Las imágenes de cofradías de Málaga que participarán en una exposición en la Catedral en septiembre podrán ser trasladadas en andas

La Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga ha anunciado este miércoles que las doce imágenes titulares de hermandades que protagonizarán en la Catedral la exposición 'El Verbo Encarnado', con motivo del centenario de esta entidad, podrán ser llevadas al primer templo de la diócesis en traslados públicos en andas. Inicialmente, el Obispado era reacio a autorizar esos traslados, pero finalmente ha aceptado que se lleven a cabo aunque de la forma más sencilla posible, es decir, sin cortejos, por el camino más corto y a primera hora de la mañana, por lo que podrían tener un formato de rosario de la aurora o similar, «evitando las aglomeraciones de personas», apuntan desde la comisión del centenario.

«Desde la Agrupación de Cofradías y su comisión del centenario se agradece la sensibilidad por parte de la diócesis de Málaga hacia la recuperación progresiva del culto público de las hermandades y cofradías de la ciudad, así como a las corporaciones pasionistas por la buena acogida de las actividades programadas«, ha señalado desde la comisión.

En la citada exposición participarán las imágenes de Jesús Cautivo, el Cristo de la Misericordia, la Virgen del Rocío, Dolores del Puente, Zamarrilla, el Cristo de la Agonía, Jesús de La Puente del Cedrón, el Cristo del Amor, la Piedad, Jesús de Viñeros, la Soledad del Santo Traslado y el Nazareno Redentor del Mundo. No obstante, la Cofradía de Zamarrilla ha anunciado al mediodía de este miércoles que no aprueba que su Dolorosa participe en esta muestra porque está pendiente de ser sometida a una restauración por parte del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.

El hecho de que el Obispado haya aceptado la salida en andas de todas ellas a mediados del mes de septiembre supone prever que para esa fecha ya será posible retomar el culto público en las calles de la ciudad, que actualmente se encuentra expresamente prohibido por un decreto del obispo, Jesús Catalá.