Salvador de los Reyes: «Vamos a solicitar la Medalla de la Ciudad para la Virgen»

-'Alma mater' de la Hermandad de la Mediadora y con una amplia trayectoria en el mundo del diseño cofrade. Imagino que primero nace el cofrade y luego el artista.

-Aunque ahora solo pertenezco a la Mediadora, empecé en el mundo de las cofradías siendo hermano de la Estrella a inicios de la década de los 80. Recuerdo que estaba en cuarto o quinto de la EGB. Empecé a salir en la procesión con un compañero del colegio. Luego, me hice hermano de los Dolores de San Juan. Tuve, incluso, cargos en junta de gobierno. También ingresé en la Hermandad de la Misericordia. Pero, ¿qué ocurre? Que con el paso de los años, una vez creada la Mediadora, me centré más en mi cofradía. Prefiero que todo el esfuerzo vaya centrado al mismo punto.

-Es curioso que usted, habiendo vivido en el barrio de la Victoria, no llegó a pertenecer a ninguna cofradía victoriana. En cambio, ingresa en dos hermandades de El Perchel y una del Centro.

-Soy muy devoto de la Virgen del Rocío, la Novia de Málaga, y, además, desde niño. Mi madre siempre me recordaba cuando se escuchaban los tambores en la madrugada del Martes al Miércoles Santo y yo lloraba porque quería ir a ver a la Virgen. Mis padres me tenían que sacar a la esquina de La Lagunilla para verla a ella. Para mi es una de mis grandes devociones. Pienso que las grandes devociones no tienen por qué corresponderse con las hermandades. Cuando en 1973 nos vinimos a vivir a Las Delicias, mis padres nunca perdieron el contacto con el Centro, máxime cuando mis abuelos vivían enfrente de la Catedral, los maternos, y en la Cruz Verde, los paternos. Así que, seguía viendo a la Virgen del Rocío en Pentecostés y el Martes Santo.

-La Estrella, Dolores de San Juan, la Misericordia y devoto de la Virgen del Rocío. Un niño inquieto que, ya trasladado a Las Delicias, crea la Hermandad de Mediadora de la Salvación. Menuda infancia y juventud. Está claro que la Semana Santa era su pasión desde pequeño.

-Aquí, en el barrio, los niños siempre teníamos ganas de cofradías. Era como un juego infantil. Era una ilusión de niño. Incluso, en la calle Salvador Tomasetti, había un muchacho que tenía una Virgen chiquitita y un Jesús del Gran Poder y lo sacábamos el Viernes de Dolores. Recuerdo que los niños íbamos muy arreglados y las niñas, vestidas de mantilla. Luego, empecé en el mundo del diseño y coincidió que un día fui a conocer a la Virgen de los Dolores del convento de San Carlos, que estaba en veneración en la iglesia de San Antonio de Padua, en Portada Alta. Por entonces, había unas familias que se dedicaban a organizar una procesión y la sacaban por el barrio el Viernes de Dolores. Llegué allí y empecé a echarles una mano. En ese momento, yo tenía 25 años. Cuando el grupo más cofrade le quisimos dar una entidad, las monjas reclamaron la devolución de la Virgen. Y una vez que la imagen regresó con las monjas, como llevábamos tiempo recaudando fondos, contacté con el imaginero Juan Manuel García Palomo, a quien siempre le he tenido mucho cariño y he sido admirador de su trabajo. Como tenía confianza con él, surgió el hecho de que nos hiciera la Virgen de la Mediadora. Y así empezó todo hace 25 años. Juanma se adaptó a lo que teníamos ahorrado y se pudo encargar la imagen.

-¿Encargaron la talla antes de entrar en la parroquia del Ave María?

-Ambas cosas fueron de forma paralela. Mi padre ya venía a Portada Alta a echar una mano. Es una persona muy de Iglesia. Él se crio en la Victoria con don Benigno Santiago, el párroco del santuario, y al venirnos a Las Delicias, comenzó a vincularse con la parroquia de la Encarnación. Él tenía una relación estupenda con don Santiago Correa, párroco de la Encarnación, quien, por cierto, también había sido mi profesor en el colegio Santa Rosa de Lima. Le dijo que su hijo, con un grupo de amigos, había encargado la imagen de una Virgen. Luego, llegó el niño, ya con 27 años, y se reunió con don Santiago para contarle el proyecto. Fue una conversación con don Santiago y con el Patronato Escolar del Ave María. Se hizo un documento para que la Virgen siempre perteneciera al, entonces, grupo de fieles.

-Cuando menciona al grupo de fieles, ¿de cuántos cofrades estamos hablando?

-Pues éramos en torno a 100. Se multiplicó el número, porque uno venía ya con experiencia en cofradías y, por tanto, tenía claro que no quería una hermandad sin la parroquia, sino que fuera la hermandad con la parroquia. Entonces, si yo ya estaba vinculado a la parroquia desde los siete años recibiendo catequesis y desde los tres, inconscientemente, porque me traían mis padres, lo tenía más fácil, pues conocía a todas las personas de todos los grupos de la iglesia, ya que he sido catequista, me han preparado para confirmarme, he preparado para confirmar... y, encima, mis padres eran de misa diaria. Mi padre era y es una persona muy conocida en el barrio y en la parroquia y, entonces, teníamos el contacto con todas los catequistas, los de Vida Ascendente, Cáritas... y, en consecuencia, esas personas se hicieron hermanas. Mi padre fue mi gran contacto para que se aceptara la creación de una hermandad en una época muy difícil para una cofradía que partiera desde cero.

-Cuándo encargan la Virgen?

-Se encargó en julio de 1997, el día de San Fermín, y la finalizó una semana antes de la bendición, que fue el sábado el 29 de noviembre de ese mismo año, el día que comenzaba el adviento.

-Y cuando la ve concluida, ¿qué piensa?

-La Virgen tiene una impronta muy elegante. Era lo que queríamos. Juanma García Palomo fue muy receptivo y tomó de buen grado los consejos que le dábamos. Yo no soy imaginero, pero uno tiene un gusto cofrade y sabe lo que quiere. A mí me gustan mucho las imágenes de Juan de Astorga. La Virgen de Mediadora de la Salvación no es el tipo de Dolorosa con extremadamente belleza, como puede ser la Virgen de la Salud, sino que Mediadora es ya una Virgen madura, de una belleza más serena. Para mí es la mejor del mundo. ¡Qué voy a decir yo! Juanma tenía mucha influencia de Álvarez Duarte en aquel momento, pero sabía darle su sello personal. Yo le decía a Juanma que me gustaba mucho la obra de Juan de Astorga y la primera época de Álvarez Duarte. No buscábamos esa belleza absoluta para que se fuera 'comiendo' la calle, sino que queríamos una Virgen con un sentimiento más contenido, más espiritual y, sobre todo, acorde con la advocación que iba a tener.

-Lo que son las cosas, usted vivió de niño en el barrio de la Victoria y García Palomo talló la Virgen de Mediadora de la Salvación en la misma barriada.

-Efectivamente. La imagen la inició en un taller que tenía subiendo hacia el colegio El Monte y la acabó en la calle de la Victoria. De ahí salió ya policromada.

-¿Por qué Mediadora de la Salvación, una advocación inédita en el orbe cofrade? Supongo que fue cosa suya.

 -La advocación de la Virgen es mi mejor diseño. Mis padres me habían enseñado desde chico que la Virgen es el puente para llegar a Jesús. No es la Virgen la que te resuelve los problemas, te da la salud o hace los milagros. Es la intercesión de la Virgen. También el hecho de haber tenido una formación religiosa tan amplia, aportada tanto por el colegio Santa Rosa de Lima, que pertenece a la Fundación Diocesana, como por parte de don Santiago Correa y los catequistas de la parroquia, me dejaron claro que se le tenía devoción a la Virgen, pero como intercesora. La Virgen es el mejor camino para llegar a Jesús, de ahí la advocación.

-Y la Iglesia acepta tal advocación.

-Por supuesto. Primero la aceptó don Santiago Correa, el párroco, que tiene un amplio bagaje, no solo como sacerdote, sino también como intelectual, con una formación extraordinaria. De hecho, aún sigue siendo profesor en el Seminario. ¡Le encantó! Hay quien alguna vez ha dicho que la Virgen no es mediadora, que el único mediador es Cristo, pero don Santiago argumentaba la advocación. Sin duda, ha sido el máximo defensor de su nombre.

-Pero imagino que, puestos a buscar advocación, no solo barajó el nombre de Mediadora de la Salvación.

-He de confesar que también me gustaba Desamparados, por la devoción que mi madre le tiene a la patrona de Valencia, pero al final se quedó con Mediadora, porque el nombre es tan contundente y tan único que no había que buscar más.

-¿Qué recuerda del día de la bendición?

-Como he dicho, fue el sábado 29 de noviembre de 1997, por la tarde, en la misa de siete y media, en la parroquia de la Encarnación. Fue un día soleado. Hubo una boda antes que trastocó, un poco, la bendición, ya que no podía estar expuesta durante la boda, porque no estaba bendecida. Así que la Virgen se bendijo como en besamanos, a los pies del altar mayor. Tuvimos que esperar a que salieran los novios para cerrar la iglesia y así poder sacar a la Virgen. Fue una anécdota. Vinieron al acto los clarines de Fusionadas que tocaron desde la torre de la iglesia y formaron después en la puerta del templo para que la gente entrara. Fue muy bonito. Y también intervino la Escolanía del Colegio Los Olivos.

-¿Y cómo iba vestida la Virgen?

-Llevaba una saya lisa 'verde botella' y un manto negro que le realizaron esas personas de Portada Alta devotas de la Virgen de los Dolores de San Carlos. El manto tenía unas pequeñas vistas bordadas. Llevó una corona de serie del orfebre Cristóbal Martos que pudimos comprar. Luego, cuando se bendijo, se colocó en un lateral de la iglesia, en la capilla segunda de la derecha y ahí comenzó la historia. Aquello fue un hito, porque fue la primera Dolorosa que se bendecía en la zona oeste de la ciudad, en el arciprestazgo de San Patricio, en el Distrito 7.

-¿Desde el principio tenían claro que, algún día, la meta era ingresar en la Agrupación de Cofradías y procesionar por el Centro, pese a la lejanía?

-Sí, claro que sí. Siempre hay que tener ilusiones en la vida, aunque es verdad que durante los primeros años quisimos ir muy despacio, para que nadie pensara que teníamos agonía de procesión, De hecho, la Virgen estuvo tres Viernes de Dolores sin salir, lo que provocó que algunos que venían de Portada Alta o por mediación de ellos abandonaran la entonces asociación de fieles. Hubo gente que se aburrió. Esta es la verdad, aunque suene duro. Como presidente de la asociación en ese momento, quise ser paciente. Pasaron tres años, como dije, y en octubre de 1999 empezamos a decirle a don Santiago Correa que era el momento de que la Virgen empezara a salir por el barrio en rosario de la aurora. Don Santiago dio su aprobación y salimos el 12 de octubre de aquel año. La imagen salió en unas andas que nos prestó la Hermandad de la Misericordia, de la Virgen del Gran Poder, que después, incluso, nos la regaló. Y en 2001, salió por primera vez en procesión el Viernes de Dolores, acompañada por la banda de música de la Esperanza, y en 2002 procesionamos, por fin, con nazarenos. Ya empezamos a mover todo para ser hermandad. Hicimos varios borradores de estatutos, hablamos con los distintos delegados de Hermandades y Cofradías hasta que, en enero de 2005, recibimos la llamada de don Felipe Reina, que era en ese momento el delegado de Hermandades, para comunicarnos que ya éramos hermandad.

-¿Cómo fue ese momento?

-Fue un momento único, Se me saltan las lágrimas al recordarlo. No me lo creía. Éramos una hermandad muy pequeña, en un barrio muy humilde, con un marcado estilo sobrio, serio...

-Y marcaron estilo en algunos aspecto, ¿verdad?

-Sí, Por ejemplo en esas piñas bicónicas, que en Málaga, ninguna hermandad las había hecho jamás. También la iniciativa de decorar los cirios de la candelería partió de Mediadora y fuimos pioneros en los ensayos de los portadores.

-La Virgen sale en unas andas en los primeros años, pero teniendo a un diseñador en la hermandad, la idea de hacer un trono fue cuestión de tiempo.

-El trono de la Virgen lo presenté en 2003. Un año antes, alquilé un estudio y comencé a darle vueltas al trono. En el diseño me inicié mucho antes. Ya había hecho trabajos para la Misericordia, el Cautivo, la Esperanza, también para el taller de bordados Fernández y Enríquez, de Brenes, que luego montaron un obrador en Málaga, y para el orfebre Cristóbal Martos. El diseño del trono de Mediadora quizá se presentó muy pronto, porque era un conjunto muy ambicioso y, a lo mejor, no fuimos conscientes de que no se podía realizar de forma inmediata, pero cuando nos embarcamos a hacer el palio en 2010, nos sirvió de base para las barras de palio, las ánforas, que se iniciaron antes, e incluso para tomar las medidas, respetando las dimensiones de la puerta del templo. Tuvimos que hacer una obra para adintelar el medio punto de la puerta principal y para agrandar la puerta que hay debajo del coro. Una puerta grande de madera de pino que financió la hermandad. Hicimos, incluso, una maqueta del trono para comprobar que salía desde dentro de la iglesia.

-Pero ustedes van a construir una casa hermandad en la calle Ayala, en el solar desde donde salen los tronos el Miércoles Santo.

-Sí, pero nuestra ilusión es salir desde el interior de la iglesia y, quizá, recogernos en la casa hermandad.

-Pensándolo bien, cuando tengan el trono acabado, los arbotantes dificultarían la salida de la Virgen desde el templo, ¿no cree?

-Con los arbotantes no sale el trono, pero ya se vería cómo lo haríamos (se ríe).

-¿El trono de la Virgen sigue parado?

-Ahora estoy dibujando la peana del trono de la Virgen.

-Este trono lo diseñó en 2003. Por tanto, han transcurrido casi 20 años. ¿Sigue vigente el proyecto primitivo o, con el paso del tiempo, van a modificar algún elemento?

-Este trono, lo que es el motivo iconográfico de la encarnación del Señor, que es el retablo de Suso de Marcos, no lo cambiaría; la inspiración que tiene del edificio de la Tabacalera en cuanto al argumento ornamental, tampoco lo cambiaría; la Virgen de la Victoria, enmarcada con los Patronos de Málaga, también lo dejaría... Es cierto que, en un principio, pretendíamos que las caídas del palio fuesen de orfebrería, pero, a lo mejor, esas caídas son finalmente bordadas para que la Virgen no salga a la calle con las bambalinas pegando golpetazos por la forma de andar que tenemos.

-Entiendo que usted es exigente con su hermandad. ¿Reconoce el padre los defectos de su hijo?

-El mayor defecto es no tener casa hermandad. Tenemos, incluso, pagada la licencia de obras, porque contábamos con empezar después de la Semana Santa de 2020. Luego, llegó la pandemia y el tema está parado, porque, ahora, no podemos hacer frente a unos pagos sin la subvención de la Agrupación de Cofradías. Estamos en un barrio de personas trabajadoras, pero aquí no hay grandes fortunas y nuestra cofradía la conforman personas de clase media.

-¿Desde cuándo no cobran la subvención?

-En 2020 no se cobró todo, en 2021, nada, y en 2022 se cobrará si hay procesiones, pero menos.

-Dejemos de lado la cuestión económica y recordemos otro momento importante de la hermandad, como fue la incorporación del Nazareno Redentor del Mundo, una de las mejores tallas que se han incorporado en los últimos años al concierto procesionista en Andalucía, obra de José Antonio Navarro Arteaga.

-Nosotros teníamos claro desde el principio que tendríamos la imagen de un Cristo, pero queríamos uno de calidad. Hay cofradías que incorporan las dos imágenes casi a la vez y comenten el error de encargar sus titulares a imagineros que no tienen los conocimientos suficientes. Nosotros teníamos claro que el Señor lo iba a hacer Navarro Arteaga.

-¿Por qué se decantaron por Navarro Arteaga?

-Nosotros fuimos un año a una exposición de MUNARCO (Muestra Nacional de Artesanía Cofrade), que se celebraba en Sevilla, y vimos el Cristo de Pasión y Muerte de Sevilla, obra de Navarro Arteaga. Y, encima, ya lo había visto en un suplemento de un periódico. Incluía una foto muy bonita en la que se veía a Navarro Arteaga sentado, como si fuera un pensador, y el Cristo apoyado en un banco de trabajo. Esa foto me impactó mucho.

-¿Y por qué la iconografía del Nazareno abrazando la cruz?

-En un principio, pensamos en un Cristo ante Caifás, pero, enseguida, cambiamos de idea. Determinamos que el abrazo de la cruz iba a ser más impactante. Además, era una iconografía no vista en Málaga capital, que tiene un peso importante en Antequera, Sevilla, Córdoba, Huelva... y, desgraciadamente, desapareció en Granada.

-La advocación 'Redentor del Mundo' también es suya?

-Primeramente, no iba a ser esa advocación, pero cuando se preparó el dossier para llevarlo al Obispado, se lo entregamos primero al párroco y director espiritual de la hermandad, don Santiago, para que le diera el visto bueno y éste, en un 'post it' amarillo, apuntó dos advocaciones. Entonces, nos llamó para que modificáramos el nombre del Señor que habíamos pensado, que era Cristo de la Verdad, por Redentor del Mundo o Salvador de los Hombres.

-Salvador de los Reyes y Salvador de los Hombres...

-Ya es lo que hubiera hecho falta. Nos decantamos por Redentor del Mundo. Cuando salimos de la reunión con don Santiago, pensamos que había dado en la tecla. Él preguntó: «si la Virgen es la mediadora de la salvación, la salvación quién la ofrece? El redentor del mundo», dijo. Nos explicó que se complementaban las dos advocaciones. Corregimos el dossier, pero, por descuido, al sustituir una advocación por otra, se quedó también la de Jesús de la Verdad en algún párrafo. Por eso, muchas veces, en mi cuenta de Twitter, acabo poniendo 'Redentor del Mundo, camino, verdad y vida'. Somos una hermandad con un sentido muy religiosa y el hecho de empezar de cero, te da la posibilidad de crearlo todo muy pensado.

-Usted ha sido hermano mayor en varias etapas, ¿no es cierto?

-Fui presidente de la asociación de fieles, primero, y luego hermano mayor. Desde el origen hasta 2010. Pude optar a una reelección, pero no quise, pues llevaba ya 12 años seguidos. Luego, durante ocho años, fue Pedro González el hermano mayor, y en su etapa, ingresamos en la Agrupación de Cofradías, se bendijo el Señor... Y, finalmente, volví yo.

-¿Cómo recuerda el ingreso de su hermandad en la Agrupación de Cofradías?

-Con mucha felicidad. La junta de gobierno de la Agrupación aprobó el ingreso en julio de 2014 y el 9 de octubre lo aprobó la asamblea. Nosotros solicitamos salir el Miércoles Santo y se aprobó, sobre todo, por la presidencia de la Agrupación.

-Ahora llega el 25.º aniversario de la bendición de la Virgen. Como ya avanzamos en SUR, celebrarán una serie de actos y una salida extraordinaria de la Dolorosa por el barrio.

-Efectivamente. Sin salirnos de lo que hacemos siempre, porque le damos mucha importancia al culto, la formación y la caridad, revestiremos de mayor solemnidad, si cabe, los cultos de mayo en honor de la Virgen. Además, presentaremos el cartel de la efeméride, de José Carlos Torres, de Álora, celebraremos el pregón del 25.º aniversario, hemos organizado cuatro charlas de formación en torno a la Virgen en el misterio de la salvación, haremos una convivencia de hermanos y un concierto de marchas procesionales en el mes de julio y el 1 de octubre es el día que hemos escogido para la procesión extraordinaria, que está pendiente de aprobación, por parte del Obispado. Por la mañana se oficiará una misa principal por el 25.º aniversario, con la Virgen ya en su trono, bajo palio, y por la tarde, será la salida extraordinaria. El primer sábado de adviento, 26 de noviembre, la imagen estará expuesta en devoto besamanos extraordinario y el 29 de ese mismo mes, precisamente el mismo día que se bendijo la talla, se celebrará un solemne 'Te Deum', oración de acción de gracias.

-¿Y qué quedará del 25.º aniversario?

-Vamos a solicitar el título de 'Real' para la hermandad. De hecho, ya lo hemos aprobado en cabildo de hermanos. Y también queremos pedir la Medalla de la Ciudad para la Virgen, pero no solo por el 25.º aniversario. Y es que pensamos que nuestros hermanos, de este barrio tan alejado del Centro, que no tenía tradición cofrade, han aportado a Málaga una cofradía que está en progreso, que cada día crece más. Ha florecido una hermandad con dos imágenes muy devotas. Puede que alguien piense que estamos pidiendo algo muy ambicioso, pero nosotros lo que pedimos es para la Madre del Redentor. Si no nos dan la medalla para que la luzca en la procesión extraordinaria, algún día, cuando el Señor y la Virgen quieran, la tendrá. Creemos que sería un detalle muy bonito que tendría el Ayuntamiento con nuestra Virgen y con los barrios de Las Delicias, Girón y Parque Mediterráneo, la feligresía de la parroquia de la Encarnación.

-¿Ve al rey Felipe VI con los hermanos de Mediadora de la Salvación si la Casa Real les aprueba el título?

-Nosotros invitaríamos a los Reyes de España para que nos acompañen en esa misa solemne del 1 de octubre, por supuesto. Ojalá que pueda venir algún miembro de la Casa Real.

-La Semana Santa está a la vuelta de la esquina. ¿Qué estrenos presentarán?

-Saldrá la talla del frontal del trono del Señor, obra de Francisco Verdugo, y los cuatro faroles, del orfebre Emilio Méndez. En cuanto a las bandas, el Nazareno irá con las cornetas y tambores de Gitanos y la Virgen, con la banda de música Villa de Osuna, que se estrenará con nosotros.

-¿Hace 25 años soñaba con que la hermandad sería como es en la actualidad?

-La vida es siempre caminar. Nunca hubiera imaginado que iba a existir esta hermandad. Una cosa es el sueño de un niño y otra la realidad. Hay veces que entro a la iglesia, me siento delante de mis titulares y no me lo creo.

-Cuando entra a la iglesia, ¿busca la capilla de la derecha o la de la izquierda?

-Primero, saludo al Santísimo y luego, visito la capilla de la derecha (espacio donde se encuentra al culto la Virgen de Mediadora de la Salvación) y, después, la de la izquierda para ver al Señor. Es que la Mediadora es la Virgen del barrio y cuando termina cualquier misa, los fieles se dirigen a la capilla de la Virgen. También a la del Señor, por supuesto, pero el ser humano es muy de la madre.

-Crea la hermandad, pero antes ya era diseñador cofrade.

-Empecé en 1992 y al año siguiente gané el concurso del trono del Cristo Resucitado, que después no se hizo.

-¿Por qué no se hizo?

-Porque no quisieron hacerlo. Personas que había en la Agrupación, que tenían mucho peso, no quisieron.

-Insisto, ¿cuál fue el motivo?

-El diseño del trono se lo envié, incluso, al tallista Francisco Verdugo para que hiciera una valoración. Él me dijo que se notaba que el diseño lo había hecho un chaval de veintipocos años, que tenía poca experiencia, que debía soltarme un poco más en la ornamentación, pero me dijo que la arquitectura del trono estaba perfecta.

-¿Nadie le dijo que no se ejecutaría el trono?

-Nadie. Hablé con Jesús Saborido, que en paz descanse, cuando me presenté en la Agrupación, después de ganar el concurso, y nadie me conocía. Jesús me dijo: «pero si eres un muchachillo». El trono no se hace, pasa el tiempo y nadie me recibe. Recuerdo que Lola Carrera también me dijo que había ganado porque hice el trono malagueño que quería la Agrupación de Cofradías, pues era un trono de carrete con un desarrollo más amplio para que también llevara las imágenes secundarias de Capuz. Intenté que me escucharan en la Agrupación, pero nadie me recibió años después.

-Luego, le salieron más trabajos.

-Bueno, mi primera obra fue un boceto de trono para la Virgen del Patrocinio, de la Salutación. Luego, me pidieron una remodelación de ese dibujo, la hice y desapareció el boceto. Después fue el trono del Resucitado y empecé a trabajar al Dulce Nombre, su guión, la corona de la Virgen del Gran Poder y los estandartes de la Cofradía de la Misericordia, convocatorias para el Cautivo, la Esperanza, una diadema a la Virgen de Consolación y Lágrimas de la Sangre, etcétera.

-¿Se siente valorado en su tierra?

-Nunca he parado de trabajar para Málaga. ¿Tengo sueños que no se han cumplido? Pues sí.

-Dígame un sueño incumplido.

-El manto de la Virgen de la Esperanza.

-¿Cuál es su obra más importante, al margen de la advocación de la Virgen de Mediadora de la Salvación? Volvemos al origen.

-La terminación del trono del Cautivo ha tenido mucho impacto. Fue un trabajo muy difícil. Estando el trono en la Catedral, con motivo de la exposición de 'El Verbo Encardado', había quien se preguntaba cómo se podía enganchar tan bien la sección antigua con la nueva. Incluso, me lo han dicho diseñadores de Málaga, compañeros míos.

-Por cierto, ¿hay buen rollo entre los diseñadores malagueños?

-En Málaga hay muchos diseñadores y eso es una suerte. Nos llevamos bien, claro que sí. Los que malmeten son personas de alrededor.

-También tiene muchos trabajos fuera de Málaga, ¿no es así?

-Sí, hago muchos diseños para la provincia de Almería. También tengo un guión en Granada para la Hermandad del Nazareno, le hice una túnica al Cristo del Calvario de Huelva, en mi época de Fernández y Enríquez le hice una saya a la Virgen de la Esperanza de Triana, algunos trabajos a la Hermandad del Porvenir de Sevilla... y hasta Puerto Rico o Perú.

-Finalizamos hablando de la Semana Santa de Málaga. ¿Cómo la ve?

-Obviamente, siempre mejorable, como todo. Está mejor que nunca, pero ha perdido el encanto de la década de los 90. Quizá ahora es demasiado perfecta. Se ha perdido la espontaneidad. Ahora está todo muy organizado y parece que hasta los aplausos están programados. Pero esto está pasando en todas partes. Amigos míos de Sevilla también me lo han comentado. Y en el ambiente cofrade, se observa una gran carencia de valores, en el sentido de que la gente se tira mucho al charco a destruir, como hace la sociedad en general. Las redes sociales, sobre todo, Twitter, no ayudan nada.