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Esta ruta discurre junto al cauce del arroyo de los Monjes o de Guadalpín, en la abrupta sierra Blanca, en el término municipal de Marbella.
Comarcas Costa del Sol
Nivel de dificultad Baja
Tipo de ruta Lineal
Duración aproximada 1 hora (sólo ida)
Longitud del trayecto 2,1 kilómetros (sólo ida)
Altura mínima 140 metros
Altura máxima 302 metros
El punto de partida de esta ruta está a pocos metros del colegio Xarblanca (COORDENADAS 36.528812, -4.899377) ... . Para llegar hasta allí hay que dirigirse a la urbanización Sierra Blanca. A esta zona residencial se llega desde la AP-7, tanto en sentido Algeciras como en sentido Málaga, por la salida 184. A partir de ahí, a través de la avenida de la Florida hay que ascender hasta el punto indicado. Antes se podrá dejar estacionado el vehículo cerca del carril cortado al paso de automóviles.
1. Aunque su cauce no es tan sorprendente como otros ríos de la Costa del Sol Occidental, el arroyo de Guadalpín o de los Monjes representa una buena ocasión para adentrarse en una de las zonas menos conocida de la sierra Blanca de Marbella. Para ello, el camino, situado muy próximo al CEIP Xarblanca, comienza cruzando su curso para continuar río arriba hasta el punto de regreso, que es la ermita de los Monjes. En el primer tramo de este recorrido, se ascenderá por la orilla izquierda, de tal forma, que el cauce del Guadalpín queda a la derecha.
2. En el recorrido río arriba, habrá que tener en cuenta que, en ocasiones, se abren opciones en paralelo que se alejan momentáneamente del cauce. Sin embargo, tarde o temprano volverán a acercarse a éste. De lo contrario, se ha tomado un sendero erróneo. En este sentido, habrá que tener en cuenta que en este recorrido confluyen otros, entre los que se encuentra incluso uno correspondiente a la Gran Senda de Málaga. Por tanto, habrá que permanecer muy atentos para no salirse en ningún momento del itinerario marcado.
3. El curso del arroyo de los Monjes o de Guadalpín no suele tener mucho caudal, pero habrá que tener especial precaución a la hora de cruzarlo. Esto habrá que hacerlo en varias ocasiones, según lo indique la propia ruta o sea la única opción viable al desaparecer la senda en una de las márgenes. Normalmente, se puede vadear sin problemas, gracias a piedras que, eso sí, pueden ser algo resbaladizas.
4. También habrá que tener cierta precaución en los primeros metros, ya que hay tramos del sendero que son angostos y que, después de unas lluvias, pueden estar especialmente embarrados. Esta circunstancia, unida a cierto desnivel de esos trazados, obligan a tener mucha precaución, sobre todo si se va con niños.
5. La ruta, en general, es sencilla y no ofrece peligro para quien la haga con tranquilidad y dándole importancia a la seguridad. De esta forma, se podrá disfrutar de las pozas y saltos de agua que se forman en algunos puntos del itinerario. Igualmente, habrá que tener en cuenta que, en ciertas épocas del año, puede haber tramos del arroyo que estén parcialmente secos o con poca agua.
6. En esta ruta lineal, el punto de retorno lo marca la conocida como ermita de los Monjes, que está en un cruce de caminos, en el que se encuentra un posible acceso a la etapa de la Gran Senda de Málaga que une a Marbella con Ojén. De esta forma, quien lo prevea con antelación y con vehículos que le permitan regresar al punto de partido, puede optar por hacer un recorrido de algo de más de seis kilómetros hasta Marbella. Los que no hayan previsto alargar la ruta deberán regresar siempre por el mismo camino realizado durante la ida, sin buscar atajos ni otros caminos que pueden provocar extravíos.
7. La ermita de los Monjes es, sin duda alguna, el principal hito histórico de este recorrido. De ella, sólo quedan algunos restos, pero, según ciertos documentos, fue un santuario religioso hasta el siglo XVIII y anteriormente pudo ser incluso parte de un antiguo convento. Fue abandonada en 1768 por sus ermitaños. Hoy es uno de los lugares más curiosos y menos conocidos de Marbella.
En esta ruta, existe una espesa arboleda mediterránea que acompaña a la vegetación ribereña. Además de pinares y encinares, sobresalen en las orillas la madreselva y en su entorno impresionantes helechos. En lo que se refiere a fauna, se pueden ver y escuchar algunas aves de pequeño porte propias de ecosistemas ribereños. Igualmente, abundan distintos tipos de reptiles y anfibios junto al arroyo. Entre estos últimos están las ranas, que forman parte de la banda sonora en algunos tramos.
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