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RAFAEL RODRÍGUEZ
Sábado, 29 de octubre 2022
La calle Parras, que dormita la mayor parte del año, ha vuelto a cobrar vida este sábado, tras convertirse en el punto de encuentro de la Málaga cofrade, al igual que ocurre cada Semana Santa, en esta ocasión, con motivo de la procesión extraordinaria de la Virgen del Amparo. La titular de la Cofradía de la Pollinica ha salido desde la casa hermandad y bajo palio, en su trono procesional, como lo hizo, sin ir más lejos, hace casi siete meses, en la mañana del Domingo de Ramos del reencuentro, después del paréntesis de dos años por el coronavirus, aunque esta vez en horario de tarde y sin seguir los pasos de su Hijo en su entrada triunfal en Jerusalén, sino para festejar los 75 años que han transcurrido desde que se celebró su bendición en la que fue la segunda sede canónica de la corporación una vez reorganizada, el templo de San Felipe Neri.
Por este motivo, los pollinicos vienen recordando esta efemérides desde el mes de febrero -precisamente, la talla se bendijo el 12 de febrero de 1947- con el desarrollo de una serie de actos y cultos que les llevará al 12 de noviembre, fecha del cierre de la celebración y el día elegido para el oficio de una eucaristía de acción de gracias y conmemoración del centenario de los primeros estatutos de la hermandad, que acogerá la iglesia de San Agustín, su actual residencia canónica.
La extraordinaria de la Virgen del Amparo ha tenido connotaciones históricas ligadas a la corporación, al convertirse en una peregrinación por las distintas sedes, de ayer y hoy, de la actual cofradía; esto es, San Felipe Neri, San Agustín, Santa Ana del convento del Císter y Sagrario, donde se han rezado unas oraciones. Pero también ha sido un tributo a Los Mártires, templo que la acogió de forma temporal, una revisión a sus orígenes como hermandad filial de La Puente del Cedrón, hoy establecida en la capilla de la plaza de San Francisco, y por qué no decirlo, toda una explosión de júbilo de principio al fin, ya que el público ha hecho suyo lo previsto, como si de una cruceta musical se tratara, con espontaneidad y sinceridad. Porque 75 años de devoción bien valen momentos gloriosos, como los que se han vivido este sábado durante la procesión de la Virgen del Amparo por los entornos de estas iglesias.
Precisamente el primer guiño a la trayectoria histórica de la hermandad se ha producido, cómo no, en San Felipe, desde donde ha salido el cortejo para dirigirse a El Molinillo por Parras. En la comitiva han figurado representaciones de hermandades de penitencia del Domingo de Ramos, la Cofradía del Rocío, las corporaciones radicadas en San Felipe Neri, como la Sangre y la Santa Cruz -Salutación se ha emplazado con las hermandades del Domingo de Ramos- y la Virgen de la Cabeza, así como un centenar de hermanos con cirios blancos.
La Virgen se ha echado a andar desde la casa hermandad a las 17.40 horas, tras los primeros toques de campana de Andrés Piédrola, número uno de la cofradía y hermano del que fuera máximo dirigente de la Sentencia, Francisco Piédrola. La banda de música de la Paz, que nunca antes había participado en una procesión de la Pollinica, ponía los sones mientras el trono avanzaba por Parras con su característico 'paso pollinico' y sonaba la conocida marcha de Molero, 'María Santísima del Amparo', que provocó el aplauso del público. Antes, a la salida, la Virgen se había asomado a la calle con el Himno Nacional, enlazado con 'Reina de San Agustín', de Francisco Javier Moreno.
La procesión ha seguido hacia la capilla de la Piedad, donde aguardaba una representación de la cofradía del Viernes Santo y con las puertas del oratorio callejero abiertas de par en par. La bienvenida a El Molinillo se produjo con 'La Estrella Sublime', y en el giro de Huerto de Monjas con Ermitaño, turno para 'Alma de la Trinidad'. En sí, antes de entrar en Ollerías, la unión de los ramales del arbotante delantero izquierdo tuvo que ser amarrado con una presilla por precaución.
Llegado el trono al convento de San José de las Carmelitas Descalzas, el coro Aire Andaluz ha cantado la Salve a la Virgen del Amparo, rememorándose, de esta forma, su antigua salida desde el tinglado de la calle Pedro de Toledo en la década de los 90. La imagen del cordobés Francisco Castillo Ariza iba majestuosa con su saya de procesión, su nueva corona, diseñada por Pablo Cortés del Pueblo, cartelista de la próxima Semana Santa, y ejecutada por el orfebre motrileño Alberto Quirós, con taller en la localidad granadina de Armilla, y luciendo un broche con el corazón alado, también de nueva ejecución, debido al joyero malagueño Manuel Fenoll, quien ha seguido un boceto de Pablo Cortés. Asimismo, la Virgen ha mostrado una nueva rosa de oro, de Manuel Fenoll, que llevaba en su mano izquierda, y en la derecha, cetro rematado con dos ángeles portadores de una azucena, simbolizando la realeza de María. Y para el trono, flores blancas, nardos, helechos de cuero y ruscus, y las últimas dos tandas de la candelería, labradas por Orfebrería Villarreal. Con estos elementos, ha quedado completo el grupo de candelabros a falta de las 'Marías', que se estrenarán el próximo Domingo de Ramos. El conjunto ha brillado con luz propia, sobre todo, cuando ha caído la tarde, una estampa inusual en esta Virgen, ya que la última vez que conoció la noche en procesión fue, precisamente, con motivo de su salida extraordinaria con motivo de su 50.º aniversario, celebrado el 22 de noviembre de 1997.
La Virgen del Amparo, durante las más de siete horas de procesión, ha sido recibida en diferentes puntos del recorrido con varias petaladas, como las que han caído en la plaza de San Francisco, en Casapalma o en Madre de Dios mientras sonaba el tamboril de la Hermandad del Rocío La Caleta. Pero también se han podido escuchar saetas, las que regalaron Virginia Gámez en la calle Nosquera y Ana Esther Espejo en Carretería, ya de vuelta a Parras, y se han estrenado hasta cuatro marchas procesionales. Primero ha sonado 'Alegría de la mañana', de Francisco Javier Criado, en Nosquera. Luego llegaría el turno para 'Amparo', de Alfonso López y 'Reina y Madre del Amparo', de Juan Antonio Verdía, interpretadas ambas en Casapalma, la última cantada también en la calle Echegaray y en el encierro por el coro gaditano de José Manuel Pedrosa y David Fernández, y 'Eres nuestro Amparo', de José Bazalo y Daniel Vela, que ha podido escucharse en Alcazabilla, después del relevo de los portadores en la plaza de la Merced, que, por cierto, vistieron una túnica conmemorativa de color verde.
Ya de regreso, en Dos Aceras, la imagen iba a ser agasajada con pétalos de flores caídos desde la casa hermandad de la Sangre, y ante San Felipe, el templo que acogió su bendición, oración y protestación de fe. Luego llegaría el emocionante encierro de la Virgen del Amparo en medio de la noche.
Además de la salida extraordinaria de la titular mariana de la Pollinica, este sábado también ha contado con la presencia de la Divina Pastora de las Almas en la calle. La talla de Montes de Oca, sitiada en unas pequeñas andas, ha salido a las doce del mediodía desde el templo de la plaza de Capuchinos, tras el rezo del ángelus, para dirigirse a El Buen Pastor, donde se bendijo un mosaico, en el atrio de la iglesia, que recuerda el inicio de la unidad pastoral de ambas parroquias, desde agosto del pasado año, y la primera visita de la Pastora en este templo. Seguidamente, la efigie ha permanecido en El Buen Pastor en veneración cercana hasta las cinco de la tarde, momento en el que ha emprendido su regreso a la sede canónica de la congregación en rosario público de enfermos.
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