Ruta senderista: Sendero de Los Llanos de la Roda

Para comenzar esta ruta hay que dirigirse hasta el municipio de La Roda de Andalucía, situado en la Sierra Sur de Sevilla, al límite con la provincia de Málaga. La localidad cuenta con una salida directa desde la autovía A-92. Tras salir de esa carretera hay que dirigirse a las inmediaciones del campo municipal de fútbol, justo donde está señalizado el inicio de la vía verde de Las Lagunas. Entre ambos enclaves, se puede ver el cartel descriptivo de esta ruta de senderismo y el punto de inicio de la misma. Se puede aparcar en los alrededores fácilmente, ya que hay numerosas plazas de estacionamiento junto al citado recinto deportivo.

Por la calle Estepa se llega a las inmediaciones del campo municipal de fútbol de La Roda de Andalucía, donde se verá el cartel de inicio de este sendero. No hay que confundir esta ruta con la vía verde de Las Lagunas, que también empieza allí. De hecho, durante unos cien metros ambos recorridos van en paralelo. Eso sí, esta ruta homologada como PR-A-201 vira a la derecha poco después y se aleja de la vía verde.

La primera parte del recorrido es claramente ascendente, aunque con pendientes muy leves. El paisaje que acompaña en todo momento es el olivar. De frente, en lontananza se ve la sierra de Pleités, a cuyos pies hay que llegar para alcanzar el ecuador. Pero mucho antes, tras kilómetro y medio de camino, el carril se topa con la A-92. Para salvar la autovía habrá que girar a la izquierda unos doscientos metros para encontrar un pasaje subterráneo. Después, habrá que girar a la derecha en paralelo a la carretera hasta que se ve un desvío a la izquierda por carril de tierra.

De nuevo, el paisaje predominante es el olivar, pero, en esta ocasión la pendiente en ascenso es algo más pronunciada, aunque es relativamente llevadera. Tras casi tres kilómetros y medios en línea recta hacia la sierra de Pleités, se llega a un cruce de caminos importante, donde habrá que desviarse a la derecha. De esta forma, con algo más de subida se andará por los pies de la sierra mencionada, donde predomina el encinar y el matorral bajo.

Tras unos cuatrocientos metros después del cruce anterior, se ha alcanzado prácticamente el ecuador de la ruta. A partir de entonces, queda volver a La Roda de Andalucía por carriles que discurren también entre olivos, aunque con una perspectiva más amplia del entorno que rodea a este municipio sevillano. Durante algo más de tres kilómetros se desciende prácticamente en línea recta hacia La Roda, lo que permite tener vistas panorámicas en las que se ven no sólo la localidad sevillana sino también la Vega de Antequera (El Torcal de Antequera se ve con cierta nitidez), la Sierra Norte de Málaga y parte de la comarca Subbética de Córdoba.

En el último tramo que pasa por el olivar el carril se vuelve algo más difuso e incluso se confunde con un tramo de un arroyuelo que va seco. Por eso hay que estar especialmente atentos a las balizas de madera que llevan las franjas blanca y amarilla. Así se llega de nuevo a la A-92, que habrá que salvar en esta ocasión por un puente. En este caso, hay que ir por la carretera de acceso al polígono industrial de La Roda de Andalucía. Para andar por allí habrá que buscar el margen izquierdo de la vía, para poder ver de frente a los vehículos que se aproximen.

Tras pasar por una cooperativa olivarera, habrá que girar a la derecha para andar algo más de un kilómetro de nuevo entre olivos por un carril de tierra. Así se llega hasta el punto final de este sendero homologado, el campo de fútbol municipal de La Roda de Andalucía.

La vegetación predominante es el olivar, aunque en el entorno de la sierra del Pleités se pueden ver muchas encinas y matorral bajo. También se pueden ver algunos acebuches, cornicabras y otras plantas aromáticas, como el tomillo, la mejorana o el espliego. Tanto en un sitio como en otro se pueden avistar con cierta facilidad, conejos, liebres y perdices. En este sentido, hay que tener cuidado con las fincas que están señalizadas como cotos de caza. Otras especies que tienen allí su hábitat son la lechuza, el mochuelo, el milano negro, el vencejo real o el escribano montesino.