Tres de la tarde en El Ejido

Sones musicales venidos desde lejos se preparan para anunciar el inicio del cortejo desde esta atalaya de Málaga. Se abren las puertas de la casa hermandad, que es un ir y venir de nazarenos y monaguillos presurosos por encontrar su puesto en cada sección. Es el momento de los agradecimientos a aquellas personas que durante años han prestado un especial apoyo en la hermandad. Los primeros toques de campana también se dejan a manos amigas a modo de reconocimiento. Todo empieza a fluir desde la casa hermandad, a la que no se volverá hasta la media noche.

Los cofrades de la Crucifixión sueñan ya con un nuevo Lunes Santo, el de 2021, y con poder retomar su actividad caritativa en una de las zonas de Málaga donde más falta hace siempre. Asimismo, seguirán trabajando para materializar el proyecto de un nuevo trono para el Cristo.