Pollinica: un siglo de historia

En el malagueño convento de Santa Ana de la Orden de Bernardas del Cister, se custodiaba, desde la segunda mitad del siglo XVII, la imagen de Jesús a su Entrada a Jerusalén, representado sobre un pollino. Por entonces eran religiosas en dicho cenobio, las hijas de Pedro de Mena, Andrea y Claudia, a quienes se ha venido atribuyendo la ejecución de esta imagen.

Dentro del entramado de cofradías y hermandades filiales que caracteriza la Málaga del Barroco, parece que en 1764 las religiosas cistercienses dan permiso al regidor de la ciudad Juan Swerts para que, bajo su patronazgo, salga la imagen de Jesús a su Entrada en Jerusalén en la procesión de la Hermandad de la Puente del Cedrón desde la parroquia de San Juan, cada Miércoles Santo.

Como acompañamiento de este grupo, y teniendo en cuenta los versos de la liturgia del Domingo de Ramos, «Pueri Hebraeorum vestimenta prosternaban in via... Pueri Hebraeorum portantes ramos olivarum obviaverunt Domino», se contrató a la sección de hermanos que vestidos de judíos participaban en la procesión de Jesús Orando en el Huerto, práctica habitual entonces. Dado que este gasto suponía un grave desembolso para la Hermandad de la Puente, en 1772, ésta solicitó y obtuvo permiso para aumentar su limitado número de hermanos.

En 1911, el párroco del Sagrario y capellán del Cister José Soriano Jiménez impulsó la reorganización de esta hermandad.

Con la ayuda de familias de industriales realizó su primera procesión ese mismo año. Las labores de organización de la cofradía fueron continuadas desde 1917 por el sacerdote jesuita Salvador Ponce quien aportó la colaboración de la Congregación de la Inmaculada y San Estanislao de Kostka de la que era director.

En 1921, fue una de las hermandades que firmó el acta fundacional de la Agrupación de Cofradías de Málaga. Ese año, dado el mal estado en que se encontraba la imagen, se procesionó por última vez la del convento del Cister y fue sustituida al siguiente por una seriada del taller de Ventolá Plana que se custodió en la iglesia del Sagrario, donde se erigió canónicamente la hermandad.

Desde 1928, ostentaba el título de Real por concesión de Alfonso XIII y, con la reforma de sus estatutos de 1930, pasó a denominarse: 'Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús a su entrada en Jerusalén y María Santísima del Amparo'. No pudo hacerse entonces con una imagen mariana como titular. Es más, en el saqueo de la iglesia del Sagrario de 1931 sufrió graves daños la efigie seriada que tenía y se perdió ésta, definitivamente, durante la Guerra Civil.

Fue reemplazada en 1939 por una nueva, tallada por el artista cordobés Juan Martí nez Cerrillo quien completó el grupo en 1944. La imagen del Señor fue restaurada en 1990 por Juan Navarro Arteaga.

Un año más tarde trasladó su sede canó nica a la parroquia de la Santa Cruz y San Felipe Neri en donde permaneció hasta 1981. Fue en este período cuando los hermanos de la Pollinica incorporaron la anhelada imagen de María Santísima del Amparo. Seguía en esta decisión una costumbre que se iba haciendo habitual entre las cofradías más antiguas de la ciudad, cual era la de incorporar una imagen titular mariana y distinguir a ésta, si ya la tenían, por distintas advocaciones.

A pesar de la ilusión y optimismo con que los hermanos de la Pollinica eligieron tan bella advocación para su futura Dolorosa, los acontecimientos de 1931, en los que perdieron gran parte de sus enseres, y de 1936, con la desaparición de la imagen de su titular, hicieron aplazar la adquisición de una talla mariana.

A partir de 1939, se inicia una recuperación de lo perdido, comenzando por las imágenes del grupo y el trono del Señor, lo que hizo posponer la incorporación de la Virgen. Será con el traslado de la cofradía a su nueva sede en la parroquia de Santa Cruz y San Felipe Neri, cuando se materialice esta ansiada realidad.

En 1947, el escultor cordobés Antonio Castillo Ariza concluye la imagen de María Santísima del Amparo que es bendecida el 12 de febrero de ese mismo año. Realizada teniendo en cuenta tanto el carácter jovial que el misterio del Señor de la Pollinica representa en su Entrada Triunfal a Jerusalén como la impronta que la cofradía fue adquiriendo en el desarrollo del siglo XX al incorporar a su procesión un destacado cortejo de niños vestidos a la hebrea portando palmas, la imagen de Nuestra Señora se destaca entre las Dolorosas malagueñas, salvando algunas excepciones como Nuestra Señora del Rosario, la del Rocío y la Reina de los Cielos, por su afable sonrisa y la ausencia de lágrimas en el rostro.

En 1979, fue objeto esta imagen de María Santísima del Amparo de una renovación de la mano del escultor sevillano Juan Abascal Fuentes que la dotó de una nueva encarnadura. Esta labor fue rehecha un año más tarde por el malagueño Antonio Leiva.

De nuevo, en 1987, sufrió una importante intervención. En este caso se trató de un remodelado de la imagen, se perfeccionaron las facciones y se volvió a encarnar en busca de una mayor naturalidad para lo que se emplearon los tonos rosáceos, más adecuados. El artífice de esta delicada labor fue el sevillano Antonio Joaquín Dubé de Luque. La última renovación de la imagen, menos importante pero no menos necesaria, fue la que realizó José Antonio Navarro Arteaga en 2002. Este artista la desinfectó y sustituyó el busto y la devanadera existentes.

Todas estas acciones se acompañaron con unas señas de identidad propias en el arreglo de la Virgen que han pasado a identificarla: se procesiona ataviada de saya blanca y manto verde y se completa el conjunto con una corona imperial y una rosa amarilla en la mano. Precisamente con los colores con los que viste María Santísima del Amparo se diseñan los equipos de la sección de nazarenos de la Virgen: túnicas de lanilla de color crema y capirotes de color verde. Los cargos de esta sección llevan además capas a juego con los capirotes.

Para su procesión se elaboró un trono en alpaca plateada en 1967 que fue obra de Díaz Roncero. Los arbotantes fueron realizados por el taller de Cristóbal Martos en 1994. El palio, en oro sobre malla que permite pasar la luz de la mañana del Domingo de Ramos, fue bordado por Juan Rosén entre 2000 y 2002, mientras que el manto verde de María Santísima del Amparo es obra de las Madres Filipenses del convento de San Carlos, restaurado por Rosén.

El 14 de junio de 1978 fallece Francisco Triviño, uno de los personajes más destacados en la historia de la cofradía, que ocupó el puesto de hermano mayor hasta meses antes de su defunción. Su sustituto fue Jesús Saborido Sánchez, quien ocupó el puesto de presidente de la Agrupación de Cofradías en la década de los noventa.

Traslado En 1980, tras la petición y rechazo de la Agrupación de Cofradías y el Obispado para salir en la mañana del Domingo de Ramos, la junta de gobierno anuncia la desagrupación de la hermandad. Un año después vuelve a ingresar con el consentimiento de salida matinal. En 1981, con la aquiescencia del obispo Ramón Buxarrais, se trasladó la Cofradía de Jesús a su Entrada en Jerusalén a la iglesia de San Agustín en la calle del mismo nombre donde todavía hoy tiene su sede canónica. En el año 2000, por decreto del obispo Antonio Dorado, el Obispado encomendó los designios de esta Cofradía a un equipo dirigido por José Sánchez Herrera como Delegado Episcopal.

La cofradía realizó su salida procesional desde el interior de la Catedral de Málaga, entre 2001 y 2005, mientras se construía una casa hermandad en calle Parras desde la que realiza su procesión en la actualidad cada Domingo de Ramos. El 20 de enero de 2008, bajo el mandato de José Antonio Muriel Navas, se inauguró la nueva sede administrativa.

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