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Este itinerario que une a la ciudad de Antequera con su anejo de Cartaojal es uno de los tramos del Camino Mozárabe de Málaga, uno de los grandes recorridos que se pueden hacer dentro de la provincia. Este itinerario, que es jacobeo, se corresponde en concreto con la primera mitad de la cuarta etapa, que une a Antequera con Villanueva de Algaidas.
Comarca Vega de Antequera
Nivel de dificultad Media
Tipo de ruta Lineal
Duración aproximada 3 horas
Longitud del trayecto 11,1 kilómetros
Altura mínima 436 metros
Altura máxima 534 metros
El punto de partida de esta ruta está en el centro de Antequera, junto a la iglesia de Santiago, en la plaza del mismo nombre. Es decir, frente a la iglesia de Sana Eufemia (COORDENADAS 37.020063, -4.554452). No es una zona donde se pueda encontrar fácil aparcamiento, así que lo idóneo sería buscar en el entorno más inmediato, en algunas zonas habilitadas, como se puede ver en el entorno del Puente de los Remedios.
1. La ruta, que comienza en el centro histórico de Antequera, comienza a salir de la ciudad por la calle de Belén para pasar por la conocida como Puerta de Granada. Desde allí se dirige por el Camino del Cementerio, que, como su nombre indica, pasa por el camposanto municipal. A partir de ahí, dejando a la derecha el conjunto de los Dólmenes de Menga y Viera. A partir de ahí, se deja atrás el casco urbano para transitar por tramos asfaltado en los que hay que tener en cuenta el tránsito de vehículos tanto para cruzar algunas vías como para caminar por sus arcenes.
2. Desde el Camino del Cementerio hay que pasar junto a dos rotondas para dirigirse hacia el Camino de los Almendros y conectar con el de Algaidas. Se trata de un tramo no muy atractivo por sus paisajes, ya que pasa por encima o por debajo de algunas carreteras e incluso de los tramos de la A-92 por zonas de cultivo y algunas fincas particulares. Eso sí, se obtiene alguna persepctiva interesante tanto de la Peña de los Enamorados como de la propia ciudad monumental de Antequera cuando ésta va quedando atrás. De esta forma, tras cruzar la A-92 en la segunda ocasión comienza el tramo más interesante, que es el que se dirige al anejo de Cartaojal.
3. El trazado que se dirige a Cartaojal es conocido como el Camino de Cuevas Bajas. En un principio, es llano, pero paulatinamente va acentuando su subida para llegar al mencionado anejo antequerano. Así, este recorrido, en el que se atraviesan espesos olivares, tiene unos cinco kilómetros de longitud, desde que se cruza por alto el último tramo de la A-92 hasta la iglesia del Purísimo Corazón de María, que casi da la bienvenida a quienes entran en el casco urbano de Cartaojal. Respecto a la señalética hay que tener en cuenta que, al ser un tramo perteneciente a la etapa Antequera-Villanueva de Algaidas, en ocasiones, no se verá mencionado en las señales Cartaojal sino el pueblo de la Sierra Norte de Málaga que es el de destino.
4. Este tramo, que es uno de los menos duros físicamente del Camino Mozárabe, continúa desde Cartaojal hasta Villanueva de Algaidas por un tramo de carretera poco frecuentada. Al no contar Cartaojal con albergue muchos peregrinos optan por hacer los dos tramos (Antequera-Cartaojal y Cartaojal-Villanueva de Algaidas) en una sola jornada, que sumarían algo más de 23 kilómetros de longitud total. Aunque Cartaojal no cuenta con un albergue de la red del Camino Mozárabe puede ser un lugar idóneo para almorzar y recuperar fuerzas, ya que prácticamente en el centro de la villa se encuentra Casa Caro, uno de los restaurantes más antiguos de la Vega de Antequera.
5. Existe la posibilidad de hacer la ida y vuelta a Antequera en una sola jornada, aunque para ello se requieren al menos unas seis horas de tiempo. Otra opción es buscar una alternativa de transporte privado o público para regresar al punto de partida.
Este recorrido es muy variado, ya que pasa de una urbe como Antequera al olivar que precede al anejo de Cartaojal. Pasa junto a fértiles huertas e incluso junto a un tramo del río Guadalhorce, aunque éste no ofrece aquí precisamente su cara más natural. El olivar es el auténtico protagonista de la segunda mitad del recorrido. En él se puede intuir la presencia de algún mochuelo y sobre él, algunas rapaces diurnas. Este ecosistema también es el de ratones de campo y conejos, entre otros mamíferos.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Ignacio Lillo | Málaga
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