Ruta del Tajo San Francisco

Al punto de partida de esta ruta está en el perímetro del casco urbano de Casarabonela. Más concretamente, se encuentra en las inmediaciones de la ermita del Calvario (COORDENADAS 36.786539, -4.845151). Justo a unos metros hay un aparcamiento público, donde se puede dejar el coche bien estacionado. Hasta allí se puede llegar a través de la calle Circunvalación, con lo que se evita entrar en el casco antiguo. Sin embargo, es recomendable antes o después darse un paseo por este cuidado pueblo blanco. Para llegar hasta Casarabonela, lo más cómodo es utilizar la carretera A-354, que se adentra en esta comarca. Para ello hay que tomar previamente la A-357 hasta el cruce de Zalea.

1. Justo detrás de la ermita del Santo Cristo o del Calvario se puede ver el panel que describe este sendero local (SL-A-310). Desde allí hay que dirigirse hacia la piscina municipal, para rodearla por su izquierda y dejar atrás el único tramo asfaltado o de carril. A partir de ahí comienza una exigente subida bajo un denso pinar. De hecho, desde el inicio hasta el final hay un considerable desnivel que hay que afrontar, con aproximadamente 500 metros de diferencia, en menos de tres kilómetros. Por esa razón, aunque es de poca longitud, esta ruta puede ser excesiva para personas que no estén preparadas físicamente para este tipo de esfuerzos.

2. A través del bosque de pinos, con algunos tramos en zigzag, que atenúan la dura subida, se llega hasta la zona conocida como la 'Majá' del Castaño, donde aguarda uno de los tramos menos empinados del recorrido. Se trata de una zona menos empinada, que deja atrás las umbrías del bosque. Está situada aproximadamente a un kilómetro y medio del punto de partida, lo que supone aproximadamente el ecuador de este sendero, que usa un camino antaño muy usado por quienes tenían en esta sierra su modo de vida. En la 'Majá' del Castaño se encontrarán también indicativos para continuar el buen camino que lleva hasta el final. Desde allí, tras una ligera bajada toca subir hasta la siguiente señal, situada en el carril que es usado para otra ruta de senderismo de Casarabonela (Camino de La Dehesa-Fuente de los Hornaos). Tras un breve descanso, toca el último gran esfuerzo, para subir por un sendero bastante empinado hasta el collado de San Francisco.

3. Desde el collado, donde también se puede hacer un merecido descanso, se puede ver ya el Tajo San Francisco, situado justo al norte. La ruta termina allí. En concreto, sobre esta formación caliza. Para ello habrá que caminar unos doscientos metros hasta allí. Además de ser un lugar emblemático para los moriscos (gentilicio de Casarabonela), es también un excelente mirador panorámico. Desde allí se puede ver la sierra de Alcaparaín y también el valle del Turón, en el tramo comprendido entre El Burgo y Ardales. No en vano, desde allí se puede ver con nitidez al primero de estos dos pueblos.

4. Este enclave calizo recibe el nombre del patrón de Casarabonela, San Francisco de Paula. Sobre él y el tajo hay una leyenda que aún se cuenta en el pueblo. En una época de sequía, un grupo de vecinos, alarmados por la escasez de precipitaciones, llevó la imagen del santo hasta ese punto. Allí le amenazaron con arrojarlo si no llovía en los siguientes días. Según esta tradición oral, cayó agua poco después.

Este itinerario, aunque es muy corto, permite disfrutar de bastante biodiversidad. Así, en lo que se refiere a flora, lo que más abunda es el pino carrasco, pero también puntualmente algunas encinas o incluso quejigos. Además, hay numerosos matorrales mediterráneos, como tomillo, romero, palmito o esparto. En lo que se refiere a fauna, se pueden ver ocasionalmente ejemplares de jabalí o de cabra montés. Entre las rapaces, se pueden ver águilas perdiceras y culebreras.

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