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CRISTINA PINTO
Sábado, 30 de octubre 2021
Málaga se levantaba mirando al cielo. Ese cielo que parecía que no quería dejar que apareciese el sol, pero que tampoco dejó pasar la lluvia. Miles de rezos desde bien temprano para que el día acompañase. Para que nada pudiese manchar el esperado momento: la ... procesión magna. Miles de sillas desplegadas para la ocasión esperaban desde temprano ante la Alameda Principal y el Paseo del Parque. Todo estaba listo para el gran día.
No solo malagueños acudían a esta cita tan especial, sino que gente de toda Andalucía y España visitaron la capital de la Costa del Sol. Según los datos de Aehcos, los hoteles registraron una ocupación casi al completo (entre el 95 y 97%). Desde las once de la mañana se podían ver cruzar por la Alameda hacia calle Larios a algunos con maletas, en busca de su destino para soltar cosas y echarse a la calle. Otros que llegaban de sus autobuses, como un grupo de Cádiz: «Venimos de la cuadrilla de cargadores de Puntales, somos muy cofrades. Es el mismo estilo de carga que el nuestro y los tronos son maravillosos», apuntaba uno de ellos, Juan Muñoz.
Desde las 12.30 horas ya los primeros pillaban sitio cerca de calle Agua, donde se darían los primeros toques de campana con Jesús del Rescate. Allí estaba Laura, que estudió en Málaga hace unos años y siempre ha sentido una conexión especial con esta Semana Santa malagueña: «Aunque ahora vivo en Madrid, he venido aquí porque no quería perderme un momento como este. Se echaba mucho de menos», reconocía la joven. Mientras, algunos pillaban su sitio en bares para coger fuerzas para el largo día que acabó casi a las cuatro de la madrugada. Como la familia malagueña Gandía-Peláez, primeros en la cola esperando a que abriesen Las Merchanas, bar cofrade. «Es un día grande, solo hay que ver cómo está Málaga de gente…», comentaba la familia.
A las puertas de Fusionadas se podía ver a una familia sentada en el bar de la esquina con unas vistas perfectas para ver la salida del trono. Eran una mezcla entre Cataluña y Málaga. Juan Forca y su hija, Conchi, llevaban unos años en la capital de la Costa del Sol y estaban encantados. «Lo disfruto mucho porque esto en Cataluña no se vive. La primera vez que vine vi al Cautivo pasando por el puente y me quedé fascinado», relataba Juan.
Yen las tribunas, llenas en las horas punta en el recorrido oficial, miles de personas esperaban el paso de los tronos por la Alameda y el Parque de Málaga.
Incluso había quien quería más. Como ese pequeño que paseaba con su familia ilusionado, aunque su Virgen no saliese: «¡Viva la Virgen del Rocío! Tengo espíritu 'semanasantero'», gritaba mirando a su madre.
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