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La Virgen de Gracia y Esperanza, durante su procesión. Dani Maldonado

La procesión de la Virgen de Gracia y Esperanza pone el broche de oro a sus 75 años de historia

Cientos de personas acompañan a la titular de la Cofradía de los Estudiantes por las calles del Centro en una jornada para el recuerdo

Manuel García

Málaga

Sábado, 19 de octubre 2024

La ilusión de los hermanos de la Cofradía de los Estudiantes se veía en las caras tanto de los participantes en el cortejo como en los devotos que aguardaban en calle Alcazabilla la salida de la Virgen de Gracia y Esperanza del interior de la casa hermandad para iniciar la procesión extraordinaria de ayer por las calles de Málaga con motivo del 75º. aniversario de su bendición.

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Minutos antes de las seis de la tarde se abrieron las puertas de la sede, cuya fachada estaba engalanada para la ocasión, mientras se mecía el trono a los sones del 'Gaudeamus Igitur', cuando al terminar la pieza musical un portador tuvo que ser atendido porque una pata de la mesa del trono se posó sobre uno de sus pies. Posteriormente, salió el cortejo, formado por la cruz parroquial, flanqueada por dos ciriales, cedidos por la Hermandad de la Paloma; 200 hermanos con velas blancas, el guión corporativo, la presidencia, integrada por el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre; el hermano mayor, Jorge Alcántara; miembros de la junta de gobierno, exhermanos mayores, el presidente del consejo asesor, el presidente y el expresidente de la Agrupación de Cofradías, José Carlos Garín y Pablo Atencia, respectivamente; y el cuerpo de acólitos, con seis ciriales y los acólitos turiferarios.

La imagen salió a los sones del himno nacional, interpretado por la banda de música de la Paz, ante una representación de la Hermandad del Sepulcro con su guión y bastones y cientos de personas que abarrotaban la calle Alcazabilla, entre las que se encontraban la concejala de Fiestas del Ayuntamiento, Teresa Porras. Además, se pudo ver al actor y director malagueño Antonio Banderas, ataviado con la túnica blanca y la faraona verde de portador, que llevó sobre sus hombros a la titular junto a su hermano Javier Banderas.

Foto: Daniel Maldonado | Vídeo: Manuel García

La Virgen de Gracia y Esperanza, que salió en su trono procesional del Lunes Santo con cabezas de varal cedidas por la Archicofradía de la Expiración, estrenó un encaje del siglo XIX, tres broches, uno de ellos regalado por la Hermandad del Sepulcro, y un rosario, entregado por la Hermandad de los Remedios.

Posteriormente, el cortejo continuó por calle Císter, que lució una decoración con lemas en honor a la Virgen, en un recorrido que tuvo diversos momentos de interés. En primer lugar, a la altura del Patio de los Naranjos intervino la escolanía 'Pueri Cantores', y, seguidamente, en la plaza del Siglo y en la plaza del Carbón hubo una petalada precedida de cohetes, organizada por la Hermandad del Monte Calvario. Asimismo, en la plaza de la Constitución actuó el grupo Hakuna, y en el número 10 de la calle Especerías tuvo lugar otra petalada del grupo joven de la Cofradía del Cautivo. También, en la plaza de Camas, la tuna de Medicina de la Universidad de Málaga participó antes de producirse el acto con las Hermanas de la Cruz en la plaza de Arriola y el posterior cambio de turno de los hombres de trono en la calle Sagasta, que sumaron 408 los portadores que tuvieron la oportunidad de meter el hombro en esta salida histórica, la primera extraordinaria que llevó a cabo la hermandad en solitario en su dilatada trayectoria.

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Manuel García

Otros de los enclaves destacados en los que la imagen hizo estación fue en la calle Nueva, donde tuvo lugar una petalada de la Cofradía de Esperanza y Refugio y la intervención de la coral de las Esclavas o la petalada en calle Strachan.

Unos espacios del itinerario en los que la cofradía del Lunes Santo había pensado recorrer haciendo un guiño a su propia historia. Es el caso de la plaza del Obispo, donde se celebra el tradicional acto penitencial de la hermandad el Lunes Santo, que contó con la interpretación del tenor Luis Pacetti y la presencia del prelado de la diócesis, monseñor Jesús Catalá, que, en esta ocasión extraordinaria, también se dirigió a los hermanos. «¡Queridos jóvenes, mirad el futuro con esperanza, con amor, con fe, con paz, con alegría, con ilusión! ¡Construid fraternidad y comunión en vuestra cofradía y en los ambientes donde vivís! ¡No renunciéis a vuestros sueños de juventud; más bien poned entusiasmo en el futuro y en el porvenir!», enfatizó Catalá.

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De camino al encierro, en la calle Cister también tuvo lugar otra petalada de la propia cofradía y un encuentro con la Hermandad del Sepulcro ante la capilla donde reciben culto sus titulares durante el año y la soprano Mela Pastor impregnó de música la madrugada, que se cerró con una sevillana a cargo de Paco y Concha Carpena, con letra de Rafael de las Peñas, que puso el broche de oro a los actos de 75 años de devoción mariana.

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