Las procesiones del cuarto viernes de cuaresma desafían a la lluvia

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A pesar de los esfuerzos por mantener a sus imágenes en el recorrido procesional que tenían marcado desde un inicio, las lluvias intermitentes y la inestabilidad meteorológica obligó tanto al grupo parroquial como a la hermandad de Zamarrilla a tener que recortar sus recorridos en el camino de vuelta a la parroquia de la Santísima Trinidad y la ermita de Zamarrilla, respectivamente.

En el caso del grupo parroquial de María Santísima en su Dulce Resignación y Esperanza, que estuvo acompañado por un tambor ronco y un quinteto de metales durante su estancia por las calles de Málaga, las precipitaciones durante varios tramos del recorrido les obligó a tener que colocarle a la figura un plástico para evitar posibles deterioros.

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El Cristo del Santo Suplicio, por su parte, si pudo realizar su vía crucis tradicional dentro de la iglesia de Santa María de la Amargura. Sin embargo, en su vuelta, en la que se encontraba acompañado por la agrupación musical San Lorenzo Mártir, tuvo que recortar camino para intentar regresar lo antes posible a su ermita. Aunque se intentó realizar alguna marcha durante su regreso, lo que más predominó fue el paso a tambor, con el objetivo de alcanzar el punto de llegada a la mayor brevedad posible