Ruta senderista: Sendero de las Libélulas (SL-A-252)

El punto de partida de esta ruta está en el propio casco urbano de Benahavís (COORDENADAS 36.525221, -5.045107). En concreto, el inicio oficial de este sendero circular se encuentra en la confluencia de la avenida de la Moraleda con la calle Huerta de Rufino, es decir, en el vial que lleva hasta el campo de fútbol de la localidad.

1. Desde el inicio de la ruta hay que ir por la calle Huerta de Rufino y girar justo después a la izquierda, para así bordear el complejo deportivo municipal -quedará a la derecha- e iniciar el tramo más atractivo de esta ruta. Con el cauce del Guadalmina a la izquierda, la ruta es prácticamente llana en este tramo. Poco a poco, se pasa de un carril a una senda estrecha, en la que hay paneles informativos sobre distintas especies botánicas e insectos e incluso algunas alusiones etnográficas, como una antigua calera que aún se conserva parcialmente.

2. El recorrido, que, poco a poco, va ascendiendo, cuenta con vallas de madera para evitar posibles caídas al cauce del río e incluso con algunos bancos habilitados para el descanso o para el disfrute de este singular ecosistema. Tras un kilómetro de recorrido se llega a la presa del Guadalmina, uno de los atractivos paisajísticos de este itinerario de escasa dificultad, que puede ser idóneo para niños de corta edad.

3. La presa del Guadalmina se rodea perimetralmente por el norte hasta conectar con un vial asfaltado, que habrá que tomar en sentido hacia el casco urbano de Benahavís. Este tramo es ascendente, aunque no muy duro, durante casi un kilómetro por el conocido como Camino del Molino. A partir del punto más elevado del itinerario, el camino comienza a descender tenuemente hasta llegar al casco urbano. En concreto, se entra por la calle del Pilar, para después continuar por la de los Pinos y la del Guadalmina. Poco después se llega a la altura de la avenida de la Moraleda, justo donde se comenzó la ruta.

4. A pesar de no ser una ruta dura, no es idónea para hacer en días más calurosos, salvo si se hace a primera hora de la mañana, en cuyo caso, el primer tramo se hace prácticamente en umbría. También hay que tener en cuenta que está prohibido bañarse y pescar en la presa del Guadalmina. El último tramo, que discurre por un vial asfaltado, está abierto al tráfico de vehículos. Por esa razón, habrá que tener especial precaución a la hora de transitar a pie por él mismo, evitando en la medida de lo posible caminar sobre la calzada y aprovechar los arcenes que quedan a la izquierda, de tal forma que es posible avistar los coches que vienen de frente.

Como su propio nombre indica, este itinerario es idóneo para ver libélulas, unos insectos que suelen tener su hábitat en el entorno de ríos y humedales, como ocurre tanto en el Guadalmina como en su propia presa. Así a lo largo del recorrido, se podrán ver paneles informativos en los que se pueden ver las especies de estos odonatos que suelen verse en esta zona. Además, también están identificadas algunas especies botánicas de interés que se pueden ver a lo largo del recorrido, como son acebuches, algarrobos, lentiscos o enebros, entre otros. Además de estos árboles y arbustos y las mencionadas libélulas, la fauna y la flora que se puede ver en este recorrido es aún más rica. Así, se pueden ver algunas especies de interés tanto en la presa como en el río Guadalmina. Entre ellas, están la nutria, el galápago leproso, el mirlo acuático, el sapillo pintojo meridional, el martín pescador y la boga del Guadiana.

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