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Momento de la salida de la Virgen de la Victoria entre una lluvia de pétalos de flores. Ñito Salas
La Virgen de la Victoria reina en Málaga en la apertura de un año jubilar dedicado a su hermandad

La Virgen de la Victoria reina en Málaga en la apertura de un año jubilar dedicado a su hermandad

El jubileo, concedido por la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede, ha comenzado este 8 de septiembre, solemnidad de la Patrona y día de su procesión de alabanza

Domingo, 8 de septiembre 2024

El rito se repite. Santa María de la Victoria, la Virgen de Málaga, ha vuelto a erigirse la protagonista indiscutible del 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Madre de Dios, que, en la diócesis malagueña, adquiere el carácter de solemnidad. Y es que la Patrona ha acaparado este domingo el centro de todas las miradas en la Catedral y en la calle, en un día cargado de acontecimientos y momentos relevantes, que han comenzado a las 11.30 horas, en el templo mayor de la diócesis, con el oficio de una misa estacional presidida por el obispo Jesús Catalá, han continuado en el atrio catedralicio, con la ofrenda floral que promueve la Asociación Pro Tradicionales Malagueñas 'La Coracha', y han culminado, cómo no, con la procesión triunfal de la imagen hasta su santuario.

No cabe duda de que la Virgen de la Victoria, aquella que donaron los Reyes Católicos y a la que se le atribuye su intersección para conseguir la toma de la ciudad y, por tanto, su cristianización, ha sido testigo de los acontecimientos más importantes de esta tierra a lo largo de la historia, lo que le llevó a ser proclamada patrona principal de Málaga y su diócesis, de forma ya oficial, en 1867, y fue, además, la primera imagen de la capital coronada canónicamente con toda intención; en concreto, en 1943. Estas circunstancias, su vigencia, desde hace más de cinco siglos, y sus títulos, han servido, cuando menos, para mantener ese fervor, en muchos de los casos, que viene de atrás, incluso, en un periodo como el actual, con una sociedad cada vez más secularizada.

Pero esta icónica talla mariana sedente, con el Niño Jesús en su regazo, que exhibe corona, como símbolo emblemático de su realeza, que porta cetro, atributo que remarca su condición de reina de los cielos, y que muestra un pajarito, símbolo trascendente de la resurrección, también tiene sus adeptos, al margen de lo que supone el icono religioso, por qué negarlo, que la admiran y la ensalzan como elemento claramente identitario. Porque, como dejara escrito el recordado Jesús Castellanos, uno de los cofrades más influyentes de las últimas décadas hasta su inesperado fallecimiento en 2012, precisamente cuatro días después de la festividad de la efigie patronal, «la historia devocional de la Virgen de la Victoria va tan íntimamente unida a la propia historia de Málaga que, con las lógicas limitaciones, es difícil que alguna realidad de nuestra ciudad haya quedado al margen de lo que significa dicho icono sagrado para el colectivo malagueño».

La alta presencia de personas, por tanto, estaba marcando el día desde la misma mañana, pese al calor. Pero también favorecía el encuentro con la Virgen de la Victoria el hecho de que la fiesta local del 8 de septiembre se trasladaba este año al lunes, al caer la festividad en domingo, medida contemplada por la legislación.

La Virgen de la Victoria a su paso por la plaza del Obispo. Ñito Salas

Con el oficio de una misa estacional comenzaban los actos dedicados a la imagen patronal. El obispo, Jesús Catalá, ocupaba la cátedra durante la ceremonia religiosa, que ha sido concelebrada por un importante número de sacerdotes, y con la Catedral, abarrotada de fieles, como marco de su celebración, donde la efigie, en el presbiterio, ha sido objeto de una novena en su honor en los días anteriores, como viene siendo tradicional desde la década de los 40 del siglo pasado. Por cierto, este templo, junto al santuario de la Victoria, ha sido designado por la Santa Sede para ganar la indulgencia plenaria durante el año jubilar por el 150.º aniversario de la institución de la hermandad de la Patrona, que arrancaba precisamente este domingo.

El prelado, durante su homilía, ha destacado que la figura de Santa María de la Victoria representa no solo una madre espiritual para la Iglesia, «sino también un modelo a seguir para todos los fieles en su camino de fe, esperanza y amor hacia Dios», ha indicado monseñor Catalá.

Finalizada la misa, ante la fachada principal de la basílica catedralicia, se desarrollaba una ofrenda floral, con pasacalles de la banda de música Virgen del Rocío, incluido, como anticipo de este evento, en el que no han faltado el baile y el cante por malagueñas.

Salida

Ya por la tarde, se iniciaba la procesión triunfal. El largo cortejo se ponía en marcha a las 19.30 horas, con la banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos y la cruz alzada, escoltada con dos ciriales, abriendo paso al séquito. El grueso de la comitiva lo formaban distintas asociaciones y entidades, como la Federación de Peñas, representaciones institucionales y colegios profesionales, grupos parroquiales y asociaciones de fieles, las hermandades de gloria, las cofradías de penitencia, además de la banda de música Municipal, hermanos y devotos portando cirios blancos, representación de la Congregación de los Santos Patronos, las agrupaciones de cofradías de Gloria y de Semana Santa, autoridades civiles y militares, con presencia de la Junta de Andalucía, la Diputación y el Ayuntamiento, hermanos mayores honorarios de la Real Hermandad de Santa María de la Victoria, con el alcalde Francisco de la Torre al frente, la junta de gobierno de la corporación y el cuerpo de acólitos que ha antecedido al trono, que ha estrenado la gloria del techo del templete, que la culmina la paloma del espíritu santo entre rayos, obra del taller de bordados de la hermandad que dirige Sebastián Marchante.

Y tras la Virgen, la banda de música Maestro Eloy García, de la Archicofradía de la Expiración, y el clero, incluido el obispo, Jesús Catalá, con báculo en mano y tocado con mitra, quien varió su posición al inicio, al igual que el resto de sacerdotes, para ver de frente a la efigie en el Patio de los Naranjos, mientras caían aleluyas, llovía pétalos de flores, obtenidos durante la ofrenda celebrada por la mañana por La Coracha, y repicaban las campanas de la Catedral. Eran las 20.08 horas. En la comitiva religiosa también ha figurado un fraile Mínimo, ya que la Virgen de la Victoria es también la patrona de esta orden en España, algo que no se daba desde hace muchísimas décadas, más de un siglo, quizá.

El obispo, junto al deán de la Catedral, presenciando la salida de la Patrona. Ñito Salas

Con el Himno Nacional y la marcha 'Málaga, a su Virgen de la Victoria', de Ginés Sánchez, daba sus primeros pasos el trono que, por cierto, si se cumplen las previsiones, ha podido ser su último servicio en la salida de la Patrona desde la Catedral, ya que la hermandad pretende estrenar el próximo año un nuevo conjunto, ideado por Juan Antonio Sánchez López, con desarrollo de Enrique Salvo, sobre el que descansará el templete del siglo XVIII que Salvo ha restaurado recientemente para su puesta en valor y recuperación para fines procesionales. El cajillo actual presentaba un exorno a base de nardos, delphinium, aster, hoja de roble tintada, helecho blue, anturiums, rosas sopladas, fresias y verónicas dobles en tonos blancos y empolvados, colocados por Diego del Pozo y su equipo de La Victoria Arte Floral.

Pese a la sensación de calor, provocada por la humedad, el entorno de la Catedral se hallaba repleto de público. Después de la salida, la Virgen de la Victoria tomaba la calle Santa María, donde se había desprendido la toldilla del templete en una levantada, y se dirigía a la plaza del Obispo, donde sonaba 'Triunfal'. Y en Strachan, ha recibido una penca de biznagas, detalle que se ha vuelto ya tradición de los propietarios del restaurante Lo Güeno, un local con solera y muy cofrade. Luego, interpretada la marcha 'Cristo de los Toreros', al reanudarse el paso del trono, la imagen ha alcanzado Larios con la Salve Marinera, donde se encontraban los hermanos del Carmen de Huelin vestidos de marengo y alzando remos. Y en la plaza de la Constitución, la banda de música Maestro Eloy García de la Expiración ha tocado de nuevo la marcha 'Málaga, a su Virgen de la Victoria' cuando el reloj marcaba las 21.20 horas. En este punto, se producía un parón de varios minutos, debido a la retirada de las autoridades y de la banda Municipal, que se despidió con el Himno Nacional.

Otro momento especial se ha producido en Casapalma, con una gran petalada y la composición 'Triunfal', y en Madre de Dios, donde la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío La Caleta ha recibido a la Virgen de la Victoria al son de los tamborileros.

Trayecto de vuelta

Durante el trayecto de vuelta, la Patrona de Málaga ha recibido el calor de sus devotos, como ocurriera en la calle que lleva el nombre de la imagen, a las 22.40 horas, en concreto, desde la casa hermandad de El Rico, que presenta la fachada exornada con reposteros confeccionados con tela de damasco, mantones de manila, cuatro faroles de orfebrería, espejos y un enorme cuadro de la soberbia imagen, y a la altura de la sede de la Federación Malagueña de Peñas, Centros Culturales y Casas Regionales La Alcazaba. Pero, sin duda, uno de los momentos más entrañables ha ocurrido en el número 72 de la calle Victoria, donde se ha instalado un mosaico cerámico de la Virgen en la fachada de la Residencia de María Inmaculada (Servicio Doméstico), obra de García Romero, iniciativa promovida por un grupo de devotos, que pide la colaboración ciudadana para sufragar la totalidad del importe que supone el encargo y para contribuir con Cáritas parroquial.

El mosaico cerámico, de grandes dimensiones, ha sido bendecido por el párroco del santuario, Alejandro Escobar, y durante el acto han intervenido varias tunas, como Cuarentuna Universitaria de Málaga, la Cuarentuna de Marbella y la tuna femenina de Medicina.

Más arriba, antes de entrar en el Compás de la Victoria, la iglesia de San Lázaro, sede de la Cofradía del Rocío, con las puertas abiertas, recibía a la Virgen a las 23.45 horas, con repiques de campana del templo.

La procesión de la Patrona tenía previsto concluir con la apertura de la puerta santa del santuario, por parte del obispo Jesús Catalá, rito de inicio del año jubilar por el 150.º aniversario de la hermandad, concedido por la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede y que se extenderá hasta el 8 de septiembre de 2025 con la celebración de actos extraordinarios y el traslado de la imagen a varios templos para su veneración durante unos días, incluida la Catedral, donde presidirá una misa el sábado 3 de mayo del próximo año.

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