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Una de las principales misiones de una cofradía es procurar que sus imágenes titulares sirvan como vehículo transmisor de la fe del pueblo en Dios. Ese objetivo lo cumple a la perfección la Archicofradía de la Sangre que este Miércoles Santo ha puesto aún más ... en valor la costumbre de depositar a los pies de sus sagrados titulares unas urnas en las que han recogido papelitos con peticiones escritas por las personas que han visitado la casa hermandad en los días previos a la Semana Santa. «Nos hemos visto desbordados, no nos caben en las arcas que teníamos preparadas en los tronos y hemos tenido que hacerles hueco en otros sitios», ha explicado la hermana mayor, Laura Berrocal.
En el trono del Cristo de la Sangre, estas peticiones van en una urna situada en la parte posterior, a las plantas del Crucificado, y en el caso del trono de la Virgen de Consolación y Lágrimas, en el frontal, en un arca de plata diseñada por Francisco Naranjo y ejecutada por Orfebrería Montenegro. Los cofrades de la Sangre no revisan esas peticiones, se limitan a introducir los papeles doblados en ambos recipientes y a quemarlos cuando pasa la Semana Santa. De esta forma, los ruegos quedan entre el cielo y quienes los escriben.
La procesión de la Sangre este Miércoles Santo ha vuelto a dejar patente la revolución estética por la que atraviesa esta corporación. En el trono del Cristo destaca una nueva disposición de las figuras, con el Crucificado más adelantado y alto, y la Dolorosa, con la nueva advocación del Socorro, junto a la imagen de San Juan Evangelista. Asimismo, la imagen de María Magdalena que realizara Rafael Ruiz Liébana ha sido reemplazada por una obra de Francisco Naranjo. En el frontal del trono figura un pequeña urna que contiene un fragmento de la imagen del Cristo de la Sangre que fue destruida en las quemas de iglesias y conventos de 1931.
Por su parte, la Virgen de Consolación y Lágrimas, ataviada por vez primera para el trono por su nuevo vestidor, Francisco Navarro, ha cambiado el habitual exorno de flores con colores fucsia por uno en tonos blancos. Asimismo, la Dolorosa, también restaurada recientemente por Francisco Naranjo, lleva en su pecho la medalla de oro que la Agrupación de Cofradías de Semana Santa ha concedido este año a título póstumo a su fundador, Antonio Baena Gómez. El presidente de la entidad cofrade, Pablo Atencia, ha acudido expresamente en la mañana de este Miércoles Santo a la casa hermandad de la Sangre para colocarla en el pecho de la titular mariana de la archicofradía.
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