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Esta ruta de senderismo circular, que está homologada como pequeño recorrido (PR-A-266), permite conocer algunas de las pilas y fuentes más emblemáticas del territorio de Alfarnate. En su día fueron fundamentales para la ganadería. En época de floración del cerezo (primeras dos semanas ... de abril) es recomendable para ver este colorido fenómeno natural. Salvo un tramo de unos 50 metros, con un estrecho sendero, el resto es idóneo para hacer también en bicicleta.
Comarca: Axarquía
Municipio: Alfarnate
Nivel de dificultad: Media. Debido a su longitud, no se podría catalogar de dificultad baja. Eso sí, hay pocas pendientes acentuadas. Es idónea para hacer entre invierno y primavera.
Tipo de ruta: Circular
Duración aproximada: 3 horas
Longitud: 11,6 kilómetros
Altura mínima: 872 metros
Altura máxima: 1011 metros
Lugares de interés próximos: La iglesia de Santa Ana, la ermita de la Monsalud, la Exposición de Juguetes Antiguos, el mirador del Santo Cristo o la antigua Venta de Alfarnate (a 2 kilómetros del pueblo).
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Para comenzar esta ruta hay que dirigirse al casco urbano de Alfarnate y más concretamente hasta la cooperativa agrícola Virgen de la Monsalud. Prácticamente, frente a sus instalaciones se encuentra el panel indicativo de esta ruta. No hay mucha zona para estacionar el vehículo correctamente en esa calle, así que es muy recomendable dejarlo en otras vías más próximas del centro, ya que la ruta después termina en la plaza de la Fuente. De esta forma, después se pueden visitar algunos de los lugares de interés del casco urbano.
1Una vez localizado el panel descriptivo de la ruta, habrá que empezar a andar por el antiguo camino de Alfarnate a Loja. Como buena parte del recorrido, se andará por un carril asfaltado, en el que ocasionalmente pueden pasar vehículos a motor. Por ahí se pasará en el primer kilómetro junto a un pozo con capilla, uno de los elementos etnográficos más representativos de esta zona de la Alta Axarquía.
2El siguiente hito en este recorrido circular será las pilas del Cerezal, situado a casi dos kilómetros del punto de partida. Justo ahí comienza seguramente el tramo más duro de este recorrido, que es ascendente y que sirve para afrontar un desnivel de unos cien metros. De esta forma, se llega a otra de las pilas que sirven de hito para esta ruta, la de Herrera. Junto a ella hay una pequeña área recreativa con bancos y mesas de madera.
3Desde las pilas de Herrera, el camino discurre por el mismo carril hasta que se encuentra un indicativo que señala el siguiente abrevadero, el de Barrionuevo. En este caso, hay que abandonar el carril asfaltado para virar a la izquierda en claro ascenso. Junto a estas pilas, hay también bancos y mesas, pero en este caso de piedra. Tras un breve descanso hay que retomar el camino con una ligera subida por un sendero angosto que desemboca finalmente en un carril ancho que desciende claramente. Poco después se llega a un cruce de caminos que pasa por las pilas de Castillejo.
4Este carril llega un par de kilómetros más tarde hasta la carretera local MA-156, por la que habrá que caminar con precaución por el arcén de la izquierda (para ver venir los coches de frente). Tras unos trescientos metros, habrá que hacer un giro de casi 180 grados por un carril asfaltado que, primero, irá en paralelo al arroyo Palancar, pero después lo cruzará para tomar una curva pronunciada a la derecha. Así se afronta la última cuesta del recorrido, que pasa junto al cortijo de Gastarrejas.
5Desde el cortijo de Gastarrejas, el camino, que sigue por carril asfaltado, discurre por un trazado llano o incluso descendente, que hace mucho más cómodo el acceso al casco urbano de Alfarnate. Este último tramo es de unos tres kilómetros y medio de longitud y permite disfrutar de bonitas vistas panorámicas de Alfarnate y su entorno.
6Finalmente, se llega hasta el casco urbano de Alfarnate. Para ello se pasa primero junto a la zona de El Ejido, donde se encuentra el polideportivo y la piscina municipal. Después, se desemboca a la plaza de la Fuente, uno de los lugares más emblemáticos del casco urbano. Allí se da por finalizada la ruta de senderismo, pero es un lugar idóneo para visitar los principales lugares de interés del casco urbano.
En abril, la floración del cerezo centra la atención en este árbol frutal, pero en el resto del año sobresalen otras especies autóctonas, como olivos, acebuches, encinas, almendros o algarrobos. También es abundante el matorral mediterráneo y hay amplias zonas dedicadas al cultivo de cereales, habas o alcachofas. Por otra parte, en lo que se refiere a fauna, hay una interesante diversidad de aves gracias a la existencia de distintos hábitats, como el de los roquedales de los tajos calizos que rodean a la ruta o el de los olivares. Así, se pueden ver rapaces, como el águila calzada, y otras aves como perdices, mirlos, tórtolas, zorzales, gorriones o palomas torcales. A ello hay que unir la existencia de algunos mamíferos, más difíciles de avistar, como tejones, jabalíes, zorros o comadrejas, entre otros.
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