El sentido de la Catedral

Una de las pocas cosas que me gustaron desde el principio del nuevo recorrido oficial de la Semana Santa es el paso de las cofradías por la Catedral. En estos tiempos en los que, por desgracia, muchas de las nuevas generaciones que se acercan a las hermandades lo hacen ausentes del sentido religioso de pertenencia a una asociación de fieles cristianos que forma parte de la Iglesia, que el primer templo de la diócesis sea la meta del itinerario común de las procesiones es un hecho para poner en valor y seguir potenciando en años venideros.

Más allá de sus enormes dimensiones, necesarias para dar cabida a los tronos y a la maniobra de entrada por la puerta sur del crucero, la rampa de Postigo de los Abades es de las pocas cosas que han convencido del nuevo recorrido oficial a muchos malagueños que ya la ven como un elemento necesario para el normal discurrir de las cofradías por las naves catedralicias. Pero también hay que pensar en aquellas corporaciones que, por las dimensiones de sus tronos o porque no forma parte de su tradición al procesionar, no hacen estación de penitencia en el interior de la basílica. Muchas de ellas abandonan la zona de palcos de Molina Lario y se adentran en la plaza del Obispo, dejando una estampa de gran sabor cofrade, con la portada de la fachada principal de la Catedral como fondo.

Más allá de la estética, no estaría de más que en este espacio del atrio principal del templo pudiera desarrollarse en años venideros algún tipo de acto o celebración que dé un sentido religioso al discurrir de los cofrades junto al principal templo de la diócesis, la casa grande de la Iglesia de Málaga que acoge a todos los católicos.

Si no hay contratiempos, todo apunta a que este próximo Domingo de Resurrección, cuando la comitiva de Jesús Resucitado y la Virgen Reina de los Cielos pase por delante de la fachada principal de la Catedral, saldrá el obispo de la diócesis, JesúsCatalá, para impartir una bendición. Buena iniciativa que podría dar pie a que el año que viene se le dé un mayor sentido religioso al paso de las cofradías junto al templo que para muchas de ellas constituye el fin de su salida procesional. Así lo hicieron ayer las hermandades de Mediadora y Salesianos.

Eso no quita valor ni importancia al resto de procesiones, pero este nuevo recorrido les ofrece la oportunidad de dar un significado especial a su discurrir junto al principal espacio católico de la ciudad. No se trata de organizar actos que supongan un retraso en el avance de la procesión. Podría bastar con pequeñas celebraciones con lecturas del Evangelio o cánticos religiosos. Algo parecido a lo que hizo el Martes Santo la Cofradía de la Sentencia cuando entró en la tribuna oficial a los sones de los cantos de una coral. En demasiadas ocasiones nos olvidamos del sentido religioso de la Semana Santa, que es compatible con el espectáculo que supone, y tendemos a convertirla en una «afición sin Dios» como se ha llegado a decir.