre casi todo el sendero restante.

El camino de regreso se realizará por el mismo realizado en la ida, aunque siempre existe la opción de acortar o reducir el trayecto de vuelta a través del transporte público o privado (si se ha dejado allí un vehículo con antelación). Hay que tener en cuenta que hay habitualmente un autobús lanzadera desde el centro de visitantes al aparcamiento situado junto la carretera A-7075 (entre los kilómetros 41 y 42).

En el Torcal de Antequera y su entorno se han contabilizado más de seiscientas especies botánicas, entre las que destacan encinas, quejigos, arces, peonias, zarzamoras o majoletos, entre otros. En lo que se refiere a fauna, se pueden encontrar mamíferos como el zorro o la cabra montés. Esta última puede verse a menudo, sobre todo en los días de menos afluencia, en la parte alta de las grandes y erosionadas rocas del Torcal. A la cabra montés hay que unir otros mamíferos, como topillos, tejones, comadrejas y conejos. Sobre el Torcal se puede ver el vuelo de numerosas aves rapaces, como el águila calzada, el águila real, el halcón peregrino, el milano negro, el cernícalo común o el gavilán. También se puede ver a la carroñera más común en la provincia, el majestuoso buitre leonado. Los reptiles también han aprovechado las características de este conjunto de rocas calizas para convertirlo en su hábitat. Es el caso de la víbora hocicuda, las culebras escalera y bastarda, la lagartija común o la ibérica.