Sendero de la ermita de la Virgen de la Cabeza

Para comenzar esta ruta hay que dirigirse hacia Ronda, pero sin entrar a la ciudad, sino bordeando su perímetro por el Barrio de San Francisco. Así, lo más conveniente es dirigirse hacia la calle Pila Doña Gaspara, que es donde se podrá estacionar el vehículo. Una vez aparcado el vehículo en esa vía, habrá que buscar el inicio del carril de la ermita de la Virgen de la Cabeza, que está señalizado por algunos carteles. Así, se llega a una bifurcación de dos caminos. Habrá que tomar el de la derecha, que es el que está indicado para este sendero homologado. El otro corresponde con el del Tajo del Abanico.

Este sendero es sencillo y no ofrece ninguna dificultad de orientación, a pesar de no contar con las habituales balizas de los senderos homologados, ya que se trata de un carril cómodo que lleva precisamente el nombre de la ermita a la que se accede. Además, por sus características, suele ser un camino muy frecuentado por senderistas, corredores y ciclistas. El inicio oficial está en el cartel indicativo, en el que se alude a la nomenclatura oficial del mismo, la de SL-A-36.

Tras unos cien metros caminando, a la derecha, se podrá ver una primera perspectiva de la ciudad de Ronda y su famoso Tajo. El camino discurre por un carril ancho y hormigonado, que apenas tiene desniveles durante su primer kilómetro de recorrido.

El camino comienza a descender ligeramente tras algo más de un kilómetro. Mientras tanto a la izquierda, se verá con mejor nitidez el paisaje de las elevaciones montañosas del Valle del Guadiaro. A la derecha seguirá viéndose la ciudad de Ronda, con una perspectiva aún más amplia.

Cuando se ha descendido el primer tramo importante, a unos trescientos metros de la entrada de la ermita, a la izquierda hay una fuente donde refrescarnos o donde llenar nuestra botella.

En el último tramo, habrá que tomar el camino empedrado de la derecha, a pesar de tener una cadena puesta. Ésta sólo está colocada para evitar el tránsito de vehículos a motor. Habrá que tener mucha precaución a la hora de descender este último tramo, ya que es empedrado y en otoño e invierno pueden estar húmedas y, por tanto, resbaladizas. Hay una barandilla a la derecha para quienes quieran ir más seguros en esta bajada.

La ermita de Nuestra Señora de la Cabeza de Ronda es un templo rupestre que también es conocido como las cuevas de San Antón, ya que es un conjunto de galerías dentro de una gruta. Allí se ocultaban los cristianos durante los siglo IX y X para el culto religioso. Lo habitual es encontrarla cerrada al público. Pero, al menos, se puede ver su entrada y sobre todo disfrutar de la vista espectacular que se tiene de Ronda y su entorno, donde destacan los viñedos situados a los pies del Tajo.

Este recorrido permite pasa entre olivos, acebuches y encinas en buen parte del recorrido. Tampoco falta el tradicional matorral bajo mediterráneo. Las vistas panorámicas permiten ver en la Hoya del Tajo una gran superficie dedicada a cereales, olivos y sobre todo a viñedos, de los que salen excepcionales vinos tintos y rosados de varias bodegas rondeñas. Al estar situado en plena Serranía de Ronda, es fácil ver distintas aves rapaces sobrevolando el camino.