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La Virgen del Sol salió por primera vez desde el santuario de la Victoria. R. Rodríguez
La Virgen del Sol lleva el ruan negro a la Victoria en su histórica salida desde el santuario

La Virgen del Sol lleva el ruan negro a la Victoria en su histórica salida desde el santuario

El grupo parroquial de San Lázaro, que estrenaba equipo penitencial, inició por primera vez su recorrido desde el interior de la basílica de la Patrona

Domingo, 30 de marzo 2025, 22:13

En el libro del Apocalipsis, específicamente en el capítulo 12, se hace referencia a una mujer «vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza». Esta lectura, que se proclama cada 15 de agosto en la misa del Día de la Asunción, se vio simbolizada en Málaga en la tarde de este domingo, cuarto de cuaresma, cuando, precisamente, la Virgen del Sol cruzó por primera vez el dintel de la puerta principal del santuario de la Victoria, la de San José, para comenzar su salida procesional.

En ese momento, la Dolorosa del imaginero veleño Israel Cornejo, de semblante dramático y exquisito modelado, hacía historia, ya que la imagen, que, en realidad, recibe culto en la capilla auxiliar de San Lázaro, había vuelto al templo que testimonió su bendición el pasado año, pero, esta vez, su feliz regreso se debió a que el grupo parroquial que le rinde culto obtuvo el plácet del párroco de la basílica victoriana, Alejandro Escobar, presente en la partida de la comitiva, y de la comunidad parroquial, para iniciar y concluir su renovada procesión penitencial. Y, sí, se puede hablar de 'renovada', porque la evolución, para bien, que ha experimentado esta corporación en los últimos tres años la alejan, y mucho, de sus primeras salidas en las que, incluso, padeció el derrumbe de su primitivo tinglao por la lluvia cuando se instalaba a espaldas del colegio de los Hermanos Maristas. El grupo parroquial del Sol ha mutado hacia una línea seria en sus formas y en el fondo, y su puesta en escena fue un ejemplo para muchas prohermandades con más recorrido histórico.

La Victoria, por tanto, estuvo de estreno este domingo de horario de verano, radiante, sin duda, pero algo más fresco que la tarde anterior, la que acogió las salidas de Jesús ante Anás, en El Palo, y el Carmen Doloroso, en Pedregalejo.

El cortejo del Grupo Parroquial de Nuestra Señora del Sol se puso en marcha a las 17.03 horas, tras la petición de abrir la puerta de la basílica, por parte de uno de sus nazareno. Representaciones de las hermandades de la Humildad y el Amor, con sus guiones, eran testigos de este hecho. Encabezaba la comitiva una sencilla cruz guía plana, flanqueada por dos faroles de mano y, a continuación, tomaban la calle algo menos de medio centenar de nazarenos, en dos hileras, que estrenaron hábito, otro detalle que confirma la transformación de la corporación. Y es que los hermanos de este grupo parroquial, salvo los de la presidencia, cambiaron el tergal y el cíngulo dorado del equipo penitencial de años atrás por el ruan negro de su nueva túnica, que presentaba cola recogida en el cinturón de esparto, y con capirote del mismo tejido y tono. Los cirios, llevados al cuadril, tampoco eran verdes, como en ediciones anteriores, sino blancos, otros rasgo definitorio de hacia dónde va la futura hermandad.

El momento histórico de la salida de la Virgen del Sol desde el interior del santuario de la Victoria se produjo a las 17.10 horas. Del murmullo del público se pasó al silencio en la plazuela Cristo del Amor. La Dolorosa avanzaba lentamente, sin música ni tambor. De esta manera anduvo la efigie los primeros metros hasta detenerse antes de descender la primera rampa. Ese instante, con el trono aún a hombros de los portadores, se aprovechó para colocar las patas de las andas procesionales y, una vez instaladas, se echó abajo para tomar respiro. Tres toques de campana ordenaron su subida y, a continuación, una vez el trono en marcha, la banda de música Virgen del Rocío, que repetía este año con la corporación vecina de San Lázaro, se dispuso a interpretar una nueva composición escrita 'ex profeso' para esta imagen, 'Regina Solis', de José Silguero.

Momento de la salida de la Dolorosa desde la basílica de la Patrona. R. Rodríguez

La luz vespertina bañaba el joven rostro de la Virgen de Sol, de encarnadura blanquecina y hoyuelo en la barbilla, que se presentaba con la cabeza ladeada hacia la derecha y con la mirada baja, mientras que el ceño fruncido y sus manos juntas, sujetando un pañuelo de encaje, daban muestra del dolor contenido de una madre por la muerte de su hijo. La efigie, vestida este año por Israel Cortejo, el propio artífice de la imagen, lucía un tocado asimétrico realizado con un tul bordado, así como una saya en color blanco crudo con bordados en oro, un manto negro de terciopelo, escapulario, una corona dorada con elementos en plata, un puñal igualmente dorado, representando el cuarto dolor de María, que relata su encuentro con el Nazareno con la cruz al hombro, camino del Calvario, y sus pies, la medialuna.

Cientos de personas se dieron cita en la histórica salida de la Virgen del Sol. R. Rodríguez

La imagen mariana, escenificando la iconografía del Stabat Mater, figuraba en su trono provisional, realizado con un moldurón de madera barnizada. Aparecía, pues, al pie de una cruz arbórea con el sudario y las dos escaleras apoyadas al madero, las utilizadas previamente por Nicodemo y José de Arimatea para bajar el cuerpo del Señor, tras su crucifixión. El conjunto exhibía en el centro una pequeña escultura de San Francisco de Paula, fundador de la Orden de los Mínimos, en alusión al santuario y la Patrona, y un exorno floral en tonos rosa, para el friso y las dos ánforas, mientras que en el pequeño monte de la cruz, el Gólgota victoriano, había pitas, espinos, lentisco, clavel chino, esparraguera y hasta una calavera en la parte trasera. Y para ofrecer luz, cuatro arbotantes dorados, cedidos por las hermandades del Carmen de Huelin y Madre de Dios, y 16 candelabros, también prestados por el Carmen de Huelin.

Anécdota

Abandonado el santuario de la Patrona de Málaga, el cortejo se dirigió hacia el entorno de la calle Cristo de la Epidemia, pero antes, pasó por la casa hermandad del Monte Calvario, donde fue recibida por una representación de la corporación del Viernes Santo. La anécdota de la tarde ocurrió cuando la cabeza de procesión, en un momento de confusión, siguió de frente por la calle Gordón en lugar de subir Cristo de la Epidemia y girar hacia Zenete. Sin embargo, el error se subsanó sobre la marcha, con la colaboración de la Policía Local, y la comitiva buscó la calle Manrique. La Dolorosa caminó por esta vía en dirección norte con 'Virgen del Amor Doloroso', primero, de Eloy García, y 'Jesús Cautivo', después, de Miguel Pérez, sin duda, dos deliciosas composiciones escritas para Málaga. Lástima que, en esta zona, parte del público, muy dicharachero, no supo respetar ese momento de recogimiento al que invitaba el grupo parroquial.

Nazarenos del Sol con la fachada de la casa hermandad del Monte Calvario de fondo. R. Rodríguez

El giro hacia la estrecha calle Deportista lo hizo con la célebre marcha 'Amarguras', de Manuel Font de Anta, otro instante destacado del recorrido.

La Virgen del Sol se dirigió hasta la calle Párroco Ruiz Furest, donde se encuentra la casa hermandad de la Cofradía del Rocío, y desde allí giró hacia el Altozano para acceder, finalmente, a la calle Lagunillas, donde le esperaban varios centenares de devotos que no querían perderse su paso por el auténtico soho de Málaga, que bien merece su urgente rehabilitación. La curva de entrada la hizo con 'Ione', un clásico musical bien elegido que, proporcionó una atmósfera fúnebre acorde con la propuesta del grupo parroquial.

La Virgen del Sol, del barrio de la Victoria, rodeada de cientos de personas. R. Rodríguez

La vuelta de la comitiva fue por la arteria principal del barrio, la calle Victoria, y ante su sede, la parroquia de San Lázaro, sonó 'Electa ut Sol', de Juan Manuel Velázquez, marcha compuesta para esta Dolorosa. Y unos metros más arriba, en la calle Amargura, la banda de la Cofradía del Rocío, dirigida por Julián González Planes, regalaba la marcha 'Virgen de los Dolores de San Juan', de Perfecto Artola, el 'padre' de la música procesional en Málaga, quien la compuso hace 35 años y era interpretada este domingo en un claro guiño a la otra corporación malagueña de ruan negro, la Archicofradía de los Dolores.

A las 21.20 horas, con la noche ya caída, entraba la Dolorosa a la basílica de la Victoria ante la atenta mirada de cientos de personas que abarrotaban por completo la plaza del Santuario en un domingo histórico para el grupo parroquial de Nuestra Señora del Sol y para la Málaga cofrade, que vio cómo una de sus corporaciones más jóvenes, de vísperas, apunta maneras cara a su futuro como hermandad.

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