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Las imágenes son trasladadas desde la iglesia de san Felipe Neri a la primitiva ermita de al calle Mármoles, cuyas obras de restauración aún no habían finalizado. Archivo de la Cofradía
Zamarilla: El resurgir de las cenizas
Historia

Zamarilla: El resurgir de las cenizas

Los inicios de la cofradía de Zamarrilla se vieron bruscamente truncados por los sucesos de 1931 y 1936, por lo que se afanó en recuperar su patrimonio a lo largo del siglo pasado

Andrés Camino

Málaga

Jueves, 14 de abril 2022, 19:04

Cuando la ciudad de Málaga se había extendido más allá de sus murallas, en el siglo XVIII y al final de calle Mármoles se alzaba una cruz en torno a la que la devoción del rosario hizo converger a un grupo de vecinos que mediante donativos y limosnas construyeron, en 1857, una ermita con un Crucificado al que se conoció como el Cristo de Zamarrilla.

Este nombre denominaba el lugar y ha sido la seña de identidad de la cofradía que, desde 1788, se organizó en esa ermita callejera. Si bien sus primeras reglas hacen de ella una corporación de mutualidad de entierro, apenas cuatro años más tarde se incorpora una sección denominada Congregación del Santo Rosario de Nuestra Señora de los Dolores para rendir culto a una imagen mariana. Será ésta la que salga en procesión, al menos en tres ocasiones, durante el siglo XIX por el barrio de la Trinidad. En 1849 presidió, junto al Cristo de la Salud, el monumento eucarístico de la Catedral malagueña.

Mientras, la Cofradía del Cristo de Zamarrilla se debate, como las restantes de la ciudad, en la necesidad de buscar lugares de enterramiento en el nuevo cementerio municipal. Si en un principio recurrió al sistema de nichos, será a mediados de siglo XIX cuando inicie la construcción de un panteón con capacidad suficiente para sus hermanos. Estas nuevas circunstancias y la realidad social del barrio en que se ubica llevaron a la cofradía a renovar sus estatutos en 1889.

Con la llegada del siglo XX y el auge de la Semana Santa, esta corporación se convierte en cofradía penitencial aprobando unos nuevos estatutos el 1 de mayo 1921 en los que se autodenomina Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores. Ese mismo año realizó su primera salida procesional. Al coincidir su título con el de otras imágenes marianas de la ciudad, fue cambiado en 1922 por el de Nuestra Señora de la Amargura.

En 1926, incorporan una imagen de Cristo realizada por el escultor sevillano Antonio Castillo Lastrucci bajo la advocación de Jesús del Santo Suplicio.

Con los asaltos, saqueos y quemas de iglesias, la Hermandad de Zamarrilla pierde sus imágenes y enseres entre 1931 y 1936. Siempre intentando superarse, emprende los primeros pasos de reorganización ya en 1935 con la adquisición de una nueva titular mariana, atribuida en la actualidad a la familia de los Gutiérrez de León, imagineros malagueños del siglo XIX y restaurada en 1964 y 1985 por Francisco Palma Burgos.

San Felipe: el Cristo de los Milagros, en el templo de la calle Parras. Archivo de la cofradía

En 1938 se encarga a Francisco Palma Burgos la factura del Cristo de los Milagros. El 5 de marzo de ese año un grupo de antiguos componentes de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio y María Santísima de la Amargura se reunieron en los salones del Café Madrid para fundar una nueva hermandad, de la que sería elegido hermano mayor Trinidad Egea Molina.

A los pocos días de este primer encuentro se «acuerda visitar al escultor (…) Francisco Palma para que presente proyecto de presupuesto de una escultura representativa de Cristo muerto en la cruz (…)». La visita fue muy positiva al acoger el imaginero el proyecto de realizar un Crucificado que se procesionara en Semana Santa.

Al mismo tiempo que esto ocurre, se efectúan gestiones para buscar un templo donde poder establecer la hermandad, que se titulará del «Santísimo Cristo de los Milagros y María Santísima de la Amargura». Para ello, se contactó con el P.

Luis Vera Ordás, párroco de San Felipe Neri, quien no puso ninguna objeción para su erección canónica.

En octubre de 1938, entran en vigor los primeros estatutos de la recién creada hermandad, que habían sido aprobados por la autoridad eclesiástica.

La talla del Cristo de los Milagros, realizada entre el 2 de enero y el 22 de marzo de 1939 por Palma Burgos, estuvo expuesta en la Sala Muñoz Degrain del Museo Provincial de Bellas Artes y trasladada, posteriormente, a la parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri donde el 25 de marzo fue bendecida por el prelado Balbino Santos Olivera en una solemne función religiosa, auxiliada por el cura Luis Vera. Actuaron como padrinos Baltasar Peña Hinojosa y María Álvarez Gross.

El Jueves Santo de 1939, el Cristo de los Milagros salía por primera vez a la calle en un trono construido por Palma Burgos y se restablecía la presencia de militares pertenecientes al Arma de Caballería.

Esta vinculación había tenido lugar en los años veinte con la Hermandad de la Amargura, disuelta a raíz del asalto y destrucción de la ermita de Zamarrilla en los sucesos del 11 y 12 de mayo de 1931, en los que se perdió todo su patrimonio.

En la salida procesional de 1942, se colocó en el trono del Santísimo Cristo una piedra del Alcázar de Toledo, donada por el general José Moscardó.

El último desfile efectuado por la hermandad desde el barrio del Molinillo se produjo en 1944, dado que el 22 de marzo de 1945 los sagrados titulares fueron llevados en procesión a su nueva sede, la ermita de Zamarrilla, tras la rehabilitación de la que fue objeto el edificio erigido en el siglo XVIII, en la antigua calle de los Mármoles. De este modo, se volvía a los orígenes fundacionales de la Virgen de la Amargura, antes denominada de los Dolores.

El trono de Palma Burgos fue sustituido en 1956 por otro realizado por Pedro Román Casanova y Luis Rodríguez. Sin embargo, una década después, se encargó uno nuevo a la Casa Angulo de Lucena (Córdoba). La primera opción de la junta de gobierno, presidida por Federico del Alcázar, era que el trono del Cristo de los Milagros lo hiciera el orfebre hispalense Manuel Seco Velasco, pero debido al elevado coste se optó por la firma comercial lucentina, que lo cifró en 300.000 pesetas; era en alpaca plateada y sobredorada, siendo ejecutado entre 1966 y 1969.

La imagen del Señor se procesionó en él hasta 2005, siendo sustituido al año siguiente por el del taller Orfebrería Andaluza, regentado por Manuel de los Ríos en Sevilla.

Santo Suplicio

En un nuevo intento de recuperar su historia con la realización, también de las gubias de Palma Burgos, de una nueva imagen de Jesús del Santo Suplicio, la cofradía obtiene del Obispado de Málaga el reconocimiento de este nuevo titular en el nombre oficial de la corporación el 15 de febrero de 1986. Meses antes, el 12 de octubre de 1985, se produjo la bendición de esta obra póstuma de Palma Burgos en el transcurso de una misa que tuvo lugar en un altar efímero levantado junto a la ermita. El Cristo, vestido de blanco, se situó delante del manto rojo de procesión de la Virgen de la Amargura, que hizo las veces de dosel.

Diez años más tarde, el 25 de febrero de 1996, la cofradía bendijo su radiante casa hermandad y en 2003, el 25 de octubre, fue coronada canónicamente la imagen de Nuestra Señora de la Amargura quien estrenó nuevo trono para la ocasión. Éste fue realizado por el Taller de Orfebrería Andaluza, conservando las barras de palio, ejecutadas por González Herrera. El manto, de 1977, de la Virgen de la Amargura es de los talleres de Elena Caro y el palio, de las Madres Adoratrices, fue elaborado entre 1978 y 1988.

Como seña de identidad, Nuestra Señora de la Amargura luce una rosa roja en su pecho en referencia a la leyenda del bandido Zamarrilla.

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