Senderismo Málaga: Subida al mirador de Pocopán

Esta ruta lineal discurre por el corazón de los Montes de Málaga, en un espacio protegido como parque natural. El itinerario salva la distancia que hay entre el Aula de la Naturaleza Las Contadoras y el cerro de Pocopán.

El punto de partida de esta ruta está junto a Las Contadoras (COORDENADAS 36.824226, -4.385134). Hasta este enclave, situado junto al aula de la naturaleza del mismo nombre se puede llegar fácilmente en vehículo. En concreto, hay que conducir por la conocida como la carretera de los Montes (antigua carretera de Colmenar) hasta el desvío situado junto a la Fuente de la Reina. Justo desde allí parte un carril asfaltado que conduce directamente hasta Las Contadoras. Junto a este enclave se podrán ver las primeras indicaciones para la ruta que lleva hasta el mirador de Pocopán.

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Los Montes de Málaga cuentan con una amplia red de senderos que permiten conocer sus entrañas, las mismas que hace apenas un siglo estuvieron pobladas de cultivos agrícolas y que ahora resultan ser un gran pulmón verde de la ciudad. Gracias a la reforestación hecha fundamentalmente con pinos hace ocho décadas, hoy es posible disfrutar de agradables paseos entre espesas arboledas y antiguos cortijos. Una de esas rutas es la que de Pocopán, que parte desde el Aula de la Naturaleza de las Contadoras. El camino comienza precisamente por un bosque de pinos, donde en ocasiones se pueden ver trepando algunos ejemplares de ardillas, que fueron introducidas hace muchos años.

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Por un carril forestal, cómodo y ancho, el excursionista va adentrándose en el corazón del Parque Natural, donde sólo se aprecia por momentos una masa verde, salpicada, en ocasiones, por construcciones abandonadas que delatan que la zona estuvo poblada hace bastantes décadas. El pino se va alternando con otras especies autóctonas de la zona, como el alcornoque, la encina o el algarrobo, que estuvieron allí durante siglos hasta que el cultivo de la vid los apartó.

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El camino conduce directamente hasta el mirador de Pocopán, que recibe su nombre de un antiguo caserón hoy derruido. Su curiosa denominación parece estar relacionado con uno de sus primeros propietarios, quien solía decir que su lagar era de «mucho vino y de poco pan», ya que por aquel entonces, abundaba el cultivo de la vid por encima del trigo.

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Para acceder hasta el objetivo de la ruta, el mirador de Pocopán hay que salvar una empinada cuesta, en la que las piedras sueltas no son precisamente de mucha ayuda. Eso sí, tanto esfuerzo recompensa con unas vistas panorámicas únicas en este espacio protegido. Junto a una pequeña casa-refugio de piedra, se pueden ir viendo, especialmente en los días claros, algunas de las sierras más importantes de la provincia de Málaga, como el Jobo, Camarolos, las Cabras, el Torcal de Antequera o los tajos de Gómer y Doña Ana, estos últimos en la Alta Axarquía. El nombre de Pocopán parece tener relación con los cultivos que había en esta antigua finca. Antaño, mucho antes de que se repoblara la zona con pinar, había en los montes muchas parcelas dedicada al trigo y algunas de viñas. Sin embargo, en esta zona en concreto se decía que tenía muchas vides para vino, pero poco trigo para pan.

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El regreso se realiza por el mismo camino y, ya que es relativamente de corta duración, se puede combinar, una vez llegados al punto de inicio, con el camino que transcurre por la Umbría de Contadoras. Este trazado es relativamente corto, pero muy agradable, y lleva hasta otro mirador de interés en el Parque Natural de los Montes de Málaga, el de Vázquez Sell.

Esta ruta pasa y recorre un espeso bosque mediterráneo, del que forman parte pinos carrascos, encinas y alcornoques. Aunque no son muy habituales, también pueblan este paraje quejigos, algarrobos y acebuches. Pero, sin duda, la especie más significativa de Los Montes de Málaga es el palmito, la única especie de palmera autóctona que crece en Europa. En lo que se refiere a fauna, abunda el jabalí, aunque no sea fácil verlo ya que se trata de un animal muy esquivo con la presencia humana. Sí se pueden apreciar ocasionalmente las ardillas con las que se repoblaron hace algunas décadas la zonas más arboladas. En lo que se refiere a aves, el repertorio es muy amplio e incluye numerosas rapaces, aunque todas no sean de gran tamaño.

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