Senderismo: Cómpeta-Canillas de Aceituno (Gran Senda de Málaga)

Esta ruta, que recorre los municipios de Cómpeta, Canillas de Albaida, Salares, Sedella y Canillas de Canillas de Aceituno, es la séptima etapa de la Gran Senda de Málaga. Su recorrido coincide, en parte, a su vez, con uno de los caminos del itinerario GR-242, que recorre el perímetro del parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

El punto de partida de esta ruta está en el casco urbano de Cómpeta. Concretamente, arranca en la ermita de San Antón, situada en la zona noroeste del pueblo (COORDENADAS 36.83540, -3.978609). Para llegar hasta allí no hay que entrar con el vehículo por sus calles. Bastará con tomar un desvío a la derecha de la carretera A-7207 (en sentido Canillas de Albaida) por la MA-112. Posteriormente, habrá que llegar a la calle de San Antonio, a través de la avenida de la Constitución.

1. Desde Cómpeta hasta Canillas de Aceituno, este camino supone todo un cúmulo de experiencias para el caminante, ya que también pasa por las localidades de Sedella, Salares y Canillas de Albaida. De esta forma, se combinan rutas turísticas, como la Mudéjar o la del Vino con senderos que unen estos pueblos y atraviesan enclaves del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Se trata, por tanto, de una combinación de valores ecológicos, históricos y gastronómicos, que atraerá a todos los que estén interesados en el turismo de interior y en la práctica del senderismo. Eso sí, hay que tener en cuenta que hay varios tramos que hay que realizar por carreteras, donde habrá que tener especial precaución a la hora de caminar, como ir, en la medida de lo posible, por el arcén izquierdo (para ver los coches de frente) e ir en fila india.

2. Este recorrido tiene constantes subidas y bajadas. Las primeras servirán para llegar a cotas donde merece la pena para disfrutar de vistas amplias, que, en muchas ocasiones, tienen el telón de fondo del Mediterráneo. La segunda permitirá cruzar puentes con mucha historia que sirven para salvar ríos y arroyos que nacen en estas escarpadas sierras. Aunque en algunos casos hay desniveles considerables, en ningún caso hay caminos que sean de dificultad elevada. De cualquier forma, el viajero quedará hechizado con las reminiscencias andalusíes que aún se mantienen en la zona.

3. La ermita de Santa Ana de Canillas de Albaida, el alminar de Salares o el centro de interpretación del parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama de Sedella son algunas de las visitas que no se deben eludir. Buena parte del sendero se corresponde con el GR-242, el gran recorrido más importante de la Axarquía, ya que une Periana con Nerja. En total, son algo más de 25 kilómetros en los que se alternan fuertes pendientes de subida con trepidantes descensos, como el que hay que realizar para llegar a la localidad de Salares. Merecerá la pena, aunque sólo sea para ver su famoso alminar.

4. Sin lugar a dudas, la parte más dura está al principio, tras pasar por Canillas de Albaida. Desde este pueblo hay que bajar hasta el puente romano situado relativamente cerca para después encarar un fuerte ascenso hacia la Cruz del Muerto, que lo separa visualmente de su vecino Salares. Desde esta última localidad hay que tomar el camino hacia Sedella a través del cortijo de La Herriza.

5. El último tramo es el que une a Sedella con Canillas de Aceituno y guarda una espectacular sorpresa para el senderista, el puente colgante del Saltillo, una pasarela construida para salvar el río Almanchares que, a su paso, ha formado una espectacular garganta caliza. Para llegar hasta él habrá que descender por un complejo camino descendente, en el que se cuenta con cadenas ancladas a las paredes para evitar las caídas. Después tocará cruzar el puente.

6. Desde esta espectacular construcción, tocará subir hasta llegar a las pasarelas del Saltillo, situadas a la altura de una antigua acequia. Ésta, en sentido oeste, será la guía para llevar hasta Canillas de Aceituno por un camino no muy duro, pero sí muy exigente en cuanto a concentración, ya que pasa por tramos expuestos a posibles caídas. Por esa y otras razones, esta etapa requiere de ciertas habilidades y de condiciones físicas. De hecho, se considera de una dificultad elevada y es una de las más exigentes de la Gran Senda de Málaga.

Este recorrido pasa por numerosas huertas y zonas de cultivo tradicionales que se benefician de la riqueza hídrica de las sierras de Tejeda y Almijara. Además de distintas explotaciones agrícolas, tiene un especial valor botánico la vegetación ribereña de los ríos y arroyos que se cruzan en la propia ruta. A ello hay que sumar pinares y numerosas encinas que acompañarán en esta ruta que discurre por las faldas de la sierra.

En lo que respecta a fauna, hay que prestar especial atención a las aves, ya que se pueden avistar especies muy diversas, desde aves rupícolas (vencejos, golondrinas o aviones) a otras propias de bosques, como picapinos, zorzales, carboneros, herrerillos, arrendajos o papamoscas. También sobrevuelan la zona rapaces, como el cernícalo vulgar, el halcón peregrino, el mochuelo, el águila real o la perdicera. Otras especies que se pueden ver en este itinerario son mirlos, colirrojos, lavanderas, abejarucos, gorriones, jilgueros, oropéndolas, perdices o estorninos. En lo que se refiere a mamíferos, habrá que estar muy atentos para divisar algunos rebaños de cabra montés en las zonas más elevadas de la ruta.

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