Samuel Cervantes realizará el nuevo palio de la Virgen del Amor

Contando con el respaldo de los hermanos y una vez ratificada la financiación para la realización de la pieza bordada, los siguientes pasos que llevará a cabo la hermandad del Miércoles Santo en los próximos días será presentar un informe con toda la documentación al Obispado para que sea autorizado.

Para el hermano mayor, Ramón Varea, «si todo va bien y contamos con el beneplácito de la Diócesis de Málaga, nuestra intención es empezar lo antes posible para que el palio se elabore en los próximos tres años y se estrene de forma completa en la Semana Santa de 2027. Es un anhelo de todos y estamos muy contentos e ilusionados por materializar este proyecto para el trono de nuestra Virgen, que tiene unas características muy especiales», ha explicado a SUR.

El dibujo del nuevo palio, que irá bordado en oro sobre terciopelo azul, es de estilo barroco que se basa en grandes obras decorativas de la segunda mitad del siglo XVIII como los grandes palacios reales de centro Europa, más concretamente, los de Lindenhorf en Baviera y Schönbrunn en Viena, según aclaró Fernando Prini cuando se presentó el boceto. En ellos, el barroco y rococó europeos cobran una dimensión y riqueza extraordinarias, totalmente acordes con el objeto que se pretendía. Una vez delimitadas las fuentes de inspiración, lo siguiente fue configurar la distribución especial que debían tener las bambalinas, unificar tamaños en el frontal y laterales y una conjunción lineal con las de las ochavas, actualmente deslavazadas. Para ello, incluye unas corbatas distribuidas por todas las bambalinas, que sirvieran de ejes en los que la estructura de las bambalinas se apoyase. Todo partiría de la bambalina central del frontal, que acogería el escudo de la corporación en un tamaño importante. Lo dispuso así por dos motivos: por un lado, porque es uno de los escudos de hermandades que estéticamente, según Prini, está más conseguido, y, por otro, para hacer énfasis en la tradición histórica de la cofradía. Timbrado el escudo de la corona real, de ésta partirían unos cordones con borlas que van enlazando las corbatas que delimitan el ancho de cada paño. Dichos cordones y borlas irán bordados en el mismo terciopelo, lo cual llega a ser otra originalidad del palio. Una corbata con otra irá enlazada por una guirnalda de flores estableciendo los ritmos de la cornisa del palio. Bajo las guirnaldas, se configuran unos paños a realizar en malla, sin calar, de dos tramas distintas: una gruesa realizada en hilo de hojilla y otra más fina realizada en hilo de canutillo. Dichos paños de malla van enmarcados por unas cenefas configuradas en ces y acantos, con detalles de cabezas de querubines a realizar en madera dorada y coronas de laureles. Los paños de malla recorren longitudinalmente las bambalinas de las ochavas para continuar en las laterales, dándole unidad visual al conjunto.

La bambalina central lateral asimismo tiene una configuración especial, en cierto modo para disimular el amplio espacio disponible y que, en el palio actual, da la impresión de la falta de una de ellas.

La bambalina trasera tendrá una composición similar en forma a la frontal, pero con distintos elementos: bajo una corona aparecerán acodadas dos cartelas, con representación de las dos sedes canónicas que ha tenido la hermandad: el convento de San Luis el Real, con la efigie de San Luis de Tolosa, y la figura de Santiago apóstol, titular de la sede actual, ambas realizadas en sedas. En el centro, la Vera Cruz, recordando cuando la imagen del nazareno pertenecía a esa misma cofradía.

El contorno inferior de las bambalinas está conformado igualmente por una cenefa de ces y hojas de acanto, esta vez de una densidad algo mayor, para dar sensación de robustez.

Las bambalinas finalmente quedan rematadas en su borde inferior por una amplia morillera confeccionada a continuación del terciopelo de malla con madroños. Con todo ello, se amplía la altura de las bambalinas a la medida adecuada, dándole proporción al conjunto. Los cordones y borlones actuales que cuelgan de las macollas de las barras se sustituyen por otros que parten del interior de las corbatas.

Los interiores de las bambalinas tienen un discurso decorativo totalmente distinto de los exteriores, pero a la vez complementario: una seria de guirnaldas repartidas por todo el espacio delimitan los paños. A su vez, la misma cenefa del exterior se repite en el mismo.

En cuanto al techo, sigue los mismos postulados estilísticos: una gran cenefa compuesta de ces delimita el espacio a ocupar por la malla de oro, con una distribución similar a las de las bambalinas exteriores. La cenefa sigue un ritmo de entrantes y salientes en los ejes del palio y en las diagonales de las esquinas. Incluye, además coronas de laureles y cabezas de querubines. Asimismo, dos cartelas con mallas en su interior se distribuyen en el eje central del palio, dejando espacios libres en los que aparecen estrellas de distintos tamaños, simulando un cielo. En el centro del techo, una gran cartela, de desarrollo horizontal, lo cual es otra originalidad del palio, intenta similar una claraboya a través de la cual aparece la gloria en la que dos ángeles bajan de la misma para posar sobre las sienes de María una corona de flores. Un resplandor de rayos rectos y helicoidales surge del contorno de la cartela central ocupando los espacios disponibles.

Una obra que sustituirá al actual palio, del taller de Leopoldo Padilla, ejecutado entre 1948 y 1950, que se encuentra en mal estado.