Ruta de senderismo: Jimera de Líbar-Benalauría

Esta ruta de senderismo que une a los valles del Genal y del Guadiaro a través de un recorrido ameno y de gran interés paisajísico. Este trazado corresponde a la vigésimo sexta etapa de la Gran Senda de Málaga, entre los pueblos de Jimera de Líbar y Benalauría.

Este itinerario parte de la entrada del casco urbano de Jimera de Líbar, en el Valle del Guadiaro, hasta donde se puede llegar tanto en coche como en tren a través de la línea ferroviaria Algeciras-Ronda (parada en la barriada de la Estación de Jimera). Allí habrá que buscar la confluencia de la carretera de acceso con la calle Baja, justo al lado de un antiguo lavadero municipal (COORDENADAS 36.649640, -5.275088). En este punto también se podrán ver indicaciones de otros senderos que convergen allí, como el de la Ruta de Fray de Leopoldo, con el que habrá que evitar confusiones.

1. La Serranía de Ronda no se podría entender sin su dos valles más frondosos, el del Guadiaro y el del Genal. Precisamente, la etapa de Jimera de Líbar a Benalauría permite valorar la riqueza ecológica de ambos enclaves naturales, ya que atraviesa la sierra que los separa -o los une-.

2. Por tanto, esta vigésimo sexta ruta implica un mayor esfuerzo que en los anteriores casos en tanto que acomete el ascenso hasta el Puerto de Benalauría, que siempre recompensa con excelentes panorámicas del Valle del Guadiaro -se ve en lontananza la localidad de Cortes de la Frontera- y atisba el gran vergel del Genal. Eso sí, durante más de la mitad del recorrido, apenas hay desniveles de importancia. La parte más dura aguarda a partir del ecuador de la ruta, cuando hay que afrontar una subida continua de algo más de cuatro kilómetros, para llegar a la cota más elevada del trazado.

3. Entre los puntos de interés de este trazado, sobresale especialmente al aldea de Siete Pilas, que recibe su nombre de un abrevadero para ganado fundamental en otras épocas por su cercanía a la Cañada Real. La ruta también pasa junto a la Laguna Honda, un acuífero donde se pueden apreciar durante casi todo el año numerosos anfibios, algunos en peligro de extinción.

4. Después de más de una docena de kilómetros, comienza a vislumbrarse la llegada a Benalauría, un pueblo que parece haber sido escondido deliberadamente. El casco urbano se encuentra detrás de una colina donde predominan los castaños. Para dejar atrás este cerro, desde la antigua carretera de Algeciras se baja por un estrecho, sinuoso y empinado carril asfaltado, que sirve para adelantar al visitante lo escarpado de este territorio. Para obtener alguna panorámica, lo mejor es irse al otro lado del río, aunque también cabe la posibilidad de llevarse una instantánea tomada desde el carril de Las Gambillas.

5. El pueblo está orientado hacia el río Genal, dejando a sus espaldas el Valle del Guadiaro. Una vez llegado allí, merece la pena dar un paseo por sus cuidadas calles, entre las que destacan algunas fachadas decimonónicas, como las que se pueden ver en la plaza donde tiene su sede la Casa Consistorial. Evidentemente, también destaca por sus dimensiones la iglesia de Santo Domingo, visible desde buena parte del casco urbano.

Gracias a su orográfica y geográfica, en este recorrido se puede distinguir una gran diversidad biológica. Así, en lo que se refiere a vegetación, se puede ver tanto de zonas de ribera como monte adehesado, bosque mediterráneo o cultivos tradicionales, como el olivo o el almendro. A lo largo del recorrido se pueden avistar distintos tipos de aves, entre ellas algunas rapaces o incluso buitres leonados. En menor medida, se podrán ver o intuir algunos mamíferos, así como reptiles y anfibios.

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