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Este camino, que parte de una conocida área recreativa de Alameda, sube hasta uno de los miradores más espectaculares de la Vega de Antequera, desde el cual se pueden ver hasta cuatro provincias distintas.
Comarca Vega de Antequera
Nivel de dificultad Media
Tipo de ruta Lineal
Duración aproximada 1 hora (sólo ida)
Longitud del trayecto 2,1 kilómetros
Altura mínima 496 metros
Altura máxima 684 metros
El punto de partida de esta ruta se encuentra en el Parque del Camorrillo, no muy lejos del casco urbano (COORDENADAS 37.196987, -4.665860). Para llegar hasta allí, hay que dirigirse hasta Alameda por la MA-708, a la cual se accede a través de la A-45, la autovía que une a Málaga y Córdoba. Una vez se llega a una rotonda en la entrada del casco urbano hay que desviarse a la izquierda por la carretera MA-702 para llegar a la entrada del citado Parque del Camorrillo.
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Este camino, que no es una ruta de senderismo homologada, hace un sencillo recorrido desde el conocido como Parque del Camorrillo hasta el mirador habilitado en la zona alta del cerro donde se encuentra. Este balcón natural, conocido como el mirador de la Camorra, es uno de los enclaves distinguidos hoy como Rincón Singular de la provincia de Málaga. Entre otros atributos, este lugar destaca por tener vistas a cuatro provincias andaluzas distintas: Granada, Córdoba, Sevilla y, lógicamente, la propia Málaga. En los días claros, incluso se llega a alcanzar el territorio jinenese. Esto es posible gracias a la ubicación del territorio de Alameda, en la zona norte de la provincia.
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Desde el Camorrillo, una vez se ha estacionado bien el vehículo (hay un espacio habilitado para el aparcamiento), hay que tomar un carril asfaltado que está situado a la izquierda. Por ahí habrá que comenzar a ascender ligeramente, hasta que hace un viraje a la derecha, que permitirá tener vistas a la cara oeste del territorio de Alameda, donde se puede distinguir fácilmente la laguna de La Ratosa y , casi como telón de fondo de ésta, la de Fuente de Piedra.
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El camino seguirá en continúo ascenso hacia el norte, para lo que el camino se haría desde el inicio en forma de 'c'. Así, tras unos pocos minutos de subida se llega a la cumbre de este cerro, donde está habilitado un mirador desde el que se tiene una persepctiva de 360 grados. Justo al lado, se verá el punto geodésico de este cerro, que ni siquiera llega a los 700 metros de altitud, pero por su ubicación entre grandes vegas y campiñas disfruta de unas vistas panorámicas espectaculares.
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Una vez se ha subido al mencionado mirador, se puede continuar la ruta por un angosto sendero que lleva hasta la conocida como 'Cruz de la Camorra', que permite tener una vista especial del casco urbano de Alameda, que desde ese punto se ve como una estrella de cinco puntas. Este camino, que está bien acotado entre piedras no tiene mucha dificultad, pero habrá que estar atentos por algunas piedras que pueden provocar caídas o malas pisadas -sobre todo en los metros anteriores a la cruz.
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Tras llegar a la cruz, se podrá hacer el camino de vuelta por el mismo sitio. De esa forma, se regresa en menos de una hora al Parque del Camorrillo, habilitado con mesas para improvisar un almuerzo o un tentempié. Dada la ceranía del casco urbano, merece la pena acercarse hasta él para conocer sus principales monumentos, como son sus yacimientos arqueológicos (calcolíticos y romanos), su iglesia de la Inmaculada, en la que se encuentra la Tumba del Tempranillo, o la Fuente de la Placeta.
Este itinerario, además de vistas panorámicas, ofrece un interesante recorrido biológico, con especies botánicas y faunísticas autóctonas. Aunque en el Parque del Camorrillo haya una densa arboledad, fruto de la reforestación, en el resto del camino aguarda sobre todo matorral de monte bajo. Sobrevolando este cerro, incluido dentro de la Sierra de la Camorra, que Alameda comparte con Mollina, se pueden ver distintas aves rapaces, pero también numerosas migratorias de avifauna, dada la proximidad de las lagunas de La Ratosa y Fuente de Piedra. También destaca la presencia de mariposas y pequeños reptiles.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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