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El reloj marcaba las 17 horas en mitad del gentío y con el alboroto previo que conlleva un evento de tales características. Los aledaños de la parroquia de los Santos Mártires marcaban el punto de encuentro de algo inédito y, en boca de algunos de los presentes, «histórico». Y es que, coincidiendo con el Jubileo de la Esperanza, los colegios diocesanos de Málaga decidieron este viernes 28 de marzo emprender un recorrido por las diferentes calles del casco histórico de la capital. Unos mil participantes, entre cortejo, portadores y bandas de música, y diez colegios diocesanos de Málaga, pertenecientes a la Fundación Victoria, fueron los ingredientes esenciales de una procesión magna infantil que destacó en el cuarto viernes de cuaresma.
Entre las paredes del templo religioso se congregaban numerosas personas con una sonrisa dibujada en sus rostros, donde el color verde, simbólico dentro de los centros educativos de la Fundación Victoria, predominaba en el ambiente. Todos esperaban con ilusión el inicio de la travesía que llevaría a doce imágenes en dirección a la basílica de la Esperanza. Nadie quiso perderse esta cita. Entre los presentes se encontraban el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el obispo, Jesús Catalá, entre otros responsables de la diócesis. No obstante, cuando De la Torre tocó dos veces la campana del trono de la copia del Cristo de la Humildad (del colegio Padre Jacobo), todas las miradas se centraron únicamente en las imágenes y en sus portadores.
Los nervios y la ilusión fueron la tónica dominante durante los primeros compases de la procesión. Coincidiendo con la estancia de Santa María de la Victoria, patrona de la diócesis, con motivo del 150.º aniversario de la fundación de su hermandad, los doce tronos (entre ellos, dos Crucificados) salieron de la parroquia de los Santos Mártires llevados a hombros. Con los compases iniciales interpretados por la Agrupación Musical de las Reales Cofradías Fusionadas, el taller de tambores de los colegios diocesanos Padre Jacobo y Divino Maestro, la banda de música del colegio Cardenal Herrera Oria y la banda de música de Rincón de la Victoria, la magna infantil se dirigió hacia la calle Granada.
Los colegios diocesanos participantes han sido los de Padre Jacobo, Cardenal Herrera Oria, La Presentación, Espíritu Santo, Divina Pastora, Divino Maestro, Santa Rosa de Lima, San José Obrero, Cristo Rey y Obispo San Patricio. Todos aportaron una esencia distinta para crear un conjunto lleno de armonía y simbolismo. «Al final, es una procesión preparada con ilusión bajo el amparo de un año especial para la Iglesia, como es el Jubileo», explicaba a SUR, en las horas previas a la salida, Daniel García, de Fundación Victoria y uno de los principales responsables de esta magna infantil.
García tampoco quiso dejar pasar la oportunidad de elogiar al «equipo fantástico» encargado de que todo saliera a pedir de boca. Un grupo conformado por el equipo directivo de Fundación Victoria, los directores de los colegios, el profesorado y las familias… Todos han aportado su pequeño granito de arena para que algo que parecía muy complicado resultara fácil, como él mismo explicaba. «Todo se ha hecho desde el cariño y el amor que le tenemos a nuestros colegios, entonces todo resulta mucho más fácil», manifestó.
La plaza de la Constitución, la calle Larios, el puente de la Esperanza o la capilla de la Virgen de los Dolores del Puente fueron algunos de los puntos por donde pasó la procesión, dejando muestra de su elegancia y generando fervor entre grandes y pequeños. Uno de los momentos más significativos fue el rezo del vía crucis que se celebró ante la capilla de los Dolores del Puente, así como la zona de 'ruido cero' habilitada en la calle Liborio García, pensada especialmente para aquellas personas con gran sensibilidad ante este tipo de estímulos.
Tampoco se puede olvidar el paso por la plaza de la Constitución o la calle Larios, zonas emblemáticas de la ciudad que, durante un par de horas, fueron el escenario donde unas mil personas de diez colegios de la Fundación Victoria crearon un nuevo ritmo para el lugar.
Aunque el momento cumbre de la tarde fue la llegada a la basílica del Paso y la Esperanza cuando, sobre las ocho de la tarde, la cabeza del cortejo alcanzaba este punto de encuentro. Un signo de respeto ante la imagen de María Santísima de la Esperanza, advocación que protagoniza este Jubileo y que, el próximo mes de mayo, tras la próxima Semana Santa, realizará su peregrinación al Vaticano, hasta la basílica de San Pedro, para presidir una procesión por las calles de Roma junto con la imagen del Cristo de la Expiración, 'El Cachorro', de Sevilla.
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