La Sangre aprueba la sustitución de la figura de María Magdalena por una nueva obra de Francisco Naranjo

Con el cambio de la talla de María Magdalena, cuya primitiva escultura tiene como destino una cofradía de la provincia, la archicofradía abre la puerta al reemplazo de las figuras secundarias del grupo escultórico, que, en la actualidad, lo forman las tres Marías (Magdalena, Salomé y Cleofás), Longinos a caballo y un sayón, efigies salidas del taller de Ruiz Liébana, además de San Juan Evangelista, de Amadeo Ruiz Olmo, de 1943. «La idea es que, progresivamente, vayamos cambiando el misterio, a excepción del Cristo de la Sangre y la Virgen del Socorro que lo acompaña. También se pretende un cambio en la disposición de las figuras, pero ya iremos viendo», ha explicado a SUR la hermana mayor de la archicofradía, Laura Berrocal.

La nueva imagen de Francisco Naranjo atiende a los presupuestos estéticos del siglo XVIII, muy en la línea de los postulados estéticos del malagueño Fernando Ortiz, sin duda, uno de los escultores más sobresalientes de aquella centuria en Andalucía. Así, la efigie presenta grandes ojos almendrados, con la boca entreabierta que permite ver los dientes tallados, su rostro es ovalado, mientras que el mentón culmina en un hoyuelo, el entrecejo se muestra fruncido por el dolor y, además, cuenta con pelo natural. Asimismo, para enfatizar el sufrimiento, Naranjo ha aplicado a la pieza tres lágrimas, y, a diferencia de la versión de Ruiz Liébana, la nueva María Magdalena, que ya saldrá el próximo Miércoles Santo en el trono del Cristo de la Sangre, se muestra en posición erguida y no arrodillada al pie de la cruz, como la figura reemplazada.

La bendición de la efigie se celebrará con motivo del triduo a los titulares, que se practicará el 19, 20 y 21 de marzo, «posiblemente el último día, domingo, con ocasión de la función principal, aunque nos los tiene que confirmar el director espiritual», ha explicado la hermana mayor.