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Breve ruta circular que parte desde el casco urbano de Faraján y que permite disfrutar de los dos saltos de agua conocidos allí popularmente como las Chorreras de Balastar.
Comarcas Serranía de Ronda
Nivel de dificultad Media-baja
Tipo de ruta Circular
Duración aproximada 1 hora y 15 minutos
Longitud del trayecto 2,5 kilómetros
Altura mínima 505 metros
Altura máxima 645 metros
Este itinerario parte del casco urbano de Faraján. Concretamente, arranca desde su centro histórico, muy cerca ... de la plaza principal, donde se encuentran la iglesia del Rosario y la actual sede del Ayuntamiento (COORDENADAS 36.616733, -5.188729). La ruta en sí comienza bajando por la calle Genal (antigua calle José Antonio). En la mencionada plaza puede haber espacio para aparcar. De lo contrario, en la entrada del pueblo suele haber más espacio. Para llegar hasta la localidad de Faraján, se puede usar tanto la carretera de San Pedro-Ronda como la de Algeciras. La primera es más adecuada para quienes vayan desde la Costa del Sol Occidental. La segunda es más recomendables para quienes opten por ir desde el interior y pasen por la circunvalación de Ronda.
1. Desde la calle Genal, la ruta, que está bien señalizada, comienza bajando por un carril hormigonado y relativamente cómodo. Poco después de comenzar este itinerario, se llegará a una encrucijada de caminos, donde se indica el sentido de las Chorreras, a la izquierda, y el del Nacimiento de Balastar, a la derecha. Conviene desviarse primero por este último, ya que, después de ver dicho enclave, se regresa por el mismo trazado hasta esta bifurcación. Así, justo después, en ese cruce, comenzará a acentuarse el descenso, junto a una acequia que todavía se usa por los agricultores de la zona para el riego de sus huertas. Ambas salen del centro de Faraján y descienden hasta cada una de los saltos de aguas.
2. En este descenso se ven concretamente dos saltos de agua –más conocidas como chorreras por los farajeños-. La primera se encuentra apenas a 800 metros del pueblo, mientras que para acceder a la segunda hay que recorrer aproximadamente en torno a un kilómetro y medio. El camino, que discurre entre huertas abancaladas, tiene su ecuador en la segunda cascada. A partir de ahí, en primer lugar, se retrocederá por el mismo camino unos cuatrocientos metros. Después, el recorrido continuará por otro camino más corto, pero igualmente empinado que lleva en última instacia hasta el casco urbano de Faraján. En concrete, se llegará a la plaza principal, pero por el otro extremo.
3. Hay que tener en cuenta que, en ocasiones, estos travertinos pueden estar sin agua. Esto no se debe normalmente a la escasez o sequía sino a que ha sido temporalmente desviada por los propietarios de la zona para regar sus huertas. Por otra parte, aunque podría calificarse por su distancia como una ruta de poca dificultad, hay que tener en cuenta que tiene desniveles muy acentuados en algunos tramos, en los que incluso hay una cuerda a la que poder agarrarse para evitar resbalones (suele ser una zona muy húmeda).
4. A través de este camino, que se encuentra bien señalizado desde el pueblo, se accede a un enclave de gran valor histórico. Aunque no existe ningún vestigio arqueológico de importancia, hay constancia de que en esta zona, donde hoy hay fértiles huertas en bancales, hubo en su día un antiguo poblado árabe, al que se le refiere en algunos textos como Balastar. De hecho, allí los propietarios de las pequeñas parcelas mantienen aún un antiguo sistema de regadío que aprovecha el caudal del arroyo Balastar que recorre estas huertas antes de llevar sus aguas hasta el Genal.
5. En su curso, este riachuelo se encuentra con un territorio escarpado, que salva con estas dos impresionantes chorreras o cascadas, que dan lugar a una estampa de gran belleza. Gracias a la riqueza acuífera de estas sierras, durante cualquier época del año se puede disfrutar de estas espectaculares cataratas. Además, merece la pena contemplar la gran variedad de hortalizas y frutales que se dan en lo que fue la antigua aldea de Balastar.
6. El enclave de Balastar también permite al senderista tener unas vistas privilegiadas del Valle del Genal. En concreto, en el descenso por el angosto camino que discurre entre huertas se avistan en lontananza los pueblos de Benalauría y Benadalid.
Aunque este itinerario discurre por un trayecto relativamente corto y muy próximo al casco urbano, se puede ver una gran variedad biológica tan sólo en sus huertas. Allí, conviven viñas, olivos, cítricos, aguacates, cerezos, además de las hortalizas que en temporada cultiven los propietarios de las fincas aledañas a este itinerario.
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