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Campanillas volvió a sonreír. Después de unos días duros debido a las consecuencias provocadas por la borrasca Laurence, que dejó barrios anegados, el sol volvió ... a salir y permitió que, como ya es tradición en la Cuaresma desde hace años, la barriada de El Tarajal, que pertenece a este distrito, trajera los primeros nazarenos a las calles de Málaga. Aunque una llovizna sobre las siete y media de la tarde obligó a recortar el tramo final en dirección a la parroquia, Nuestro Padre Jesús Cautivo de las Misericordias fue el encargado de dar inicio al periodo cuaresmal con su clásica salida procesional, arropado por centenares de feligreses del barrio.
El reloj marcaba las seis de la tarde cuando, desde el interior de la parroquia Visitación de María, comenzaron a asomar los primeros capirotes en la calle Guadalquivirejo. La expectación era máxima entre los vecinos de la barriada y los visitantes que se acercaron desde distintos puntos de la provincia para poder disfrutar del momento en primera persona.
Con túnicas de color beige, estolas y velas blancas, la sección de nazarenos fue tomando forma en dirección a calle Nereida. Aunque lo más esperado aún estaba por llegar: detrás del cortejo aparecía, al fondo, Jesús Cautivo de las Misericordias, acompañado por la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Encarnación, de Almuñécar (Granada).
Sobre su trono de seis varales de alpaca plateada, obra de Cristóbal Martos en 2008, emergía la imponente figura del Cristo Cautivo, vestido con una túnica burdeos con detalles dorados. Recibido entre aplausos, inició su recorrido por las calles de su barrio, una imagen ya habitual desde que en 2006 el grupo parroquial realizara su primera salida procesional.
Guadalquivirejo, Nereida, Salino, Tarajal, Aljaima, Chaparral y Nemoroso fueron algunas de las calles por las que procesionó la imagen, llevada a hombros por unos 90 hombres y mujeres de trono, al compás de las marchas interpretadas por la banda granadina en este tercer sábado de Cuaresma, el primero con procesiones en la calle.
El camino por el barrio estuvo lleno de momentos memorables, como la petalada vivida en la calle Conejito o la subida por El Tarajal al son de la marcha Nuestro Señor, donde la elegancia del paso provocó una lluvia de aplausos. Sin embargo, sobre las siete y media, Martinho hizo acto de presencia con una ligera lluvia. Ante la amenaza de más precipitaciones, el grupo parroquial decidió suspender el último tramo del recorrido y regresar a la parroquia.
Aun así, el tramo final reservaba otro momento emotivo. Antes de llegar de nuevo a la parroquia Visitación de María, una última lluvia —esta vez de pétalos— sorprendió al cortejo desde uno de los balcones, al ritmo de la agrupación musical. Una estampa de comunión con el barrio que se convirtió en broche perfecto antes del encierro, que tuvo lugar poco después de las ocho de la tarde.
La cuaresma 2025, que ya empieza a vislumbrar sus primeros nazarenos, desembocará el próximo 13 de abril, Domingo de Ramos, fecha marcada en rojo por los cofrades. Hasta entonces, la ciudad vivirá semanas intensas con vía crucis, traslados y procesiones, como parte esencial de la tradición cofrade malagueña.
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