Ruta senderista: Pulgarín Alto-Alfarnate

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La décima de las rutas que componen la Gran Senda de Málaga sirve para unir los territorios Alfarnate y Alfarnatejo, dos poblaciones hermanas, que también son conocidas con el sobrenombre de los «Pirineos del Sur», ya que son los dos municipios más altos de toda la provincia, por encima de los novecientos metros sobre el nivel del mar. Gracias a esa elevación, este recorrido tiene motivaciones visuales, como ver el azul del Mediterráneo como telón de fondo de abruptos y escarpados tajos, como el de Gomer y el de Doña Ana. Eso sí, para hacer este recorrido se evita la subida directa a Alfarnatejo por la carretera y se rodea así el conjunto de los tajos de Doña Ana y Gómer.

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También merece la pena hacer este recorrido por los dos ríos que recorren estos parajes Por un lado, está el Sabar, que pasa junto al casco urbano de Alfarnatejo y discurre frente a los cortijos de Pulgarín Bajo y Alto. Por otro, el Borbollón, que lleva sus aguas hasta el pueblo vecino de Riogordo. Lo que más llama la atención es el verdor que se puede apreciar en los años lluviosos. El contraste de ese color con el gris de las sierras calizas y el azul del cielo convierten este recorrido en uno de los más interesantes de la Alta Axarquía, es decir, la franja de la comarca que limita con la Sierra Norte de Málaga.

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Este itinerario que parte de Pulgarín Alto llega a Alfarnatejo vadeando el río Sabar por sendas paralelas que llevan hasta la Fuente del Conejo. De allí, hay apenas unos pasos hasta el casco urbano de Alfarnatejo, desde donde parte otro camino que conduce hasta el núcleo de Alfarnate a través del bosque de Morillas, un conjunto de encinas y quejigos muy llamativo y valioso desde un punto de vista ecológico.

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Merece la pena recorrer la última parte de este trayecto especialmente en la primavera, cuando toma fuerza el paisaje verde que rodea al pueblo de Alfarnate. La altitud y el clima de este municipio lo han hecho propicio para este cultivo, hasta tal punto de que se le conoce ahora también con el lema del 'Valle del Jerte malagueño'.

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Una de las paradas obligatorias en las proximidades es la de la Antigua Venta de Alfarnate, lugar frecuentado por forajidos como Luis Candelas. Tres siglos después de su apertura, este establecimiento permanece ajeno al paso del tiempo. De hecho, se le puede considerar un museo del bandolerismo axárquico. Aunque actualmente es famoso por sus suculentas viandas y por sus huevos a lo bestia, era durante el siglo XVIII una de las posadas donde descansaban los viajeros en el camino de ida y vuelta a Madrid y Granada.

En esta zona predomina el olivo de la variedad verdial, aunque también se pueden ver otros árboles, como el almendro o el melocotonero. También hay numerosas plantas aromáticas junto al camino. En las zonas de ribera, se pueden ver juncos, zarzas, cañaverales o retamas. En lo que se refiere a fauna, se pueden avistar algunas rapaces y mamíferos de pequeño tamaño.